Manejo de la vía intraósea en situaciones de urgencia. Revisión sistemática.

9 octubre 2021

AUTORES

  1. Paula Constante Pérez. Enfermera Urgencias en Hospital Universitario Miguel Servet.
  2. Vanesa Gómez Barranco. Enfermera Urgencias en Hospital Universitario Miguel Servet.
  3. Elisa Felipe Carreras. Enfermera Urgencias en Hospital Universitario Miguel Servet.
  4. Joaquín Cristóbal Sangüesa. Enfermero en Hospital Universitario Miguel Servet.
  5. Patricia Leal Campillo. Enfermera Urgencias en Hospital Universitario Miguel Servet.
  6. Cristina Benito López. Enfermera Urgencias en Hospital Universitario Miguel Servet.

 

RESUMEN

La vía intraósea fue utilizada al inicio en el ámbito militar en la Segunda Guerra Mundial. Aunque posteriormente se perdió el interés por esta vía, actualmente es considerada como segunda vía de elección en aquellas situaciones de emergencias en las que canalizar una vía venosa resulta dificultosa o tardía.

La vía intraósea permite obtener un acceso venoso rápido y eficaz si no es posible un acceso periférico en situaciones de emergencia, pudiéndose administrar los mismos fármacos que por vía endovenosa. Los cuidados de la vía son básicamente los mismos que cualquier vía venosa.

Hoy en día sigue siendo una vía infrautilizada debido quizás a la falta de conocimiento o entrenamiento de la técnica. Debido a ello, es importante el conocimiento por parte de enfermería de una correcta elección del punto, técnica de inserción y de los cuidados necesarios para su mantenimiento, ya que se minimizan al máximo el riesgo de posibles complicaciones y aumenta la seguridad del paciente y la efectividad del tratamiento administrado.

 

PALABRAS CLAVE

vía intraósea, acceso vascular, urgencias, emergencias, paciente crítico.

 

ABSTRACT

The intraosseous access was used at the beginning in the military sphere in the Second World War. Although interest in this access was subsequently lost, it is currently considered as a second way of choice in emergency situations in which channelling a venous access is difficult or late.

The intraosseous access allows rapid and effective venous access if peripheral access is not possible in emergency situations, being able to administer the same drugs as intravenously. The care of this access is basically the same as any venous access.

Today it is still an underutilized access perhaps due to the lack of knowledge or training of the technique. Due to this, it is important that the nursing staff be aware of the correct choice of the point insertion technique and the necessary care for its maintenance, since the risk of possible complications is minimized to the máximum and increases the safety of the patient and the effectiveness of the administered treatment.

 

KEY WORDS

Intraosseous access, vascular access, urgencies, emergencies, critical patient.

 

INTRODUCCIÓN

La vía intraósea utilizada como acceso vascular fue descrita inicialmente en el año 1992, pero ya fue usada durante la Segunda Guerra Mundial como inducción a la anestesia. Como todas las técnicas de emergencia, en primer lugar fue utilizada en el ámbito militar 1,2. Posteriormente, esta vía fue desplazada por el desarrollo de los catéteres intravenosos, pero en la década de los años 90 se vuelve a recuperar el interés de la vía intraósea, sobre todo en el campo de la pediatría, ya que casi en el 50% de los casos, conseguir un acceso venoso en los niños en casos de urgencia es complicado, por lo que se comenzó a defender la vía intraósea como alternativa ante la imposibilidad de canalizar una vía intraósea 3.

Existen situaciones de emergencias en las que el acceso venoso puede ser complicado y tardío por diferentes motivos o porque el paciente se encuentre en estado de shock donde hay una redistribución del flujo sanguíneo hacia las áreas vitales mediante vasoconstricción periférica siendo el acceso venoso más dificultoso 4. La vía intraósea (IO) es un acceso vascular de urgencia para la infusión de sueroterapia, farmacoterapia, y derivados sanguíneos en el paciente grave, ya que la cavidad medular se comporta como una vena “no colapsable” 1,2,3,4.

