Relación entre alimentación y acné. Cuidados de enfermería.

22 diciembre 2020

AUTOR

  1. Ana Ricón Bona. Graduada en Enfermería por la Universidad de Zaragoza. Cirugía General y Medicina Interna. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa.

 

RESUMEN

Actualmente está establecida la relación entre el déficit de algunos nutrientes y la aparición de enfermedades que afectan a la piel, como es el caso del déficit de niacina y la pelagra. Sin embargo, en otras patologías dermatológicas existe una gran controversia en el papel que la alimentación podría desempeñar en su prevención o como terapia coadyuvante1.

En el caso del acné, la evidencia científica orienta a pensar que modificaciones dietéticas podrían ayudar en su tratamiento y prevención de recurrencias1.

En el estudio recientemente publicado, Jama 2020, de nuevo se asocia el consumo de leche, productos grasos y azucarados con el acné en adultos. Si bien se sigue insistiendo en la necesidad de más estudios a gran escala que investiguen dicha asociación.

 

PALABRAS CLAVE

Dieta, nutrientes, acné vulgar, enfermedades de la piel, enfermería, investigación, medicina basada en la evidencia.

 

INTRODUCCIÓN

El acné es una enfermedad cutánea multifactorial que afecta a la unidad pilosebácea en su estructura y función, evidenciándose clínicamente por la aparición de comedones, pápulas, pústulas, nódulos, quistes, abscesos y flemones, los cuales pueden llegar a ocasionar secuelas permanentes físicas y psicológicas2.

La población que mayor incidencia presenta de acné son los adolescentes, sin embargo, cada vez se extiende más entre jóvenes y adultos. Entre los factores predisponentes destacamos la genética, si bien existen otros muchos, como el estrés y los cambios hormonales, que contribuyen a la mayor excreción de sebo por el folículo y que propician la colonización bacteriana3.

Desde finales de los años 60, existe una discusión sobre la relación de la alimentación con las enfermedades inflamatorias de la piel, entre las que se encuentra el acné. Esto nace de la observación de una mayor incidencia de dichas enfermedades en las poblaciones cuya alimentación se basa en un bajo consumo de frutas, verduras y granos enteros2. De hecho, es curioso cómo la población occidental padece entre un 80-90% acné en algún momento de su vida, siendo un dato mucho más reducido en orientales, posiblemente debido a la genética, pero también en gran medida al estilo de vida3.

Así pues, unas pautas adecuadas y actualizadas de intervención dietética en el paciente con acné parecen hacerse fundamentales, resultando mucho más saludables y menos intrusivas que la medicalización con antibióticos orales o el uso de isotretinoína4.

 

OBJETIVO

Realizar un estudio monográfico sobre la relación entre la alimentación y el acné, con el fin de poder hacer recomendaciones desde la consulta de enfermería basados en la evidencia científica actual.

 

METODOLOGÍA

Para elaborar el presente estudio se ha realizado una búsqueda bibliográfica en las bases de datos más conocidas en el ámbito de la salud como; PubMed, Medline, Cuiden, NLM Catalog y ScieLo.

Así mismo se ha consultado artículos publicados en la revista Nutrición Clínica y Dietética Hospitalaria (“órgano de expresión” de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación, SEDCA) y JAMA Dermatology (Asociación Médica Estadounidense).

 

DESARROLLO

Diversos estudios afirman que el consumo de alimentos con alto contenido en grasa y azúcares puede provocar o empeorar el acné, agravado por el bajo consumo de agua. Si bien se mencionan productos lácteos (como la leche desnatada y los quesos fermentados) entre los alimentos capaces de producir un cuadro más severo de acné por presentar una importante cantidad de grasa, varios estudios afirman que su consumo agrava el cuadro por ser precursor de la testosterona que contribuye a la producción de sebo.

La bollería industrial y azúcares simples contribuyen en una dieta rica en carbohidratos que parece aumentar también la producción de sebo en la piel. Especial mención merece el chocolate que, si bien se ha relacionado directamente con el acné, se ha comprobado que no es el cacao lo que produce la aparición de signos sino los ingredientes añadidos (como el azúcar) a sus diferentes presentaciones.

En el lado contrario se encuentran los vegetales y alimentos verdes, las hortalizas, la soja, y los alimentos ricos en zinc, omega-3, fibra y vitaminas C y E. La mayoría de ellos son potentes antioxidantes que ayudan a combatir los radicales libres y de esto modo mantener la piel libre de imperfecciones, controlar la producción excesiva de sebo y eliminar toxinas de la sangre. Los minerales y vitaminas, a groso modo, actúan como alimento natural para las células epiteliales en la piel manteniéndola firme y saludable5.

