Síndrome de inmovilidad.

21 enero 2022

AUTORES

  1. Lucia López Muguerza. Graduada en enfermería. Enfermera en Urgencias Pediátricas del Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.
  2. Marta Serrano Sánchez. Graduada en enfermería. Enfermera en Urgencias Pediátricas del Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.
  3. Dolores Calderón Gómez. Graduada en enfermería. Enfermera en Urgencias Pediátricas del Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.
  4. Alicia Garzón Montero. Graduada en enfermería. Enfermera en Urgencias Pediátricas del Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.
  5. Susana López Ortiz. Graduada en enfermería. Enfermera en Neurología del Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.

 

RESUMEN

Actualmente, aproximadamente un 18% de las personas mayores de 65 años presentan dificultades para movilizarse sin ayuda, y un 50% de los mayores de 75 años tienen problemas para salir del domicilio debido a este problema. Con el envejecimiento se produce una limitación en las actividades fisiológicas de los sistemas del organismo que pueden hacer al anciano más sensible a los cambios externos. Las personas mayores son el mayor grupo de consumidores de los sistemas de salud. Los programas y servicios diseñados para estos deben desarrollarse en función de sus necesidades, incluyendo la familia y los cuidadores. Ante cualquier deterioro físico inicial es necesaria una evaluación completa y urgente para determinar las causas, la posible reversibilidad y la prevención, o bien el tratamiento de las complicaciones asociadas, lo antes posible.

 

PALABRAS CLAVE

Adulto mayor, escalas de valoración, cuidados, atención primaria, cuidador principal.

 

ABSTRACT

Currently, approximately 18% of people over 65 years of age have difficulty moving around unaided, and 50% of people over 75 years of age have problems getting out of the home because of this problem. With aging comes a limitation in the physiological activities of the body’s systems that can make the elderly more sensitive to external changes. Older people are the largest consumer group of health systems. Programmes and services designed for them should be developed according to their needs, including family and caregivers. Any initial physical deterioration requires urgent and comprehensive assessment to determine the causes, possible reversibility and prevention or treatment of associated complications as early as possible.

 

KEY WORDS

Older adult, assessment scales, care, primary care, primary caregiver.

 

INTRODUCCIÓN

La medicina geriátrica tiene como objetivo principal el aumento de vidas libres de discapacidad, logrando que el adulto mayor conserve sus capacidades de autocuidado y aquellas que le permiten vivir de manera independiente en la comunidad. Para lograr ese objetivo es necesario conservar la movilidad. Con el envejecimiento se produce una limitación en las actividades fisiológicas de los sistemas del organismo que pueden hacer al anciano más sensible a los cambios externos.

Llegados a este punto, podríamos definir el Síndrome de Inmovilidad como una serie de cambios fisiopatológicos en múltiples sistemas que están condicionados por la inmovilidad.

Generalmente se presenta con un cuadro clínico multifactorial, potencialmente reversible y prevenible. Así mismo, en todo síndrome de inmovilidad hay oculto un deterioro funcional, pero, debemos tener en cuenta que, no todo deterioro funcional termina en un síndrome de inmovilidad.

Los cambios fisiológicos más afectados por la inmovilidad son el cardiovascular y el músculo esquelético. En ellos y en el resto de los sistemas se aprecian cambios que, al mismo tiempo, contribuyen a que el síndrome continue1,2.

Así pues, estos cambios también se verán potenciados en el anciano con inmovilidad, ya que existe una pérdida de su autonomía al disminuir su capacidad de realizar sus actividades de la vida diaria y como consecuencia necesitará un aumento de provisión de curas. Al mismo tiempo, esta pérdida de autonomía se verá reflejada en un aumento de los gastos de recursos socio sanitarios, una claudicación familiar por sobrecarga del cuidador y por último la institucionalización3.

 

PRESENTACIÓN DEL CASO CLÍNICO

Nuestro caso trata de María una mujer de 80 años que su hija llama al servicio de atención primaria tras haber sufrido una caída. La paciente toma Candesartán Cilexetilo 1-0-0 (HTA), Sertralina 0-1-0 (depresión), Lormetazepam 0-0-1 (insomnio). Los antecedentes patológicos son hipertensión, depresión, infecciones respiratorias, ITU de repetición y vértigo y no ha tenido intervenciones quirúrgicas previas.

