Plan de cuidados enfermero generalizado para el tratamiento de caídas en ancianos.

17 octubre 2021

AUTORES

  1. Olvido Ferrer Mayor. Enfermera del Bloque Quirúrgico del Hospital Universitario Miguel Servet (HUMS). Zaragoza, España.
  2. María Magdalena Alvarenga Benítez. Enfermera de Medicina Interna en Hospital Nuestra Señora de Gracia (HNSG). Zaragoza, España.
  3. Lara Guerrero Sotillos. Enfermera en Urgencias del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza.
  4. Beatriz Muñiz Sola. Enfermera en Centro de Coordinación 061, Zaragoza.
  5. Mirian Puyo Cebrián. Enfermera en Urgencias del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza.
  6. Raquel Guerrero Sotillos. Enfermera del Bloque Quirúrgico del Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza.

 

RESUMEN

Envejecer es una evolución lógica de nuestro proceso biológico que se manifiesta en unos evidentes cambios físicos, sociales y de conducta característicos de la edad avanzada que se combinan con el efecto de múltiples enfermedades agudas y crónicas. Esto es básicamente la diferencia de lo que sucede en el paciente adulto más joven. El individuo anciano suele tener una menor reserva funcional y una mayor fragilidad. Los síndromes geriátricos son conjuntos de síntomas y signos, con características comunes, que son altamente prevalentes en edades avanzadas, con múltiples etiologías y que todos ellos tienden a la discapacidad. Uno de ellos es la inestabilidad (englobando caídas y trastornos de la marcha). A pesar de que el concepto de fragilidad se halla ampliamente extendido en el ámbito de la geriatría y la gerontología, la palabra frágil sigue siendo utilizada muchas veces de manera inadecuada. Así, el término fragilidad es utilizado como sinónimo de riesgo de discapacidad. Una de las grandes metas de la geriatría es conseguir un envejecimiento saludable con el tiempo más corto posible de morbilidad, incapacidad y dependencia: esperanza de vida libre de enfermedad. Posiblemente sea el síndrome geriátrico del que más se conocen los factores de riesgo y, por tanto, donde más rentable resultan las distintas estrategias preventivas. Los objetivos de la prevención de caídas son conseguir la máxima movilidad del anciano, reducir el riesgo de caídas y su morbimortalidad. Como en otros aspectos de la geriatría, el abordaje debe ser interdisciplinar. Los objetivos a la hora de pautar ejercicio físico en el anciano frágil deberían centrarse, por lo tanto, en mejorar dicha capacidad funcional a través de mejoras en el equilibrio y la marcha y la disminución del riesgo y número de caídas.

 

PALABRAS CLAVE

anciano, fragilidad, equilibrio, caída, síndrome post caída.

 

ABSTRACT

Aging is a logical evolution of our biological process that is manifested in obvious physical, social and behavioral changes characteristic of advanced age that are combined with the effect of multiple acute and chronic diseases. This is basically the difference from what happens in the younger adult patient. The elderly individual usually has a lower functional reserve and greater frailty. Geriatric syndromes are sets of symptoms and signs, with common characteristics, which are highly prevalent in advanced ages, with multiple etiologies, and all of them tend towards disability. One of them is instability (including falls and gait disorders). Despite the fact that the concept of frailty is widely used in geriatrics and gerontology, the word fragile continues to be misused many times. Thus, the term frailty is used as a synonym for risk of disability. One of the great goals of geriatrics is to achieve healthy aging with the shortest possible time of morbidity, disability and dependency: life expectancy free of disease. It is possibly the geriatric syndrome for which the risk factors are best known and, therefore, where the different preventive strategies are most profitable. The objectives of fall prevention are to achieve maximum mobility in the elderly, reduce the risk of falls and its morbidity and mortality. As in other aspects of geriatrics, the approach must be interdisciplinary. The objectives when establishing physical exercise in the frail elderly should therefore focus on improving said functional capacity through improvements in balance and gait and reducing the risk and number of falls.