Asimismo, desde el 2005, la American Heart Association, los protocolos de la Pediatric Advanced Life Support y el Consejo Europeo de Resucitación o European Resuscitation Council (ERC) 2010, en su Guía de Soporte Vital Avanzado informa que, si el acceso venoso no se puede conseguir en los primeros 2 minutos de resucitación, se debe considerar obtener un acceso IO 3,4,5.

Por lo tanto, obtener con celeridad un acceso vascular en situaciones de emergencia, en ocasiones no se consigue, o bien se logra en un periodo de tiempo excesivo, empeorando la situación crítica y vital de la persona en ese momento y el pronóstico a largo plazo del paciente, por la demora de la administración del tratamiento, lo que convierte a la vía IO en una importante alternativa, sobre todo en el ámbito de las urgencias (extrahospitalarias e intrahospitalarias), que ha motivado la aparición de nuevos estudios y el diseño de agujas y dispositivos específicos de acceso intraóseo 1,4,6.

No obstante, debemos tener presente que se trata de una vía de urgencia, ya que no está indicado que esta vía permanezca más de 24 horas. Por este motivo, en el momento en el que la reposición de volumen sea la adecuada, se debe proceder a la canalización de un nuevo acceso venoso, ya sea mediante vía venosa periférica o central 7.

 

OBJETIVOS

Objetivo general

  • Poner de manifiesto la importancia del uso de la vía intraósea en el manejo del paciente crítico en situaciones de urgencias hospitalarias y extrahospitalarias.

Objetivos específicos:

  • Conocer la fisiología en la que se basa la vía intraósea.
  • Enumerar los distintos dispositivos de acceso de vía intraósea y conocer sus técnicas de inserción, así como los diferentes lugares de punción y el material necesario.
  • Conocer las indicaciones, contraindicaciones y complicaciones derivadas del uso de la vía intraósea.
  • Describir los cuidados de enfermería asociados al uso de la vía intraósea.
  • Promocionar la importancia del papel de enfermería en la inserción, manejo y cuidados de la vía intraósea.

 

METODOLOGÍA

Se ha llevado a cabo una revisión bibliográfica del tema mediante una búsqueda bibliográfica.

Para ello, se han consultado diferentes bases de datos tales como: Pubmed, Cuiden, Scielo, Dialnet y Enfispo. Como buscadores bibliográficos se han utilizado Google Académico y Alcorze. También se han incluido libros y guías de práctica clínica.

Como criterios de inclusión, los artículos debían estar en español o inglés y con texto completo y que estuvieran relacionados con la vía intraósea en situaciones de urgencia. Otro criterio ha sido el periodo de publicación que ha sido de 15 años (desde 2006 hasta 2021).

Se han excluido aquellos documentos que no tratan los objetivos del estudio, los artículos duplicados y documentos con acceso limitado.

Tras la búsqueda bibliográfica y con la ayuda de los criterios de inclusión, se han revisado 30 artículos de los cuales se han utilizado 20 finalmente para la elaboración del estudio.

 

RESULTADOS

En la actualidad es una vía no sólo usada en pediatría y en casos de PCR, sino también como acceso intraóseo en adultos y en todo tipo de situaciones urgentes, en los que la canalización de una vía venosa no es posible 1,4,6,8,9.

 

Fisiología de la vía intraósea:

La cavidad medular se compone de una red de plexos venosos sinusoides que no se colapsan en caso de shock y que drenan en un canal venoso central el cual conduce a la circulación sistémica 2,8,10.

El inicio de acción es también similar a la administración venosa, aunque debemos tener en cuenta que deben ser inyectados a presión para superar la resistencia de las venas emisarias que conectan la cavidad intramedular con la circulación general a través de los vasos microscópicos de la cortical ósea 10.

 

Zonas de inserción:

Los lugares de inserción varían según la edad del paciente 8,10,11,12,13.

