Manejo de enfermería sobre la constante vital: frecuencia cardíaca-pulso periférico.

3 septiembre 2020

AUTORES

  1. Nuria Tabuenca Prat. Facultad de Ciencias de la Salud Universidad San Jorge. Máster Oficial en Investigación en Ciencias de la Salud. Graduada en Enfermería.
  2. Laura Viscasillas Salas. Diplomada en Fisioterapia por la Universidad de Valladolid.

 

RESUMEN

La toma de la frecuencia cardíaca consiste en la palpación de una arteria periférica o auscultación del latido del corazón, normalmente durante un minuto, salvo excepción de urgencia.

Su finalidad es diagnóstica para conocer y evaluar la frecuencia y el ritmo del latido cardíaco. Se mide en latidos por minuto.

Se puede llevar a cabo en cualquier medio o lugar. La persona que realiza la toma del pulso es el personal de enfermería.

La realización técnica del procedimiento es sencilla y no requiere de instrumental o materiales complejos. En cambio, es necesario que el personal de enfermería tenga conocimiento de los lugares del cuerpo humano correctos para hacer la medición adecuada según la razón para la cual se necesite la determinación o las circunstancias de por qué se realiza, así como la técnica, los factores que afectan a la frecuencia y su interpretación para valorar el ritmo y el volumen y en consecuencia llevar a cabo la actuación que proceda.

 

PALABRAS CLAVE

Manejo de enfermería, frecuencia cardíaca, pulso periférico, constante vital.

 

INTRODUCCIÓN

Se consideran signos vitales la respiración, el pulso, el relleno capilar, la presión arterial y la temperatura1.

La valoración del pulso cardíaco facilita una valiosa información acerca del estado del sistema cardiovascular, muestra alteraciones de la perfusión hística, gasto cardíaco disminuido y alteraciones del ritmo entre otras1.

La toma de la frecuencia cardíaca consiste en la palpación de una arteria periférica o auscultación del latido del corazón, normalmente durante un minuto, salvo excepción de urgencia2.

Su finalidad es diagnóstica para conocer y evaluar la frecuencia y el ritmo del latido cardíaco principalmente3.

Se expresa en latidos por minuto (lpm).

Se puede llevar a cabo en cualquier medio o lugar.

Es el personal de enfermería quien realiza este procedimiento y es su función el saber interpretar, detectar y evaluar los problemas que puedan surgir cuando la constante sobrepasa los límites normales y actuar en consecuencia de manera eficaz4.

 

Conceptos básicos4,5:

  • El pulso es una onda de sangre producida por la contracción del ventrículo izquierdo del corazón.
  • El corazón es una bomba pulsátil en la cual la sangre entra en las arterias con cada latido, lo que desencadena la presión del pulso.
  • La onda del pulso representa el gasto cardíaco y la complianza de las arterias.
  • El gasto cardíaco es la cantidad de sangre que penetra en las arterias con cada contracción ventricular
  • La complianza de las arterias es su distensibilidad, es decir, la capacidad de contraerse y expandirse. A mayor edad biológica se necesita mayor presión para bombear la sangre hacia las arterias.

En una persona sana, el pulso refleja el latido cardíaco, llamado también frecuencia de pulso, siendo igual a la velocidad de contracción ventricular. Cuando existe enfermedad cardiovascular, el ritmo cardíaco y el pulso difieren, es entonces cuando enfermería debe valorar por separado frecuencia cardíaca y el latido periférico.

  • El pulso periférico es el pulso que se localiza en la periferia del cuerpo.
  • El pulso apical, es un pulso central, localizado en el vértice del corazón.
  • El sistema nervioso autónomo es el que regula la frecuencia del pulso, los impulsos se transmiten por la rama parasimpática, hasta el nodo seno auricular, conocido como el marcapasos del corazón. Cuando se necesita aumentar la frecuencia se inhiben los impulsos del sistema parasimpático y aumentan los del simpático.

Para la toma del pulso hay por lo general nueve lugares/zonas: temporal, carotídeo, apical, braquial, radial, femoral, poplíteo, tibial posterior y pedio.

 

FACTORES QUE AFECTAN A LA FRECUENCIA DEL PULSO2,4,5

La frecuencia del pulso varía en función de una serie de factores, que la enfermera debe tener en cuenta cuando valore el pulso del paciente.

  • Edad: a mayor edad, el pulso desciende gradualmente.
  • Sexo: después de la pubertad, la frecuencia en el hombre es ligeramente más lenta que en la mujer.
  • Ejercicio: la frecuencia aumenta con la actividad. El ritmo de incremento en un atleta profesional suele ser menor que el de una persona media, ya que el atleta tiene un corazón mayor, más fuerte y más eficaz.
  • Fiebre: aumenta en respuesta a la presión arterial menor que se produce por la vasodilatación periférica que acompaña esa subida de temperatura corporal como consecuencia del incremento en el ritmo metabólico.
  • Medicamentos: algunos enlentecen el pulso como los digitálicos, otros lo aceleran como la adrenalina.
  • Hemorragia: su presencia aumenta la frecuencia cardíaca. De los 5 litros de sangre que tiene el sistema vascular de un adulto se puede perder hasta el 10% sin presentar efectos adversos.
  • Estrés: la estimulación nerviosa simpática que produce el estrés, el miedo, la ansiedad, el dolor provoca un aumento de la actividad global del corazón, elevando tanto la frecuencia como la fuerza del latido.
  • Cambios de postura: al sentarse y/o levantarse, la sangre se almacena en los vasos declives del sistema venoso. Ese almacenamiento produce un descenso del retorno venoso hacia el corazón transitorio, disminuyendo la tensión arterial. El mediador es el sistema nervioso simpático, y lo regula aumentando la frecuencia, la fuerza de contracción ventricular y el tono de las arterias y de las venas.

