Uso de anticuerpos monoclonales como tratamiento para el asma.

26 noviembre 2021

AUTORES

  1. Sara Barrena López. Grado en Enfermería por la Universidad de Zaragoza. Enfermera en el Hospital General de la Defensa de Zaragoza.
  2. Maria Loraque Alonso. Máster en Gerontología Social por la Universidad de Zaragoza. Enfermera en el Hospital Royo Villanova de Zaragoza.
  3. Carlota Barreu Fau. Máster en Gerontología Social por la Universidad de Zaragoza. Enfermera en el Hospital General de la Defensa de Zaragoza.
  4. Isabel de la Osa Callejero. Máster en Urgencias y Emergencias por la Universidad de San Jorge. Enfermera en el Hospital General de la Defensa de Zaragoza.
  5. Laura González Cabeza. Grado en Enfermería por la Universidad de Zaragoza. Enfermera en el Hospital General de la Defensa de Zaragoza.
  6. María Pinilla Conil. Grado en Enfermería por la Universidad de Soria. Enfermera en el Hospital Royo Villanova de Zaragoza.

 

RESUMEN

El asma bronquial es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías aéreas cuya prevalencia está en aumento en las últimas décadas. Tradicionalmente su tratamiento se ha basado en el uso de corticoides inhalados juntos a broncodilatadores. Recientemente han aparecido nuevos tratamientos dirigidos a distintos puntos de la cascada inflamatoria responsable del proceso etiopatológico del asma, basados en anticuerpos monoclonales.

Esencialmente existen dos dianas terapéuticas, el bloqueo de IgE y el bloqueo de IL-5, cuyos fármacos más representativos son omalizumab en el primer caso, y mepolizumab, reslizumab y benralizumab en el segundo.

Estos fármacos han supuesto una revolución en el tratamiento de los pacientes con asma grave mal controlada, permitiendo largos periodos de remisión con escasas exacerbaciones. Con una posología cómoda que mejora la adherencia al tratamiento. La enfermería juega un papel central en la administración y control de posibles reacciones adversas derivadas del uso de estos fármacos.

 

PALABRAS CLAVE

Asma, anticuerpos monoclonales, omalizumab, enfermería.

 

ABSTRACT

Bronchial asthma is a chronic inflammatory disease of the airways whose prevalence has been increasing in recent decades. Traditionally, its treatment has been based on the use of inhaled corticosteroids together with bronchodilators. Recently, new treatments based on monoclonal antibodies have appeared that target different points of the inflammatory cascade responsible for the etiopathological process of asthma.

There are essentially two therapeutic targets, IgE blockage and IL-5 blockage, the most representative drugs being omalizumab in the first case, and mepolizumab, reslizumab and benralizumab in the second.

These drugs have revolutionized the treatment of patients with severe, poorly controlled asthma, allowing long periods of remission with few exacerbations. With a convenient dosage that improves adherence to treatment. Nursing plays a central role in the administration and control of possible adverse reactions derived from the use of these drugs.

 

KEY WORDS

Asthma, monoclonal antibodies, omalizumab, nursing.

 

INTRODUCCIÓN

El asma bronquial es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías aéreas asociada a hiperreactividad bronquial y a obstrucción reversible del flujo aéreo. Se caracteriza por tener en sangre un número elevado de un tipo de leucocitos denominados eosinófilos. Se considera que existe eosinofilia a partir de 500 eosinófilos por microlitro e hipereosinofilia cuando se superan los 1500 eosinófilos. La presencia de este elevado número de eosinófilos se suele asociar a una reacción inmunológica potente que puede afectar a vías aéreas, el parénquima pulmonar y los vasos sanguíneos de pequeño y mediano tamaño.

La prevalencia del asma bronquial ha ido en aumento en todo el mundo en las dos últimas décadas, especialmente en los países industrializados. El desarrollo de medicamentos antiinflamatorios, principalmente de corticoides inhalados, junto a los broncodilatadores betaadrenérgicos de acción prolongada han supuesto un notorio avance en el control de la enfermedad. Debido a su heterogeneidad y difícil manejo práctico, en algunos casos no es posible controlar los síntomas totalmente. Conseguir el control clínico en los pacientes con asma comporta menor riesgo de futuras complicaciones y mejores expectativas del propio paciente respecto a su enfermedad.