  • En neonatos y menores de 6 años:
    • Tibia proximal: línea media cara antero-interna tibial 1-3cm por debajo de tuberosidad tibial. Ángulo de inserción: a 90° o ligeramente a caudal.
    • Fémur distal: 2-3 cm del cóndilo externo.
    • Otros lugares alternativos: tibia distal, cresta ilíaca, trocánter mayor 8,10,11,12,13.
  • En mayores de 6 años y adultos:
    • Tibia distal: entre 1 y 2 cm por encima del maléolo interno, evitando la vena safena. También puede emplearse el maléolo externo.
    • Cresta ilíaca: cara inferior espina iliaca, con paciente en decúbito lateral.
    • Esternón: 2-3º espacio intercostal, a 1 cm a lateral a la línea media esternal, solo destinado para dispositivo FAST. Actualmente no está recomendado la utilización de otros dispositivos para esta localización por el riesgo de lesión de estructuras del mediastino, además de interferir con el masaje cardiaco.
    • Otras localizaciones menos frecuentes: calcáneo, metáfisis distal del radio, apófisis estiloide cubital, extremo proximal clavicular, cabeza humeral y crestas ilíacas 8,10,11,12,13.

Se aconseja una penetración de la aguja de aproximadamente 1 cm en niños y de 2 cm en adultos 1.

 

Indicaciones:

La vía intraósea está indicada, no sólo en situaciones de parada cardiorrespiratoria, sino en aquellas situaciones de riesgo vital en las que no es posible obtener una vía venosa periférica, por ejemplo, en pacientes muy graves y tras 90 segundos o 2-3 intentos intentando obtener vía venosa, en shock, anafilaxia, estatus epiléptico, hipovolemia, grandes quemados, deshidratación, obesidad, edemas severos, recién nacidos en asistolia, pacientes atrapados o politraumatizados 1,6,8,10.

Además, la vía intraósea puede ser utilizada para obtener muestras de médula ósea y así poder cruzar sangre, para analíticas y gasometrías, los valores son parecidos a los de una vía venosa central, si anteriormente no se han administrado fármacos en la cavidad 1,2,6,8,10.

Se ha utilizado también como vía de administración de contraste en venografías de extremidad inferior y como ruta de administración de anestesia regional en cirugía de extremidades 1.

Hay que tener en cuenta que se trata de una medida de carácter temporal, que va encaminada a la reanimación del paciente hasta conseguir una canalización por acceso venoso 10.

 

Contraindicaciones:

No se aconseja utilizar el acceso intraóseo en diferentes casos, pudiéndose dividir las contraindicaciones en absolutas y relativas:

  • Absolutas:
    • Prótesis en la zona de punción.
    • Fractura o traumatismo en el hueso.
    • Hueso en el que se ha intentado una intraósea previamente.
    • En el caso de interrupción vascular en una extremidad, ya que las sustancias a administrar se filtrarán mediante el vaso sanguíneo abierto.
  • Relativas:
    • Cuando no se observan marcas de referencia anatómica.
    • Huesos grandes de las extremidades inferiores en los pacientes con traumatismo abdominal grave.
    • Si hay infección local.
    • Osteoporosis.
    • Osteopetrosis.
    • Tumores óseos.
    • Celulitis.
    • Quemadura en el lugar de la punción 1,2,6,7,8,10,11,14.

 

Tipos de agujas y dispositivos:

Las agujas utilizadas suelen ser de bisel corto con trocar y con un calibre que oscila entre 15 G y 18G. No obstante, se han descrito casos en los que se han utilizado palomillas, agujas intramusculares, de punción lumbar, agujas de paracentesis y agujas de aspiración ósea. Sin embargo, no se recomienda su uso ya que pueden doblarse fácilmente y por lo tanto perder el acceso 1,8,12.