Hace 1 año se murió su marido, por lo que dejó de hacer actividades, como ir al casal, para guardar el luto. No obstante, María continuaba realizando sus actividades de la vida diaria. Su hija, al ver que su madre había dejado de ir al casal y tenía pocos ánimos para salir, acudió a un médico de familia donde pidió que recetase a su madre antidepresivos, cuando realmente no eran necesarios, ya que hacía menos de un año que el marido de María había muerto y por ello no se consideraba que fuese un duelo patológico4.

Por un lado, la paciente tiene antecedentes clínicos de Infecciones de Tracto Urinario de repetición. Refiere que utiliza el orinal por las noches porque así evita levantarse y no llegar al baño a tiempo. También tiene infecciones respiratorias de repetición debido a que, al no moverse, no hace una expansión torácica completa ni tampoco ejercita la musculatura torácica para la respiración, lo cual causa que no respire de manera adecuada y contraiga infecciones reiteradas.

Por otro lado, valorando el estado nutricional observamos que María había perdido peso notablemente. Una de las causas, es que antes de que muriese su marido, hacía la comida para él y para ella por lo que de alguna manera mantenía una dieta adecuada. Sin embargo, al fallecer su marido, María solo tiene que cocinar para ella misma, lo que causa que no cocine platos tan elaborados como antes y con menor cantidad, además de beber solo un vaso de agua en cada comida y la mayor parte de esta la toma en la cena, para acompañar las pastillas de la noche.

Además, María tiene una alteración de la marcha ya que pierde el equilibrio y tiene una marcha inestable. Así pues, el hecho de no moverse también provoca que disminuya el hambre, pero sobre todo que disminuya la masa magra del cuerpo de manera considerable, ya que la gran parte del peso perdido es músculo. Este problema ha provocado que María cayera más de una vez por lo que se le recomendó el uso de teleasistencia y que, en caso de caída, esta pueda ser detectada. También utiliza bastón para caminar, unas zapatillas no cerradas por detrás cuando va por casa y refiere que no puede subir escaleras.

Por último, referente a las necesidades básicas de la vida cotidiana, nos comentó que su hija le ayudaba a ducharse algunas partes del cuerpo, como la espalda, y a ponerse crema hidratante. No refería ninguna úlcera por presión ni heridas. De la misma manera, necesita ayuda para ir a hacer la compra, ya que antes a pesar de su dificultad a la hora de moverse, su marido la ayudaba a realizar esta tarea. Ahora va con su hija, pero ya no tiene las mismas ganas que tenía antes y muchas veces es ella quien le hace la compra.

 

EPIDEMIOLOGÍA:

Actualmente, aproximadamente un 18% de las personas mayores de 65 años presentan dificultades para movilizarse sin ayuda, y un 50% de los mayores de 75 años tienen problemas para salir del domicilio debido a este problema.

A nivel hospitalario, un 59% de los ancianos ingresados en unidades de agudos inician dependencia en una nueva actividad de la vida diaria. De los ancianos con inmovilidad aguda, entendida como la pérdida rápida de la independencia en la movilidad durante un mínimo de tres días, el 33% fallece en un plazo de tres meses y más de un 50% a los 12 meses.

Teniendo en cuenta todo lo mencionado, ante cualquier deterioro físico inicial es necesaria una evaluación completa y urgente para determinar las causas, la posible reversibilidad y la prevención, o bien el tratamiento de las complicaciones asociadas, lo antes posible1.

 

PAPEL DE ENFERMERÍA EN EL ABORDAJE DEL SÍNDROME DE INMOVILIDAD:

Las personas mayores son el mayor grupo de consumidores de los sistemas de salud. Los programas y servicios diseñados para estos deben desarrollarse en función de sus necesidades, incluyendo la familia y los cuidadores. Todas las personas mayores (a partir de los 65 años) tienen derecho a recibir una evaluación geriátrica adecuada, exhaustiva y a tiempo, así como las estrategias de cura relacionadas que se consideren indicadas5.

El papel de la enfermera es clave para el manejo y retraso del problema ya que mediante diferentes métodos de valoración y el apoyo de nuestro equipo multidisciplinar podemos realizar una valoración geriátrica integral, para identificar cuál es el problema principal abordando las esferas que engloban a la persona, y así plantearnos una serie de objetivos e intervenciones individualizados.

El trabajo de enfermería en pacientes con síndrome de inmovilidad puede llevarse a cabo mediante atención primaria, secundaria y terciaria.