 

KEY WORDS

Elderly, frailty, balance, fall, post-fall syndrome.

 

INTRODUCCIÓN

La OMS define el envejecimiento como el proceso fisiológico que comienza en la concepción y que ocasiona cambios en las características de las especies durante el ciclo de la vida; esos cambios producen una limitación de la adaptabilidad del organismo en relación con el medio.1

En la vejez existe un aumento de la incidencia y prevalencia de enfermedades degenerativas, en las cuales la edad avanzada constituye por sí misma un factor de riesgo. Dichas enfermedades con frecuencia tienden, en su evolución, hacia situaciones de incapacidad.2

La geriatría nace a partir de la falta de interés por los problemas de los pacientes ancianos que, por su edad avanzada, eran con frecuencia falsamente etiquetados de incurables. Muchas veces estos pacientes eran rechazados de los programas de tratamiento médico o rehabilitador. Para entender mejor la geriatría hemos de analizar las características del modo de enfermar de los ancianos. Los cambios físicos, sociales y de conducta característicos de la edad avanzada se combinan con el efecto de múltiples enfermedades agudas y crónicas con diferente presentación y respuesta al tratamiento, hechos que la diferencian de lo que sucede en el paciente adulto más joven. El individuo anciano suele tener una menor reserva funcional y una mayor fragilidad.2

 

Los síndromes geriátricos son conjuntos de síntomas y signos, que tienen como características en

común, que son altamente prevalentes en edades avanzadas, que pueden tener múltiples etiologías y que todos ellos tienden a la discapacidad. Nos vamos a centrar en uno de ellos: La inmovilidad.2

Los cambios que se producen en el sistema musculoesquelético así como en el resto del organismo vienen determinados por:

a) Factores fisiológicos, que son consecuencia del uso del sistema con el paso del tiempo.

b) Factores patológicos, en relación a aquellas enfermedades que van a dejar una impronta.

c) Factores ambientales, como las consecuencias de los distintos tipos de riesgo que el estilo de vida conlleva. Los factores de riesgo más influyentes, desde esta perspectiva, son los relacionados con la movilidad y la alimentación.

Una caída es una patología muy frecuente en la población anciana, con consecuencias muy importantes y, sin embargo, a menudo se trata de una entidad que pasa inadvertida a los profesionales de la salud. Las razones por las que a menudo no se estudian son: el paciente no suele mencionar que se ha caído, no se pregunta acerca de caídas en la historia clínica, no se producen lesiones directas tras la caída y por qué se atribuye la caída al proceso normal de envejecimiento. Son una de las principales causas de lesiones, incapacidad, institucionalización e incluso de muerte en este grupo de población, y por este motivo se consideran un factor de fragilidad en el anciano.

 

Epidemiológicamente hablando, a nivel mundial en 2016 se constató en un estudio que entre 28 y 35% de las personas con edad superior a 65 años sufren una caída por año y se confirma un aumento de 32 a 42%, en las personas con más de 70 años. La incidencia de caída aumenta con la edad y con el grado de

fragilidad.3

En España, se realizó un estudio en 2015 donde se constató que el 28,4% de los participantes presentaron una o más caídas anuales. El 9,9% tuvieron múltiples caídas. Un tercio de las caídas fueron por causa extrínseca accidental. El 9,3% de las personas que cayeron tuvieron fracturas (el 3,1% tuvieron fractura de cadera) y el 55,4% requirió asistencia médica (el 29% en urgencias hospitalarias; un 7,3% fueron ingresados). Los factores de riesgo identificados en análisis multivariante fueron: edad avanzada (> 79 años), no tener pareja, consumir más de 2 fármacos, dependencia para ABVD, disminución de fuerza o equilibrio y marcha con ayuda técnica.4