Un nuevo estudio publicado en JAMA (2020 Penso et al.) hace apenas unas semanas contó con casi 25.000 participantes procedentes de una cohorte francesa de todas las edades, los cuales completaron un exhaustivo cuestionario sobre el acné y su patrón alimentario: ingesta calórica y de nutrientes media diaria, frecuencia de consumo de distintos grupos de alimentos, calidad de los productos consumidor habitualmente, etc.6.

En él se reafirma que el consumo habitual de productos de baja calidad nutricional (ricos en grasas y azúcares) se relaciona con una aparición mayor de acné. Además, aunque con menor significación, el estudio también menciona como un consumo alto en lácteos, concretamente de leche, también aumenta el acné6.

 

RESULTADOS

Aún queda mucho por investigar en la relación de la alimentación con el acné. Faltan estudios multicéntricos, multidisciplinarios y complejos que ayuden a aclarar este tema. Sin embargo, hay numerosas evidencias que señalan que la alimentación puede tener un papel relevante en la patogenia del acné y que justifican la profundización de nuestros conocimientos al respecto1, 7.

El profesional sanitario no debe quedarse al margen de la nutrición moderna. Hoy en día, cuando se tiene más conciencia de la importancia de la alimentación en la prevención de las enfermedades cardiovasculares y metabólicas, debería reflexionarse en la incidencia que esa misma alimentación tiene sobre algunas enfermedades dermatológicas como el acné.

Si bien cada persona presenta factores agravantes diferentes, aumentar alimentos como la fruta, hortalizas, cereales integrales, soja, alimentos ricos en vitamina E, ácido oxálico, Zinc y niacinamida y reducir alimentos como azúcares y harinas refinadas, grasa saturada, alcohol, leche, chocolate y sal podría reducir las lesiones de acné8.

 

CONCLUSIÓN

Actualmente no contamos con evidencias suficientes para dar recomendaciones sólidas en la mayoría de los resultados encontramos, pero apuntan a que claramente una dieta saludable, controlada calóricamente, y con un aporte reducido en productos de baja calidad nutricional, se relaciona con menor riesgo de aparición de acné y menores complicaciones asociadas.

La intervención médica no es sólo intervención farmacológica, el personal sanitario tiene también funciones educativas y de consejo. Y no sólo en el momento de la consulta, sino a través de programas sanitarios de educación y prevención. Por eso es tan importante que nuestros consejos nutricionales sean siempre lo más objetivos posibles y para ello se hace imprescindible seguir investigando y profundizando en el tema.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Puerto Caballero, L.; Tejero García,P. Alimentación y nutrición: repercusión en la salud y belleza de la piel. Nutr. clín. diet. hosp. 2013; 33(2): 56-65.
  2. Becerra, Luis Miguel. Terapia nutricional para el acné. Aso. Col. Derma. 2014; 22 (3): 258-259.
  3. García, Andrea. Introducción al acné [Internet]. Fundación Alimentación Saludable. 2020 [Consultado 25 Sep 2020]. Disponible en:https://www.alimentacionsaludable.es/noticias/noticia.asp?id=459
  4. Sánchez Sendra, Álvaro Pau. Cómo curar el acné: alimentos prohibidos y curativos según la evidencia científica. Healthy-Pills. 2019.
  5. Valdés Gonzalez, Jorge Luis; Peralta Záa, Lilia Ofil. Relación entre nutrición y acné. CSSN. 2019; 10 Ed. Esp. (2019) Edición Especial SISANH 2019.
  6. Penso, Laetitia; Touvier, Mathilde; Deschasaux, Mélanie; Szabo de Edelenvi, Fabien; Hercberg, Serge; Ezzedine, Khaled; Sbidian, Emilie. Association Between Adult Acne and Dietary Behaviors: Findings From the NutriNet-Santé Prospective Cohort Study. JAMA dermatol. 2020; 10; 156(8): 1-9.
  7. Pérez-Cotapos S., María Luisa; Salomone, Claudia; Burgos C., Susana; Nicklas D., Claudia. Influencia de la dieta en el acné: revisión de la literatura. Rev. Chilena Dermatol. 2011; 27(1): 82-85.
  8. Fernández Ochando, María Victoria; González Pèdèflous, María Paz. Actualización en el tratamiento global del acné vulgar. Máster Universitario en Medicina Estética. Universitat Autónoma de Barcelona. 2007.

 

 

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