Por un lado, durante una atención primaria consta de intervenciones dirigidas al mantenimiento del grado de movilidad, ya que el ejercicio físico es señalado como principal factor de prevención de este problema. Una vez instaurada la inmovilidad es muy importante su detección precoz.

Por otro lado, muchos ancianos van perdiendo su capacidad funcional, y con ella la movilidad. Una vez detectada la clínica, la atención secundaria trataría de adaptar su entorno para favorecer el desplazamiento y la autonomía del paciente. Por último, la prevención terciaria incluye el tratamiento de complicaciones y alteraciones a nivel del resto de sistemas. Su prevención se inicia con el control postural, así como los cambios posturales cada dos horas inicialmente.

Como conclusión, enfermería sería la encargada de realizar un plan de actuaciones que incluyan un tratamiento de la causa de la inmovilidad, un plan de rehabilitación encaminado al tratamiento de la inmovilidad y evitar su progresión juntamente con su equipo multidisciplinar. Por último, proporcionar ayudas y adaptaciones en el hogar, como también incidir en la prevención de las complicaciones asociadas1.

 

PROBLEMA PRINCIPAL:

El problema principal que hemos detectado a lo largo de la valoración geriátrica integral realizada en la simulación es el Síndrome de Inmovilidad. Durante la valoración de la paciente hemos tenido en cuenta sus aspectos físicos, psíquicos y sociales de su vida diaria, así como los valores de las escalas de valoración de la marcha y equilibrio para definir este problema.

Problemas de riesgo:

  • Riesgo de caídas relacionado con la inmovilidad y caídas previas. También teniendo en cuenta los patrones de valoración de la escala Downton, en la cual dos patrones positivos (2 puntos) indican alto riesgo. Sabiendo que había caído previamente, que era mayor de 70 años, que tomaba ciertos medicamentos y presentaba alteraciones a nivel auditivo establecimos un alto riesgo. Por último, el valor de la escala de valoración de Tinetti fue de 9/28, es decir, presenta un riesgo alto de caídas6.
  • Riesgo de desnutrición relacionado con inmovilidad. Este problema está manifestado por la falta de apetito debido a la inmovilidad, pérdida de peso por disminución de la masa magra y por una puntuación de 9 en la escala de valoración de MNA que significa riesgo de desnutrición1,7.

Problemas asociados:

  • Bajo estado de ánimo relacionado con el fallecimiento de su marido hace un año y la no superación de este acontecimiento, ya que está viviendo un duelo hace más de 1 año, y por tanto
  • podríamos clasificarlo como patológico4. Este problema lo manifiesta por vestir de negro y dejar de ir al casal para guardar el luto, así como también dejar de hacer actividades de su vida diaria que anteriormente realizaba porque se las hacía a su marido.
  • Infecciones del tracto urinario (ITU) de repetición, relacionado con el uso del orinal por las noches para no tener que desplazarse al baño de manera que no realiza una correcta higiene genital.
  • Disminución de la capacidad funcional relacionado con la inmovilidad manifestado por un resultado de 65 en la valoración del índice de Barthel.

 

CAUSAS Y CONSECUENCIAS:

Causas:

Edad: la paciente tiene 80 años. La inmovilidad aumenta con la edad debido a los cambios fisiológicos que se producen en el organismo y su patología asociada, tanto a nivel físico como psíquico, además de los cambios sociales y ambientales2.

Caídas: la paciente ya había caído anteriormente y manifestaba miedo a volver a caerse, por lo que disminuye su movilidad y utilizaba soporte técnico, el bastón, aunque su uso no era correcto.

Consecuencias:

Presenta una disminución de la capacidad funcional ya que, tras valorarla con el Barthel, nos daba una puntuación de 65, es decir, una dependencia leve.

Existe además alteración de la marcha, ya que tras pasar el Tinetti vimos que el equilibrio presenta una puntuación de 5/16 y la marcha 4/12). En total 9/28, es decir, presenta un alto riesgo de caídas.

Manifiesta que debido a la caída no sube ni baja escaleras ya que se ve incapaz.

Miedo a caer o más conocido como síndrome post-caída, pues una caída aumenta la probabilidad de volver a caer6.

Episodios de repetición de infecciones del tracto urinario (ITU), debido a que María presenta un orinal al lado de la cama causando que su higiene genital sea ineficaz, ya que tras terminar de orinar se vuelve a acostar a la cama.