El riesgo de caídas es un fenómeno de interés para los enfermeros, por lo que se encuentra clasificado como diagnóstico de enfermería (DE), denominado “riesgo de caída”, e integra la taxonomía II de la NANDA-Internacional desde el año 2000. Los factores de riesgo están organizados en diferentes grupos (adultos, niños, cognitivos, ambientales, agentes farmacológicos y fisiológicos).3

 

Cuando un anciano sufre una caída, esto puede desencadenar sentimientos de ansiedad y miedo a sufrir de nuevo un evento similar. Es decir, la persona puede desarrollar lo que se conoce como el “síndrome post caída”, pérdida de la confianza en sí mismo y restricción de determinadas actividades de la vida diaria (AVD) como consecuencia. Incluso pueden verse afectadas las relaciones sociales que los pacientes tenían previamente.

Para la prevención de caídas recurrentes, es fundamental identificar los factores de riesgo que han producido caídas previas, y aplicar las intervenciones adecuadas a nivel interdisciplinar y de manera individualizada.

Hay diferentes factores de riesgo que predisponen a los ancianos a caerse y les hacen ser más vulnerables. Por ello, la primera intervención para una prevención efectiva sería identificarlos. Estos riesgos se pueden clasificar en intrínsecos o no modificables y extrínsecos o modificables.5

 

a) Factores intrínsecos (propios del paciente y que serán determinados por los cambios fisiológicos referentes a la edad):

  •  Causas neurológicas: trastornos laberínticos, accidente cerebro vascular, demencia.
  • Causas cardiovasculares: infarto de miocardio, arritmias, embolia pulmonar.
  • Causas musculoesqueléticas-. artrosis, artritis, deformidades de la columna vertebral.
  • Otras causas: Intoxicaciones. hipoglucemia. anemia, diarrea, ansiedad, depresión.
  •  Fármacos: hipotensores, betabloqueantes, diuréticos.

b) Factores extrínsecos: Corresponden a los llamados factores ambientales, del entorno arquitectónico, o bien de elementos de uso personal, y contribuyen hasta en el 50% de las caídas.

  •  Barreras arquitectónicas en el hogar: mobiliario inadecuado.
  •  Costumbres peligrosas: caminar descalzo, subirse en taburetes o escaleras.6

Las Consecuencias del síndrome de caídas se pueden clasificar como inmediatas y tardías:

Las primeras incluyen lesiones menores en partes blandas y fracturas, que son más frecuentes en la cadera, el fémur, el húmero, las muñecas y las costillas. La dificultad para levantarse se produce en el 50% de los casos, y el 10% permanece en el suelo más de una hora, lo cual puede provocar deshidratación, infecciones y trastornos psicológicos.

Las consecuencias tardías comprenden Limitación funcional y Síndrome post caída.

 

Las fracturas de cadera en primer lugar, y otras lesiones del sistema osteoarticular fueron las más frecuentes como consecuencia de caídas por lo que muchos expertos recomiendan la rehabilitación con ejercicios que mejoran el tono muscular, la flexibilidad y la agilidad del anciano, sobre todo después del encamamiento para intentar devolver al anciano la confianza en sí mismo, así como:

  • A los familiares, eliminar las barreras arquitectónicas dentro del hogar para evitar caídas y secuelas que pudieran provocar las mismas.
  • A los profesionales de la Salud, realizar acciones de promoción de salud y prevención de riesgo en el adulto mayor, fundamentalmente en la práctica de ejercicio físico.7

Con el envejecimiento, la potencia muscular se deteriora de forma más precoz que la fuerza muscular y en poblaciones frágiles la potencia se asocia de forma más significativa con la capacidad funcional que con la fuerza muscular. En la actualidad, incluso en los más ancianos, los programas de entrenamiento multicomponente constituyen las intervenciones más relevantes para enlentecer la discapacidad y otros eventos adversos, especialmente aquellos donde los ejercicios de fuerza se acompañan de otros ejercicios a altas velocidades dirigidos a mejorar la potencia muscular. Además, estos programas resultan intervenciones eficaces en otros dominios de la fragilidad como el deterioro cognitivo y las caídas. En el anciano frágil, el ejercicio físico debería prescribirse de forma progresiva, con un plan individualizado y con la misma exactitud que otros tratamientos médicos.