Los dispositivos de canalización más utilizados son los siguientes 12:

  • Dispositivos manuales: entre los cuales nos podemos encontrar principalmente con:
    • La aguja Tipo Cook, que es una aguja con trocar en la punta piramidal, con una empuñadura para ejercer presión y unas aletas para extraer el fiador y dar estabilidad al catéter (Anexo 1) 12. El diámetro del trócar está relacionado con la luz interior del hueso. Hay dos modelos comercializados: 18G que tiene dos puertos opuestos y la 16G que no dispone de ellos para administrar drogas en caso de obstrucción. Según varios estudios, la segunda es más difícil de insertar porque tiene un alto centro de gravedad y una vez que penetra en el hueso es muy difícil controlar la profundidad 8.
    • Las agujas Jashmidi en la que el trocar es biselado (Anexo 2) 12. Destaca por facilidad y rápida inserción 8.
  • Pistola de inyección ósea:
    • B.I.G.: Done Inyection Gun, la cual propulsa un catéter metálico en la médula ósea a una profundidad regulable (Anexo 3) 12. Entre sus ventajas destaca la rápida inserción, simplicidad, desechable, estéril y de uso extensivo pudiendo aprender a utilizarlo personal no sanitario debidamente entrenado por su facilidad de aprendizaje 8.
  • Taladro de infusión intraósea:
    • EZ-IO: consiste en un taladro impulsor reutilizable que introduce una aguja-broca estéril en el canal medular (Anexo 4) 12. El taladro es de una sola pieza y dispone de un gatillo con un dispositivo de seguridad. Las agujas son de un grosor único de 15G con diferentes longitudes: 15mm (rosa) para pacientes pediátricos, 25mm (azul) para adultos normales y de 45 mm para adultos obesos o de gran tamaño. Este dispositivo permite inserciones intraóseas en hueso donde el acceso al paciente es difícil. Es pequeño y de elevado coste, pero recargable para 1000 usos. Su versatilidad y su tiempo de inserción le hacen preferible frente al resto de dispositivos en el ámbito de las emergencias extrahospitalarias 8.
  • Sistema F.A.S.T (First Access for Shock and Trauma) es un parche mono-uso adherido a la piel, a 15 mm distal de la escotadura esternal en el manubrio esternal, cubierto por una cúpula plástica transparente, que refugia un corto tubo de infusión y un pequeño catéter metálico, insertado en la médula esternal mediante un introductor de profundidad regulable. La cúpula evitar el arrancamiento accidental del sistema, sin embargo, puede interferir en las maniobras de reanimación y cricotirotomía de urgencia y no se recomienda en el traumatismo torácico ni en lactantes (Anexo 5) 1. Es un dispositivo de un solo uso que consta de un introductor, sistema de alargadera de vía, parche adhesivo, cúpula protectora y apósito 8. Es muy útil en accidentes de múltiples víctimas 8.

 

Material:

El material necesario para canalizar una vía intraósea es el siguiente:

  • Dispositivo intraóseo (taladro intraóseo).
  • Aguja para el dispositivo, existen de distintos tamaños en función del lugar de punción, peso del paciente, grosor del tejido…
  • Guantes.
  • Antiséptico para la limpieza de la piel: povidona yodada o clorhexidina.
  • Anestésico local.
  • Gasas estériles.
  • Paños estériles.
  • Jeringa con 10cc de suero fisiológico al 0,9%.
  • Llave de 3 pasos.
  • Alargadera.
  • Sistema de infusión.
  • Pinza Kocher.
  • Apósitos.
  • Esparadrapo 7,8,10,12,15,16.

