Manejo de las convulsiones febriles simples en pediatría.

28 agosto 2020

AUTORES

  1. Nuria Tabuenca Prat. Facultad de Ciencias de la Salud Universidad San Jorge. Máster Oficial en Investigación en Ciencias de la Salud. Graduada en Enfermería.
  2. Laura Viscasillas Salas. Diplomada en Fisioterapia por la Universidad de Valladolid.
  3. María José Betés Arregui. Diplomada en Fisioterapia por la Universidad de Valladolid.
  4. Rebeca Arregui Combalía. Diplomada en Fisioterapia por la Universidad de Zaragoza.

 

RESUMEN

Las convulsiones febriles simples son crisis convulsivas desencadenadas por un proceso febril agudo sin que exista ningún daño a nivel del sistema nervioso central. Es un trastorno benigno dependiente de la edad, de predominio convulsión tipo generalizada y breve. Es el tipo de convulsión más frecuente en la infancia. Su incidencia es en la mayoría de los casos desde los 18 meses a los 2 años de edad. El control de la fiebre con medidas físicas o antitérmicas y el uso de anticonvulsivantes no reducen la recurrencia de las convulsiones febriles. El pediatra y/o la enfermera de familia y comunitaria tiene un papel vital, es fundamental adiestrar a los padres en el manejo de la fiebre, cuando aparezca un cuadro agudo para disminuir su estrés, ansiedad y temor frente a la fiebre y la convulsión febril. El pronóstico a largo plazo es bueno.

 

PALABRAS CLAVE

Convulsión febril, fiebre, urgencia pediátrica, pediatría.

 

INTRODUCCIÓN

Las convulsiones febriles simples (CFS) son crisis convulsivas desencadenadas por un proceso febril agudo sin que exista ningún daño a nivel del sistema nervioso central1. Es un trastorno benigno dependiente de la edad, con predominio de convulsiones generalizadas y breves. También se conoce como convulsión febril típica o benigna y consta de unas características que la definen: su presentación cuando hay una temperatura corporal igual o mayor de 38ºC cuya duración no excede de los 15 minutos, es generalizada y no compromete el centro de la coordinación, ocurre exclusivamente una vez en un periodo de 24 horas, no hay afectaciones intracraneales ni desequilibrios metabólicos graves. Sus movimientos son tónico-clónicos y se resuelven espontáneamente2.

Es el trastorno convulsivo más frecuente de la infancia, el 2-5% de los niños menores de 5 años lo presentan1. En la mitad de los pacientes hay antecedentes familiares del mismo proceso o epilepsia.

La etapa comprendida en la que suceden abarca desde los 6 meses a los cinco años aunque ocurren más a menudo entre los 18 meses y los dos años. Ocurren durante las primeras 24 horas de una enfermedad y aunque muchas veces coinciden con el pico máximo de fiebre otras veces se presentan cuando la fiebre no es muy alta3.

Se presupone un patrón hereditario y una relación genética entre las convulsiones febriles y algunos síndromes epilépticos generalizados y parciales más frecuentes en la etapa de la infancia1. Su etiología se atribuye también a factores ambientales que engloban a infecciones, dependiente de la raza, por la administración de vacunas, ferropenia, niveles de Zinc en sangre disminuidos, estrés prenatal4.

La mayoría ocurren en el sexo masculino y en invierno y verano son las estaciones del año con más incidencia, relacionadas con brotes de procesos infecciosos respiratorios y diarreicos respectivamente4.

 

CLASIFICACIÓN

Las convulsiones febriles se clasifican en simples o complejas.

Las CFS constituyen el 70% de las convulsiones febriles, la forma más común son las tónico-clónicas o clónicas.

Las convulsiones febriles complejas, representan el 30% y se dan una o más características: crisis focal, duración mayor a 15 minutos, recurren dentro de las 24 horas o en el mismo proceso febril y/o dejan secuelas neurológicas, la más común la parálisis de Todd3.

 

MANIFESTACIONES CLÍNICAS

La CF se manifiesta con pérdida de conciencia unida a una afectación motora de diferentes formas:

  • Movimientos tónico-clónicos de las extremidades.
  • Rigidez muscular.
  • Ausencia de movimientos, hipotonía.

Pueden ir acompañadas de movimientos de chupeteo, cianosis, desviación de la mirada e incluso relajación de esfínteres.

La mayoría de las convulsiones duran menos de dos minutos aunque algunas duran más. Después de la convulsión el niño acostumbra a quedar postcrítico.

Si la convulsión dura más de 15 minutos, es una crisis focal o se repite varias veces durante el mismo proceso no es una convulsión febril típica.

 

DIAGNÓSTICO3

Para determinar la CF se realiza un diagnóstico clínico para determinar el origen de la fiebre a través de un examen físico y en una cuidadosa anamnesis, se clasifica la convulsión como simple o compleja3.