Los objetivos a la hora de pautar ejercicio físico en el anciano frágil deberían centrarse, por lo tanto, en mejorar dicha capacidad funcional a través de mejoras en el equilibrio y la marcha y la disminución del riesgo y número de caídas. Para la obtención de estos objetivos, es necesario que el diseño de un programa de ejercicio físico en el anciano frágil deba acompañarse necesariamente de recomendaciones sobre variables tales como la intensidad, potencia, volumen y frecuencia de entrenamiento ideales en esta población.8

 

OBJETIVO

El objetivo de este trabajo es identificar qué intervenciones de enfermería pueden ayudar a prevenir caídas recurrentes en las personas mayores institucionalizadas, y minimizar el impacto emocional que ocasionan estos episodios. Para ello, se desarrolla un caso clínico y, tras el análisis de la evidencia científica, se proponen intervenciones para evitar la recurrencia de un episodio de caída y sus consecuencias.

 

METODOLOGÍA

Para la elaboración de este trabajo se han consultado varias bases bibliográficas (MEDLINEPLUS, ScienceDirect y Google Académico) utilizando como descriptores las palabras claves citadas anteriormente. Se realiza una revisión bibliográfica en la que se han incluido artículos cuyo idioma fuera en castellano o inglés, con fecha posterior al año 2007.

Los datos son obtenidos de la historia clínica electrónica, mediante entrevista con el propio paciente y a través de su exploración física a lo largo de su ingreso en urgencias.

En primer lugar, se realiza una revisión bibliográfica con carácter retrospectivo. Posteriormente, se realiza una valoración de enfermería conforme a Virginia Henderson en relación con algunos problemas derivados de la enfermedad del paciente. Una vez realizada la valoración, se exponen los diagnósticos NANDA, resultados NOC e intervenciones NIC de los principales diagnósticos de enfermería.

 

PRESENTACIÓN DEL CASO CLÍNICO

Varón de 83 años que acude por herida abierta de región glútea.

ANTECEDENTES PERSONALES:

Datos Clínicos: Parkinsonismo. Hipertensión arterial. Hipertrofia benigna de próstata.

IQ: no

Medicación Actual: Carreldon retard, tevetens plus, lamictal, dilutol 10, omeprazol 20, ibuprofeno 600.

Sin alergias medicamentosas conocidas hasta la fecha.

ENFERMEDAD ACTUAL:

Paciente que acude por heridas en ambos glúteos tras caída accidental hace 1hora. NO TCE. No pérdida de conocimiento.

EXPLORACIÓN GENERAL:

Tensión Arterial: 145/68 mmHg, Frecuencia Cardiaca: 74 p.m., Saturación: 99%.

Herida incisa en glúteo izquierdo, de aproximadamente 6 cm. Bordes contundidos, fondo limpio. Escaso sangrado activo. No indicios de

infección. No lesión de estructuras profundas. Exploración neurovascular sin alteraciones.

Además, presenta herida incisa en glúteo derecho de aproximadamente 5 cm. Bordes regulares y fondo limpio. Escaso sangrado activo. No

indicios de infección. No lesión de estructuras profundas. Exploración neurovascular sin alteraciones.

Caderas: no dolor a la palpación en trocánter ni zona inguinal. No dolor a la palpación de apófisis espinosas lumbares. Movilidad de MMII conservada y sin dolor.

PRUEBAS COMPLEMENTARIAS:

PELVIS, AP: sin alteraciones óseas agudas.

 

EVOLUCIÓN:

Limpieza de heridas.