Técnica de inserción:

  1. Informar al paciente sobre la técnica si el paciente está consciente.
  2. Localización del punto de inserción: si el paciente está consciente habrá que anestesiar previamente la zona con aplicación de anestésico local.
  3. Apoyar la zona de punción (por ejemplo, la pierna si vamos a pinchar en la tibia) sobre una superficie firme.
  4. Lavado de manos.
  5. Limpieza de la piel con solución antiséptica.
  6. Colocación de guantes estériles.
  7. Colocación de paño estéril.
  8. Sujetar la rodilla por fuera y arriba del sitio de inserción con la mano no dominante (en el caso de que el lugar de inserción sea la tibia).
  9. Si el dispositivo es tipo aguja, trócar o seta, sujetar firmemente con la palma de la mano y entre los dedos, atravesar la piel en el punto elegido con el bisel de la aguja con un movimiento giratorio, hasta que notemos una resistencia (periostio), hacemos más presión para vencer la resistencia. La aguja tiene una marca que sugiere profundidad.
  10. Si el dispositivo IO es tipo pistola autodisparador, regulamos el dispositivo según profundidad. Retiramos el seguro. El sentido de la flecha hacia el punto de punción.
  11. Si el dispositivo IO es tipo taladro, insertar la aguja en un ángulo de 90° respecto al hueso, con una sujeción suave y guiando al taladro hacer la inserción hasta que la última marca de la aguja sea visible a 5mm de la piel (Anexo 6) 15.
  12. Avanzar la aguja a través de la cortical ósea con un movimiento rotatorio suave pero firme. Se nota una resistencia moderada a la penetración que disminuye repentinamente al atravesar el córtex del hueso (indica que estamos en la cavidad de la médula ósea), a la vez se nota un tacto en el catéter como de crujido. En los lactantes, la distancia entre la piel y la trabécula ósea no es mayor de 1 cm.
  13. Retirar la aguja del catéter o dispositivo IO, en las de tipo seta girando el trocar de la base y en el tipo pistola-muelle se desinsertará sola. En el taladro, desconectar con una mano mientras se estabiliza con los dedos de la otra mano la aguja o estilete y retirarlo (Anexo 7) 15.
  14. Fijación del catéter al miembro mediante un paquete de gasas y esparadrapo de tela e inmovilización del miembro con una férula y una venda o con apósito de vía intraósea que traen los mismos dispositivos en algunos casos (Anexo 8) 15. Se puede utilizar una pinza Kocher paralela a la extremidad y perpendicular al eje para fijar la aguja.
  15. Aspirar con la jeringa de 10ml y comprobar la extracción de médula ósea. Este material no debe desecharse ya que es útil para análisis de gases sanguíneos, cultivos, etc (Anexo 9) 15.
  16. Inyección de 10ml de solución fisiológica y evaluación de signos de aumento de resistencia a la inyección, aumento del perímetro de la extremidad, signos de extravasación, etc (Anexo 10) 15.
  17. En caso de producirse algún problema en el procedimiento debemos retirar la aguja e intentarlo en otra extremidad.
  18. Si el proceso ha sido exitoso, conexión al sistema de perfusión con alargadera y llave de tres vías, fijando el sistema a la piel (Anexo 11) 15.
  19. Retirar el acceso vascular intraóseo en cuanto logremos un acceso intravenoso seguro 8,10,11,12,15,16.

 

Complicaciones:

Los estudios realizados en animales han demostrado que los efectos a largo plazo sobre la médula ósea y sobre el crecimiento óseo son mínimos y dadas las situaciones críticas en las que está indicada, parece razonable pensar que son superadas por los beneficios que aporta esta técnica 8,10,11.

El índice de complicaciones de esta técnica invasiva es muy bajo. La más frecuente es la extravasación de líquidos, de medicamentos o de ambos como resultado de una mala colocación de la aguja 10.