La relativa inefectividad de los resultados asistenciales respecto al nivel de control del asma y la importancia de las necesidades no cubiertas en los pacientes con asma grave han llevado a desarrollar nuevas terapias basadas en anticuerpos monoclonales que tienen como dianas algunas moléculas con relevancia especial dentro de la cascada inflamatoria de la enfermedad. Estas nuevas terapias biológicas antiinflamatorias específicas aparecen como un prometedor aporte en su tratamiento. No obstante, la educación permanente de los pacientes continúa siendo un pilar fundamental en el control del asma1,2.

 

OBJETIVO

  • Realizar una revisión bibliográfica para recabar información sobre el uso de anticuerpos monoclonales en el tratamiento del asma.

 

MATERIAL Y MÉTODO

Revisión bibliográfica. Se llevó a cabo una búsqueda bibliográfica en las siguientes bases de datos: ScienceDirect, Pubmed, Dialnet y Google Académico con los siguientes términos del tesauro del DeCS: “asma”, “anticuerpos monoclonales”, “omalizumab”. Se filtraron los resultados en base al idioma (castellano) y año de publicación.

 

RESULTADOS

Los anticuerpos monoclonales (mAB) son grandes proteínas utilizadas por el sistema inmunitario para identificar y neutralizar objetos extraños, como bacterias, virus, etc.

Se trata de glicoproteínas especializadas producidas por el clon de una célula híbrida (creada a partir de la fusión de una sola célula madre del sistema inmune y una célula plasmática tumoral) y diseñada para unirse a un antígeno concreto3.

Más allá del impacto en el diagnóstico de laboratorio, los mAB son una herramienta terapéutica poderosísima. Su alta especificidad permite el abordaje de dianas muy precisas que pueden determinar cambios celulares muy variados. Por ello han adquirido mayor importancia en el tratamiento de diversas enfermedades, así como en el diagnóstico clínico debido a su alta especificidad y homogeneidad.

El uso de mAB en la actualidad varía desde el tratamiento contra el cáncer y enfermedades autoinmunes hasta su uso en oftalmología o en asma 4,5.

Estos medicamentos se administran a pacientes seleccionados, por vía parenteral (en general subcutánea, aunque también por vía intravenosa) con una periodicidad mensual o bimensual permitiendo un mayor control de la enfermedad minimizando efectos adversos y aumentando la adhesión al tratamiento. Actualmente, se considera que se deben administrar a largo plazo, ya que, pese al control inicial de la enfermedad, esta puede reactivarse tras la retirada del tratamiento. Por ello, se aconseja mantener un tratamiento prolongado para lograr el mantenimiento de la remisión clínica.

Existen diferentes fármacos con diferentes dianas terapéuticas en el mercado, el más clásico y con mayor experiencia de uso es omalizumab, anticuerpo anti-IgE, de administración subcutánea mensual utilizado para el tratamiento del asma extrínseca grave mal controlada con tratamiento médico óptimo y niveles de IgE en sangre mayores a 100 U/mL así otras enfermedades pulmonares que cursan con hipereosinofilia.

Otros fármacos más recientes que actúan a nivel de IL-5 que se encuentran disponibles en el mercado son bloqueadores de IL-5 como mepolizumab, y reslizumab o bloqueador del receptor de IL-5, benralizumab, utilizados para reducir exacerbaciones y como ahorradores de corticoide. Otro de los fármacos que se añadirán a este arsenal terapéutico en un futuro próximo es dupilumab, por el momento con indicación para dermatitis atópica y poliposis nasales, aunque por el momento faltan estudios con este medicamento y otras enfermedades pulmonares hipereosinofílicas. Junto a estos, hay numerosas y diversas moléculas en ensayos en fase II y fase III6.

 

Anticuerpos monoclonales anti-IgE:

La interacción proteína-proteína entre la IgE y su receptor de alta afinidad es un componente clave de la respuesta alérgica. El omalizumab fue el primer anticuerpo monoclonal aprobado para el tratamiento del asma. Los estudios clínicos realizados con omalizumab han permitido conocer aún mejor el papel que desempeña la IgE en el asma alérgica. Además, es importante tener en cuenta ciertas entidades en las que, aunque la etiología alérgica no está bien establecida, la IgE puede tener también alguna función, como la poliposis nasal o el asma no alérgica7.