En glúteo izquierdo: Exploración de la misma bajo Anestesia local con Mepivacaína 2%, sin objetivar cuerpos extraños. Realizamos Friedrich de bordes y aproximamos tejido subcutáneo con Novosyn 3.0. Cierre de piel con grapas. 4.0. Cura con Betadine.

Glúteo derecho: cierre de piel con grapas.

Colocamos apósitos compresivos.

IMPRESIÓN DIAGNÓSTICA:

877.0 HERIDA INCISA EN REGIÓN GLÚTEA.

TRATAMIENTO DE ALTA:

– Reposo relativo, frío local.

– Mantener la herida limpia y seca.

– Curas diarias con Betadine.

– Curas periódicas en su centro de salud cada 48-72 horas.

– Retirada de puntos en 10-12 días en su Centro de Salud.

– Analgesia habitual sin dolor.

– Control por Médico de atención primaria.

– Si empeoramiento de los síntomas acudir a valoración médica.

 

VALORACIÓN DE ENFERMERÍA SEGÚN VIRGINIA HENDERSON Y TAXONOMÍA NANDA NIC NOC

1.- CONTUSIÓN MIEMBRO INFERIOR – TRAUMATISMOS EN EXTREMIDADES

VALORACION VIRGINIA HENDERSON:

1.Respiración:Sin alteraciones.
2.Alimentación/Hidratación: Sin alteraciones.
3.Eliminación:Sin alteraciones.
4. Movilidad / Postura: Valorar el deterioro de la perfusión tisular periférica, determinando si hay síntomas relevantes como el dolor, parestesias y /o el hormigueo en extremidades.
5. Dormir / Descansar: Sin alteraciones.
6. Vestirse / Desvestirse: Sin alteraciones.
7. Temperatura corporal: Sin alteraciones.
8. Higiene / Integridad piel y mucosas: Valorar si existe alteración de la integridad cutánea, así como induración, pigmentación anormal o alteración de la temperatura de la piel en la zona del traumatismo.
9. Evitar peligros: Valorar el nivel de dolor referido, la presencia de diaforesis, las expresiones faciales de dolor y el hecho de frotar la zona afectada por el traumatismo. Valorar los signos de infección causada por la lesión traumática.
10. Comunicación / Relaciones sociales: Sin alteraciones.
11. Valores / Creencias: Sin alteraciones.
12. Autorrealización: Sin alteraciones.
13. Entretenimiento: Sin alteraciones.
14. Aprendizaje: Sin alteraciones.

PLAN DE CUIDADOS:
Diagnósticos NANDA:

00132 – Dolor agudo relacionado con agentes lesivos (físicos).

00044 – Deterioro de la integridad tisular relacionado con factores mecánicos (traumatismo).

00004 – Riesgo de infección relacionado con defensas primarias inadecuadas (traumatismo tisular, destrucción tisular, retención de los líquidos corporales).

00228 – Riesgo de perfusión tisular periférica ineficaz relacionado con conocimientos deficientes sobre el proceso de la enfermedad (traumatismo).

Resultados NOC:

002102 – Nivel del dolor.

1101 – Integridad tisular: piel y membranas mucosas.

0702 – Estado inmune.

0407 – Perfusión tisular: periférica.

Intervenciones NIC:

1400 – Manejo del dolor.

2210 – Administración de analgésicos.

1380 – Aplicación de calor o frío.

 

2.- MOVILIDAD FÍSICA LIMITADA.

VALORACIONES VIRGINIA HENDERSON:

1. Respiración: Sin alteraciones.

2. Alimentación/ Hidratación: Valorar la capacidad del paciente para realizar las actividades de alimentación.

3. Eliminación: Valorar la capacidad del paciente para realizar las actividades de evacuación.

4. Movilidad / Postura: Valorar la capacidad del paciente para ambular, mantener la posición corporal, realizar una marcha eficaz, bajar y subir escaleras.