  • Mecánicas:
    • Extravasación debido a la mala colocación de aguja. Es la más frecuente.
    • Fracturas óseas tras varias tentativas de colocación.
    • Perforación completa del hueso.
    • Lesiones de los grandes vasos o del corazón en caso de colocación a nivel esternal.
    • Punción articular.
    • Síndrome compartimental 8,10,11,13.
  • Infecciosas:
    • Celulitis localizada con o sin osteomielitis (en menos de un 1%, sobre todo en casos de dejar esta vía por periodos prolongados).
    • Abscesos subcutáneos.
    • Osteomielitis en un 0.6% de los casos. La frecuencia de aparición aumenta con el tiempo de permanencia de la vía, cuando no se mantiene una asepsia durante la técnica, por un mal cuidado del catéter y del equipo de infusión, o por tratarse de pacientes que presentaban bacteriemia en el momento de la inserción.
    • Sepsis 8,10,11,13.
  • Histológicas
    • Se han descrito alteraciones transitorias de la celularidad de la médula ósea en casos de administración de soluciones hipertónicas. (La regresión de los síntomas y regeneración de médula se producen en un tiempo corto tras suprimir dichas soluciones).
    • La afectación del cartílago de crecimiento (riesgo teórico no probado si no se lesiona la metáfisis) 13.
  • Embolismos:
    • Embolia grasa 8,10,11,13.

 

Medicación que puede infundirse por vía IO:

Pueden administrarse los mismos fármacos que por vía endovenosa consiguiendo niveles similares a los de la vía intravenosa 8,11,13,17,18.

Para que los fármacos lleguen a la circulación sistémica habrá que infundir 5-10 ml de suero en bolo tras la medicación 8,17,18.

Cuando se requiera infusión de líquidos en grandes volúmenes debe aplicarse presión para vencer la resistencia de las venas emisarias 11.

 

Cuidados de enfermería:

Los cuidados de la vía son básicamente los mismos que cualquier vía venosa 6,8,13.

  • Se vigilarán las características de la piel: coloración, temperatura, pulsos distales, tamaño del miembro, dolor alrededor de la zona de punción. Estos signos podrían ser indicadores de signos de infección.
  • Comprobar periódicamente la permeabilidad del catéter. En el caso de traslado del paciente, se procederá a la heparinización de la vía intraósea.
  • No se recomienda el uso de apósitos oclusivos del punto de punción ya que favorece la maceración de la piel.
  • Se deberá mantener una adecuada inmovilización del miembro donde esté insertado la vía.
  • Su uso no está recomendado durante más de 24 horas, aunque hay algunos dispositivos que permiten alargar su uso hasta 72 horas.
  • Para efectuar su retirada, hay que aplicar primeramente antiséptico y una vez fuera se debe realizar presión durante unos 5 minutos con una gasa estéril. Posteriormente, es importante la observación de la zona de punción en las horas siguientes a su retirada.
  • Cuando el paciente esté consciente deberemos explicarle la finalidad de la aguja intraósea, recibiendo información veraz acerca de ella, comprensible y adecuada a su edad.
  • Deberá quedar registrado en la historia del paciente la fecha, hora de inserción, tipo de catéter, lugar de inserción y medicación administrada 6,8,11,13,19,20.

 

DISCUSIÓN

La mayoría de los estudios sobre el acceso vascular IO de emergencia, se han realizado en estas dos últimas décadas seguramente relacionado con el desarrollo y eficacia de los sistemas de emergencia. En la actividad diaria, los servicios de emergencias principalmente extrahospitalarios se encuentran en situaciones con dificultad de acceso a una vía periférica ya sea por condiciones adversas en relación con el escenario o al paciente. Dichas situaciones han motivado el resurgir de esta antigua técnica 1,2.

La vía intraósea está considerada como segunda opción en casos de parada cardiorrespiratoria cuando no es posible canalizar una vía periférica. Las guías de resucitación publicadas de forma simultánea por la American Heart Association y el European Resuscitation Council en el año 2010 incluían la utilización de la vía IO como recomendación para la administración de medicamentos y fluidos cuando el acceso intravenoso no podía ser establecido 5,15. Sin embargo, hoy en día sigue siendo una vía infrautilizada debido quizás a la falta de conocimiento o entrenamiento de la técnica 3,7.