El omalizumab interrumpe la reacción alérgica, independientemente de cuál sea el alérgeno, bloqueando la inmunoglobulina E (IgE) libre, de forma que le impide unirse a sus receptores celulares y poner en marcha la cascada de mediadores de la inflamación alérgica. Además, presenta otros efectos biológicos de especial interés, como la disminución de la expresión de los receptores de membrana para la IgE y la infiltración eosinófila bronquial. Los ensayos clínicos han demostrado su utilidad clínica en la mayoría de las enfermedades alérgicas, junto con una gran seguridad terapéutica. No obstante, su alto precio hace que se reserve para los casos de asma de mayor gravedad y mala respuesta al tratamiento convencional8. Omalizumab usado en asma atópica disminuye la hiperrespuesta bronquial, incrementa la cantidad de alérgeno necesaria para causar una caída del 15% del FEV1, disminuye la caída del FEV1 en las pruebas de provocación, tanto en la respuesta temprana como en la tardía, y permite reducir la dosis de glucocorticoides inhalados.

Se ha demostrado que la mejoría clínica es mayor en los enfermos que tienen mayor tasa de IgE, los que tienen peor FEV1 y los más jóvenes. No obstante, la mejoría no es inmediata y la evaluación del enfermo ha de hacerse a las 16 semanas. Si entonces no hay evidencia de mejoría, se aconseja valorar la retirarada del fármaco9.

Los profesionales de enfermería, como responsables de la administración deben conocer las características más importantes de este tipo de herramientas terapéuticas. Se deben conocer sus indicaciones terapéuticas y posibles reacciones adversas10.

El fármaco se presenta en inyectables para administración subcutánea con pauta quincenal o mensual. Se calcula la dosis y la frecuencia de administración en relación al peso y los valores séricos de IgE antes del tratamiento. La inyección se debe administrar siempre con guantes y observando medidas de asepsia y antisepsia. El lugar de punción debe ir alternándose y la jeringa precargada no se debe purgar con el fin de evitar cualquier tipo de extravasación.

Las zonas de elección para la inyección serán: la cara lateral externa de la parte proximal del brazo, el abdomen desde los márgenes costales hasta la cresta ilíaca y la parte superior de los muslos11.

 

CONCLUSIÓN

La disponibilidad de los anticuerpos monoclonales para el tratamiento de las enfermedades en general y en concreto del asma y de otras enfermedades pulmonares eosinofílicas en los últimos diez años ha supuesto un cambio radical y una verdadera revolución.

Teniendo en cuenta el rol de la enfermería en la administración de estos fármacos, se hace necesaria la formación continuada y la actualización de conocimientos en el manejo de los mismos.

 

BIBLIOGRAFÍA

1. Baehr M, Franz; Cruz M E. Asma Bronquial. Rev Med Clin Condes. 2007;18(2):75–9.

2. Soto Campos JG. Asma. Los monoclonales que vienen. Rev Asma. 2016;1(3):69–81.

3. Delair, Shirley; Mendoza MA. Los Anticuerpos Monoclonales y Su Aplicabilidad Clínica. Rev CES Med. 1996;10(2).

4. García Merino A. Anticuerpos monoclonales. Aspectos básicos. Neurología [Internet]. 2011;26(5):301–6.

5. Ramírez JFF, Bernal HG, León EUM, Martínez CUI. Usos de anticuerpos monoclonales en medicina. TEPEXI Boletín Científico la Esc Super Tepeji del Río [Internet]. 2019 Jan 5;6(11 SE-Ensayos).

6. SEPAR. (2020, 11 de febrero) Los fármacos biológicos para el asma hiperesosinofilica, ahora también útiles para otras enfermedades graves. (Comunicado de prensa)

7. Quirce S, Bobolea I, Domínguez-Ortega J, Barranco P. Futuras terapias biológicas en el asma. Arch Bronconeumol [Internet]. 2014;50(8):355–61.

8. Cabrera-Navarro P. Antiinmunoglobulina E, un anticuerpo monoclonal, en el tratamiento de las enfermedades respiratorias. Arch Bronconeumol [Internet]. 2006;42(5):241–5.

9. Cabrera Navarro P, Rodríguez Gallego JC. Perfil farmacológico del omalizumab. Arch Bronconeumol [Internet]. 2006;42:26–31.

10. Cáceres León, MC; Durán Gómez, N; Guerrero Martín, J; Pérez Civantos, DV; Carretos Lemus, MA; Postigo Mota S. Interés para la enfermería de los nuevos anticuerpos monoclonales. Una revolución terapéutica. Rev Rol enferm. 2017;40(7/8):524–30.

11. Herrera-García JC, Arellano-Montellano EI, Jaramillo-Arellano LE, Espinoza-Arellano A. Administración exitosa de omalizumab en pacientes con síndrome de sobreposición asma-EPOC en un hospital universitario de Puebla . Vol. 35, Medicina interna de México . scielomx ; 2019. p. 298–301.

 

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