5. Dormir / Descansar: Valorar la capacidad del paciente para preparar la vestimenta y vestirse.

6. Vestirse / Desvestirse: Sin alteraciones.

7. Temperatura corporal: Sin alteraciones.

8. Higiene / Integridad piel y mucosas: Valorar la capacidad del paciente para realizar las actividades de baño/higiene.

9. Evitar peligros: Determinar el grado de dolor referido por el paciente, así como la existencia de irritabilidad e inquietud. Determinar el grado de seguridad del hogar del paciente, así como su conducta frente a la prevención de lesiones.

10. Comunicación / Relaciones sociales: Valorar los sentimientos del paciente (autoestima, desesperanza, tristeza, depresión, etc.).

11. Valores / Creencias: Sin alteraciones.

12. Autorrealización: Valorar el grado de adaptación a la discapacidad física.

13. Entretenimiento: Sin alteraciones.

14. Aprendizaje: Sin alteraciones.

PLAN DE CUIDADOS:

Diagnósticos NANDA:

00085 – Deterioro de la movilidad física relacionado con intolerancia a la actividad, deterioro cognitivo, disminución de la resistencia, disminución del control muscular, disminución de la masa muscular, deterioro musculoesquelético y/o entre otros factores.

00088 – Deterioro de la deambulación relacionado con deterioro musculoesquelético, deterioro del equilibrio, deterioro cognitivo, dolor y/o entre otros factores.

00090 – Deterioro de la habilidad para la traslación relacionado con obesidad, deterioro neuromuscular, deterioro musculoesquelético y/o entre otros factores.

00123 – Desatención unilateral relacionado con lesión cerebral por un traumatismo, lesión cerebral por enfermedad neurológica, hemiplejía y/o entre otros factores.

00133 – Dolor crónico relacionado con incapacidad física crónica.

00035 – Riesgo de lesión relacionado con alteración de la movilidad.

00155 – Riesgo de caídas relacionado con prótesis en extremidades inferiores, uso de dispositivos de ayuda, deterioro de la movilidad física y/o entre otros factores.

00038 – Riesgo de traumatismo relacionado con problemas de equilibrio y/o disminución de la coordinación muscular.

00102 – Déficit de autocuidado: alimentación relacionado con deterioro musculoesquelético.

00108 – Déficit de autocuidado: baño relacionado con deterioro musculoesquelético.

00109 – Déficit de autocuidado: vestido relacionado con deterioro musculoesquelético.

00110 – Déficit de autocuidado: uso del inodoro relacionado con deterioro musculoesquelético.

00153 – Riesgo de baja autoestima situacional relacionado con deterioro funcional.

00224 – Riesgo de baja autoestima crónica relacionado con acontecimiento traumático y/o situación traumática.

00124 – Desesperanza relacionado con prolongada restricción de la actividad que crea aislamiento.

00137 – Aflicción crónica relacionado con experimenta discapacidad crónica.

Resultados NOC:

0208 – Movilidad.

0200 – Ambular.

1308 – Adaptación a la discapacidad física.

2102 – Nivel de dolor.

1910 – Ambiente seguro del hogar.

1909 – Conducta de prevención de caídas.

0300 – Autocuidados: actividades de la vida diaria (AVD).

1205 – Autoestima.

1201 – Esperanza.

1208 – Nivel de depresión.

Intervenciones NIC:

0221 – Terapia de ejercicios: Ambulación.

0226 – Terapia de ejercicios: control muscular.

0224 – Terapia de ejercicios: movilidad articular.

2760 – Manejo ante la anulación de un lado del cuerpo.

1400 – Manejo del dolor.

6486 – Manejo ambiental: seguridad.

6490 – Prevención de caídas.

1800 – Ayuda al autocuidado.

5400 – Potenciación de la autoestima.

5310 – Dar esperanza.

5330 – Control del humor.

 

3.- DOLOR AGUDO. 