La zona de inserción más utilizada en niños y adultos es la tuberosidad tibial anterior, por la comodidad que permite su acceso y fácil localización de puntos anatómicos incluso en condiciones adversas. De todos modos, no se ha encontrado suficiente evidencia para recomendar qué zona es la más adecuada para una vía intraósea 1.

No se ha encontrado suficiente evidencia para recomendar qué dispositivo o aguja son más adecuados para la IO en adultos y/o niños 1. Aunque algunos estudios afirman que la colocación manual tiene la ventaja de que el que punciona puede sentir cuándo ha atravesado la cortical y ha penetrado en la médula del hueso. Por otro lado, tiene la desventaja de que en adultos la cortical es más dura y por lo tanto más difícil de atravesar 14.

Aunque las complicaciones son escasas, el extrabase, el síndrome compartimental y la osteomielitis son las complicaciones más frecuentes documentadas, estando la primera y la segunda relacionadas con una técnica inadecuada y exceso de presión en el sistema, y la última, con la administración de sustancias irritantes o esclerosantes 1,2.

La facilidad de aprendizaje y uso de técnicas como B.I.G., posiblemente podría facilitar el uso de esta técnica por personal no facultativo, especialmente en situaciones de catástrofe o necesidad de evacuación rápida, así como facilitar la inserción de un sistema IO incluso en condiciones atmosféricas adversas 1.

Aunque se han documentado casos de permanencia de un sistema IO durante 6 días sin complicaciones derivadas, hasta la realización de estudios con más evidencia científica, parece recomendable el uso temporal de esta técnica sustituyéndola por un acceso por vía periférica o central en el momento que sea posible 1,7.

Los criterios de inserción, de medición de tiempos de inserción, los tiempos de infusión, las técnicas, las agujas, el entrenamiento del personal, las situaciones y el tipo de paciente son marcadamente variables intra e interestudio, lo que dificulta establecer relaciones y realizar comparaciones entre los trabajos, para generar conclusiones sobre cada una de las variables 1.

La mayoría de los trabajos coinciden en que la vía IO es una técnica de acceso vascular de fácil aprendizaje, de uso sencillo y de colocación rápida en un tiempo inferior a un minuto con más de 90% de éxitos de IIO permeable en la primera inserción. Puede ser de gran utilidad cuando la destreza en el manejo de material está limitada por el uso de trajes de protección biológica. Además, los propios profesionales sanitarios reclaman más información y formación relativa a la vía intraósea 1,2,3,7,10,15.

 

CONCLUSIONES

La vía intraósea permite obtener un acceso venoso rápido y eficaz si no es posible un acceso periférico en situaciones de emergencia 2,6,8,12,14,16. La técnica es de fácil aprendizaje, de uso sencillo y de colocación rápida, en un tiempo inferior a un minuto, con más del 90% de éxitos de inserción y sin complicaciones de gran importancia 11,12,14.

Cabe destacar como aspecto a mejorar y desarrollar en un futuro la estandarización de los diferentes criterios como la inserción, medición de tiempos de inserción, tiempos de infusión, técnicas, agujas, entrenamiento del personal, situaciones y el tipo de paciente para facilitar la comprensión, manejo y cuidados de la vía intraósea 1.

El conocimiento por parte de enfermería de una correcta elección del punto, técnica de inserción y de los cuidados necesarios para su mantenimiento, minimizan al máximo el riesgo de posibles complicaciones y aumenta la seguridad del paciente y la efectividad del tratamiento administrado 2,6,8,12,13,16.

En la actividad diaria, los servicios de emergencias principalmente extrahospitalarias se encuentran en situaciones con dificultad de acceso a una vía periférica, ya sea por condiciones adversas en relación con el escenario o al paciente, por lo que dichas situaciones han motivado el resurgir de esta técnica 6,11. La disponibilidad de los dispositivos intraóseos y el conocimiento de su manejo y utilización nos servirá al profesional sanitario a salvar vidas, por eso los propios sanitarios demandan más formación relativa a la técnica y más investigaciones relacionadas con la vía intraósea 13,15.

 

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