Al padecer inmovilidad, existe una pérdida de masa magra. Tras la valoración con la MNA, presenta desnutrición7.

Escasas relaciones sociales, ya que María cree que debe guardar el luto en casa, lo que potencia una reducción de su movilidad.

 

PLAN DE CUIDADOS

Objetivos e indicadores:

  • Reducir riesgo de caídas. Indicadores: Tinetti y Downton.
  • Mejorar el estado nutricional: ingesta alimentaria y de líquidos Indicadores: MNA, IMC.
  • Mantener su autonomía. Indicadores: Escala de Barthel e índice de Lawton & Brody.
  • Mejorar el proceso de duelo. Indicadores: Yesavage.
  • Mantener el nivel de salud.

Como indicadores utilizaremos las escalas usadas en la entrevista para la valoración geriátrica. El uso de estos instrumentos nos permitirá re-valorar objetivamente si las intervenciones están siendo eficaces, pudiendo así modificar aquellos aspectos que no hayan alcanzado el objetivo. Deben ser útiles para poder valorar el fomento y mantenimiento de la máxima capacidad de reserva funcional y de autonomía de la paciente.

El quinto objetivo es muy general, por lo que lo valoraremos teniendo en cuenta la valoración del resto de objetivos, ya que todos ellos están establecidos para mejorar y mantener el nivel de salud.

 

INTERVENCIONES:

Fomentar la mejora del equilibrio y la marcha:

Recomendar el uso de caminador en períodos prolongados de inmovilidad, con debilidad generalizada o si presenta marcha inestable y alto grado de desequilibrio. El caminador produce una marcha a tres tiempos: primero avanza el caminador, después una de las EEII y después la otra.

Por contra, no recomendamos el uso de bastón, ya que solo soportan el 15-20% del peso corporal y su uso es en caso que la paciente necesitase un poco de ayuda en la marcha y en el equilibrio. También el uso de este favorece a la descompensación del cuerpo y por tanto existe un desplazamiento del punto de gravedad que perjudica en su equilibrio1,8.

Mantener movilidad articular evitando estar encamado el mayor tiempo posible e incitar a establecer una secuencia de actividades diarias que incluyan la deambulación independiente dentro de los límites de seguridad9.

Terapias de ejercicios para mejorar el equilibrio como ayudar a la paciente a balancear el tronco mientras se encuentra en posición de sentado sin utilizar las extremidades y, también, ayudar a ponerse de pie y balancear el cuerpo de un lado a otro para estimular los mecanismos de equilibrio9.

Potenciar su seguridad: Recomendar el uso de un zapato cerrado y que le sujete adecuadamente el pie, evitando el riesgo de caídas1. Durante la visita María llevaba un calzado inadecuado, con el que el pie no estaba bien sujeto, hecho que aumenta la predisposición a volver a caer.

Mejorar la estática y las actitudes posturales intentando mantener en todo momento la alineación corporal. También ayuda a colocarse en las posiciones de sentado y de pie, ya que gran parte de sus caídas es por falta de control de la postura a la hora de sentarse. Durante la enseñanza de estos debemos observar los ejercicios realizados por la paciente para su correcta ejecución9.

 

Uso correcto de la teleasistencia:

El servicio de teleasistencia móvil es una modalidad de servicio de atención que, con la tecnología adecuada, ofrece a los usuarios una atención inmediata y a distancia fuera de su domicilio habitual, asegurando una respuesta rápida a los problemas que les puedan sobrevenir, las 24 horas del día, los 365 días del año en cualquier lugar. En el caso de la paciente, debe tener un servicio de alarma de emergencia sanitaria, ya que su uso es requerido en caso de caídas10.

Explicar a la paciente que para la instauración de la teleasistencia se instala un aparato al domicilio conectado a la línea telefónica. Así pues, todo este equipo se complementa con un mando remoto en forma de collar11.

Ofrecer la información necesaria sobre el uso del collar.

Este utensilio puede mojarse de manera que puede llevarlo a la ducha o al baño11.

En caso de caída debe apretar un botón e inmediatamente se establecerá contacto con la Central de Alarmas de Cruz Roja. Este activará los recursos necesarios, tanto del entorno de María como del servicio de urgencias, con tal de darle una respuesta lo más rápido posible11.

Incidir en la importancia de llevarlo siempre encima, en cualquier momento del día11.