VALORACIONES VIRGINIA HENDERSON:

1. Respiración: Sin alteraciones.

2. Alimentación / Hidratación: Sin alteraciones.

3. Eliminación: Sin alteraciones.

4. Movilidad / Postura: Sin alteraciones.

5. Dormir / Descansar: Sin alteraciones.

6. Vestirse / Desvestirse: Sin alteraciones.

7. Temperatura corporal: Sin alteraciones.

8. Higiene / Integridad piel y mucosas: Sin alteraciones.

9. Evitar peligros: Determinar el grado de dolor referido por el paciente, así como la duración de cada episodio de dolor. Determinar las consecuencias que tiene para el paciente el dolor que sufre (absentismo laboral, alteración de la eliminación intestinal, alteración en la concentración mental, alteración de la higiene personal, trastornos de la movilidad, afectación del sueño, etc.).

10. Comunicación / Relaciones sociales: Sin alteraciones.

11. Valores / Creencias: Sin alteraciones.

12. Autorrealización: Sin alteraciones.

13. Entretenimiento: Sin alteraciones.

14. Aprendizaje: Sin alteraciones.

PLAN DE CUIDADOS:

Diagnósticos NANDA:

00132 – Dolor agudo relacionado con agentes lesivos (biológicos, químicos, físicos y/o psicológicos).

Resultados NOC:

002102 – Nivel del dolor.

2101 – Dolor: efectos nocivos.

Intervenciones NIC:

1400 – Manejo del dolor.

2210 – Administración de analgésicos.

1800 – Ayuda al autocuidado.

2390 – Prescribir medicación.

 

4.- HERIDA REGION GLUTEA.

VALORACIONES VIRGINIA HENDERSON:

1. Respiración: Sin alteraciones.

2. Alimentación / Hidratación: Sin alteraciones.

3. Eliminación: Sin alteraciones.

4. Movilidad / Postura: Sin alteraciones.

5. Dormir / Descansar: Sin alteraciones.

6. Vestirse / Desvestirse: Sin alteraciones.

7. Temperatura corporal: Sin alteraciones.

8. Higiene / Integridad piel y mucosas: Sin alteraciones.

9. Evitar peligros: Determinar el grado de dolor referido por el paciente, así como la duración de cada episodio de dolor. Determinar las consecuencias que tiene para el paciente el dolor que sufre (absentismo laboral, alteración de la eliminación intestinal, alteración en la concentración mental, alteración de la higiene personal, trastornos de la movilidad, afectación del sueño, etc.).

10. Comunicación / Relaciones sociales: Sin alteraciones.

11. Valores / Creencias: Sin alteraciones.

12. Autorrealización: Sin alteraciones.

13. Entretenimiento: Sin alteraciones.

14. Aprendizaje: Sin alteraciones.

PLAN DE CUIDADOS:

Diagnósticos NANDA:

00132 – Dolor agudo relacionado con agentes lesivos (biológicos, químicos, físicos y/o psicológicos).

Resultados NOC:

002102 – Nivel del dolor.

2101 – Dolor: efectos nocivos.

Intervenciones NIC

1400 – Manejo del dolor.

2210 – Administración de analgésicos.

1800 – Ayuda al autocuidado.

2390 – Prescribir medicación.

 

EJECUCIÓN

Para que este plan de cuidados pueda realizarse correctamente, es necesario que el equipo compuesto por todos los profesionales sanitarios, en colaboración con el entorno más cercano al paciente realice el conjunto de intervenciones y actividades citadas anteriormente.

 

CONCLUSIÓN

Llevados a cabo los principales diagnósticos de enfermería, se pudo controlar el episodio de caída del paciente, las complicaciones derivadas.

Por lo tanto, podemos decir que hemos alcanzado el objetivo, elaborar un plan de cuidados de enfermería para un paciente que padece una caída evitando posibles complicaciones posteriores.

 

BIBLIOGRAFÍA

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