Se debe realizar diagnóstico diferencial fundamentalmente de infección del sistema nervioso central (meningitis-encefalitis-encefalitis herpética), convulsiones asociadas a fiebre en un niño con epilepsia previa, alteraciones metabólicas como hipoglucemia o hipocalcemia, tóxicos, traumatismos de cráneo y de otras enfermedades sistémicas como el síndrome urémico hemolítico o el déficit de biotinidasa)5.

Tras la confirmación de CF simple no son necesarios estudios complementarios.

 

TRATAMIENTO

En la CFS, si cede espontáneamente la convulsión dentro de los 3 minutos, no está indicado ningún tratamiento medicamentoso3.

Para evitar el riesgo de aspiración, posicionar al paciente con la cabeza lateralizada y considerar la colocación de sonda nasogástrica.

Si no cede, se administra diazepam intrarrectal, en dosis 0,5mg/kg. es efectivo como tratamiento agudo en las crisis con una duración mayor de 5-10 minutos o cuando no se consigue rápidamente acceso venoso en una atención médica inmediata3.

Ante crisis de mayor tiempo de evolución se necesita estabilización de emergencia utilizando el ABCDE, lo principal es estabilizar las funciones vitales, mantener vía aérea permeable, poner cánula orofaríngea si es necesario y sobretodo administrar oxígeno, si es necesario aspiración de secreciones, asegurar la perfusión y control de glucosa en sangre5. Se monitorizan signos vitales. Se administra diazepam intravenoso lento hasta que cede la convulsión, pudiéndose repetir luego a los 10 minutos en caso necesario.

El tiempo que tarda en alcanzar una concentración eficaz en el cerebro es de 10 segundos. En ocasiones se usan otras benzodiacepinas como lorazepam intravenoso, midazolam en sus formas intravenosa, oral e intranasal3.

Valorar la necesidad de monitorizar el estado ácido-base y glucemia.

Continuar con manejo de estatus convulsivo si no cesa la convulsión.

Debemos también bajar la fiebre ya que es el mecanismo desencadenante, administrando paracetamol rectal.

Muchas veces ceden sin necesidad de administrar nada más, otras es necesaria la administración de diazepam.

No se recomienda la profilaxis para la prevención de la recurrencia de las CFS, dado el pronóstico benigno y los potenciales efectos adversos de la terapia profiláctica.

En su manejo hay que hacer especial énfasis en explicar los primeros auxilios de la crisis y ofrecer un asesoramiento cuidadoso a los padres y/o tutores3. Adiestrar sobre el manejo de un nuevo episodio eventual y sobre el uso del diazepam por vía rectal o midazolam intranasal. Recomendar mantener la calma, movilizar al niño solo si el sitio donde esta puede resultar peligroso, aflojarle la ropa, si esta inconsciente ponerlo en posición lateral de seguridad4, no forzar apertura bucal, observar la duración y el tipo de convulsión, grabarla si es posible, no dar fluidos por la boca, aplicar paños húmedos con agua tibia, administrar el antitérmico rectal y diazepam rectal si se prolonga más de 2-3 minutos, ponerse en contacto con el pediatra en cada evento3,4.

La intervención médica será inmediata si la CF no remite con el tratamiento, si dura más de 10 minutos, si hay alteración prolongada de la conciencia, parálisis, convulsiones focales o recurrentes y síntomas como vómitos, rash, movimientos anormales, entre otros3,5.

En el caso de uno o más episodios de CFS, se recomienda una observación continua siguiendo el principio de “esperar y ver”3.

Las CFS las maneja el pediatra general, en el caso de crisis repetidas o complejas se deriva a consulta con el especialista5.

Criterios de ingreso en la CFS3,4:

  • Primer episodio de CFS
  • Edad mayor de 18 meses no es necesario el ingreso
  • Edad menor de 18 meses, debe valorarse el ingreso.
  • CFS con antecedentes de otro episodio, valorar el ingreso.
  • Sospecha de infecciones severas o no localizadas requiere ingreso.

Las CF Complejas si requieren de ingreso hospitalario.

 

PRONÓSTICO

Las CFS raramente causan daño cerebral, son muy poco frecuentes las secuelas y no existen muertes relacionadas3. Por lo que la mayoría de los niños que han sufrido una CFS tienen buen pronóstico a largo plazo4.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Fernández-Jaén A, Calleja-Pérez B, Anciones B. Convulsiones febriles. Med Integral. 2000;39(1):4-7.
  2. Ramírez BA, García GP, Junco JL, Plazas M. Pediatría. Convulsión febril en población pediátrica: definición, diagnóstico y tratamiento. Pediatría. 2012; 4(1):36-46.
  3. Rojas de Recalde L, Montiel de Doldán ME, Sostoa G, Aldana A, Lezcano M. Convulsión febril. Pediatr. (Asunción). 2011;38(1):63-67.
  4. Fernández S, Argüelles L. Convulsión febril en la infancia: reconocimiento, abordaje y cuidados. RqR Enfermería Comunitaria (Revista de SEAPA). 2018;6(4):34-51.
  5. Menéndez MC, Mauricio A, Delgado KM, Zambrano AI. Alternativas de cuidado en infantes con convulsiones febriles. RECIMUNDO. 2019;3(4):380-394.

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