 

Favorecer el afrontamiento:

Fomentar las actividades sociales y comunitarias, ya que María hasta el fallecimiento de su marido acudía al casal frecuentemente. Allí tenía muchas amigas, por lo que podemos aprovechar para comunicarnos con ellas con la finalidad de que vayan a verla a su casa y así poder animarla a volver9.

Valorar el impacto de la situación vital de la paciente y saber cómo ha influenciado la muerte de su marido en su vida. Aceptar la muerte como real e irreversible es el primer paso para lograr la recuperación psicológica de María. En este caso estaría indicado informarle sobre sistemas de apoyo disponibles, ya que el encontrarse con gente que ha superado su mismo problema puede ayudar a aceptar la situación que está viviendo y seguir adelante con su vida4,9.

Animar la implicación familiar, ya que siempre son un gran punto de apoyo y conocen mejor que nadie a la paciente9.

 

Manejo de líquidos:

Redistribuir la ingesta de líquidos, aumentándole durante el día y disminuyendo durante la noche. María por la noche toma medicación, con un vaso de agua para ella, de manera que debemos reducir esa cantidad a un solo vaso previo a dormir, disminuyendo así el consumo de líquidos durante la noche.

Los requerimientos medios de líquido oscilan entre 30-35 ml. por kilogramo de peso y día, o bien 1-1,5 ml. por cada kilocaloría ingerida en la dieta. Esto implica que una persona mayor, con un peso de entre 55-70 kg, requerirá en condiciones normales, unos 2-2,5 litros de líquidos al día (8-12 vasos)12.

Disponer siempre de una botella de agua y un vaso en la mesa de la cocina o en los lugares donde pasa más rato. Promoviendo así un aumento de la ingesta hídrica durante el día. La botella puede ser de algún color atractivo incitando así a la ingesta.

 

Manejo de la nutrición:

Determinar las preferencias de la paciente para establecer una dieta adecuada a su estado de salud, motivándola hacia una ingesta óptima. La desnutrición y pérdida de peso de la paciente se asocia a la disminución de la ingesta nutritiva y a la pérdida de masa magra. Es muy importante el manejo de la nutrición, no solo por el aumento de peso, sino que también por la prevención del riesgo de caídas, ya que la desnutrición supone un aumento del riesgo de caídas13.

Evitar la soledad durante las comidas fortaleciendo el vínculo social y familiar, haciendo que sus hijos o íntimos del casal acudan a casa de María, teniendo así ella la predisposición de cocinar para más gente, lo que aumentaría la elaboración y riqueza de los platos. Además, los síntomas depresivos en gente mayor pueden asociarse a la desnutrición13.

 

Educación sanitaria para la prevención de ITU:

Realizar siempre la higiene genital después de cada micción de delante hacia atrás14.

Ofrecer la ingesta de arándano rojo que tiene un efecto acidificador de la orina, y así evitar la adhesión bacteriana14.

Consumir pequeñas cantidades de agua repetitivas veces a lo largo del día, ya que de esta manera se diluye más la orina y las micciones son más frecuentes. En el caso de María convendría el aumento de la ingesta de agua para aumentar la hidratación y para prevenir las ITU14.

Fortalecimiento y ejercicios de extremidades mediante ejercicios en sedestación.

 

CONCLUSIONES

La realización de este trabajo nos ha permitido aprender a realizar una valoración geriátrica integral teniendo en cuenta todas las necesidades del individuo.

También nos ha permitido conocer y reflexionar acerca de la realización de un plan de cuidados individualizado y personalizado sin seguir aquellos que se encuentran estandarizados, como la NANDA.

Nuestra paciente presentaba un síndrome de inmovilidad como problema principal. Esta inmovilidad hace años que la tenía, no obstante, el fallecimiento de su marido ha condicionado su deterioro. Todo esto provoca que la paciente haya dejado de hacer actividades que hacía en su vida cotidiana, ha pasado a ser levemente dependiente y a partir de aquí se han ido añadiendo problemas asociados y de riesgo que han provocado un descenso de calidad de vida y de salud.

Un 18% de las personas mayores de 65 años presentan dificultades para movilizarse sin ayuda, por lo que debemos de realizar valoraciones individualizadas para detectar este problema y aquellos que están asociados.

La valoración de enfermería constituye un pilar fundamental para la prevención de los diferentes síndromes existentes, mediante la utilización de escalas validadas.

 

BIBLIOGRAFÍA

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