 

RAZONES PARA EL USO DE LAS DISTINTAS LOCALIZACIONES DEL PULSO1,5

La presencia de pulso en las diferentes localizaciones suele indicar una aproximación de la presión arterial sistólica. En el pulso radial: 80 mmHg, en femoral: 70 mmHg y en carotídeo: 60 mmHg1.

  • Radial: se usa de forma rutinaria, fácilmente accesible.
  • Temporal: se usa cuando no es accesible el pulso radial.
  • Carotídeo: se usa en lactantes, en casos de ataques cardíacos y para conocer la circulación cerebral.
  • Apical: se usa en lactantes y niños menores de 3 años, para determinar la existencia de diferencias con el pulso radial y en asociación con determinados medicamentos
  • Braquial: se usa para medir la tensión arterial y en casos de ataque cardíaco en lactantes
  • Femoral: se usa en lactantes y niños, en casos de ataque cardiaco y para conocer la circulación en una pierna.
  • Poplíteo: se usa para conocer la tensión arterial en la pierna y para determinar la circulación en la pantorrilla.
  • Tibial posterior y pedio: se usa para conocer la circulación en el pie.

 

VALORACIÓN DEL PULSO PERIFÉRICO1,4,5

La enfermera cuando evalúa el pulso recoge datos tales como la velocidad, el ritmo, el volumen, la elasticidad de la pared arterial la presencia o ausencia de igualdad entre ambos lados.

La frecuencia normal del pulso se representa en el siguiente cuadro5:

Edad (años) Frecuencia de pulso en reposo (lpm)
Media Límites
Recién nacido 125 70-190
1 año 120 80-160
2 110 80-130
4 100 80-120
6 100 75-115
8-10 90 70-110
12 Varón: 85 65-105
Mujer: 90 70-110
14 Varón: 80 60-100
Mujer: 85 65-105
16 Varón: 75 55-95
Mujer: 80 60-100
18 Varón: 70 50-90
Mujer: 75 55-95
Adultos Igual que 18 años
Mayores de 70 Igual que 18 años

 

Taquicardia es un latido cardíaco excesivamente rápido, por encima de los 100 lpm en adulto, 60 lpm o menos es bradicardia. Cuando un paciente presente estos pulsos, la enfermera debe tomar el pulso apical

El ritmo del pulso es un modelo de los latidos y los intervalos entre los latidos. En el pulso normal entre latido y latido pasa el mismo tiempo, en cambio si es irregular se presenta arritmia o disritmia y la enfermera debe evaluar el pulso apical y realizar un electrocardiograma para definir con exactitud la arritmia. La arritmia sinusal es frecuente y generalmente no es patológico en muchos niños.

El volumen del pulso, fuerza o amplitud del pulso, es la fuerza que posee la sangre en cada latido. El volumen suele ser igual en cada latido. Puede haber cierta variación dentro de unos límites de un pulso ausente a uno saltón. El pulso normal se nota mediante una presión moderada de los dedos y se puede bloquear mediante una presión mayor.

El pulso lleno o saltón es aquel volumen de sangre lleno de fuerza que resulta difícil de bloquear con la presión ejercida por los dedos. Si se bloquea fácilmente es un pulso débil, flojo, deshilachado. El volumen se mide a través de una escala que va del 0 al 3, siendo el 2 el volumen normal, el 0 ausente, el 1 débil y el 3 difícil de interrumpir o saltón5.

La elasticidad de la pared arterial refleja la capacidad de expansión o deformidades. Una arteria sana se palpa recta, suave lisa y elástica, comprimiendo la arteria con firmeza y moviendo un dedo en dirección distal al corazón a lo largo de la misma. Las arterias de los ancianos suelen ser inelásticas, tortuosas e irregulares a la palpación. La elasticidad no tiene por qué afectar a la velocidad, ritmo o volumen, pero sí es visible en la situación del sistema vascular del paciente.

Enfermería al explorar el pulso para conocer si es adecuado el flujo de sangre hacia una zona determinada del cuerpo debe tomar el pulso contralateral, para poder comparar y valorar ambos pulsos y determinar bilateralidad o no.

La valoración del pulso se realiza por tacto (palpación) u oído (auscultación), se usan las puntas de los tres dedos medios para palpar todas las localizaciones salvo el apical y los tonos cardíacos fetales que se usa fonendoscopio.

En las situaciones que resulta difícil de valorar se usa el doppler, como por ejemplo en pacientes obesos o muy mayores el pulso radial puede resultar difícil de palpar.

Por palpación se realiza mediante una presión moderada de los tres dedos medios, usando las almohadillas de estos, ya que tienen más sensibilidad.

Está contraindicado el uso del primer dedo de la mano (pulgar) por parte de enfermería ya que puede confundirse como pulso del paciente.

Cuando se toma el pulso por primera vez siempre se debe tomar durante un minuto completo, al igual que ante un pulso irregular.

 

RECURSOS Y MATERIAL NECESARIO4,5

  • Reloj con aguja y segundero.
  • Fonendoscopio.
  • Alcohol de 70º, gasas.
  • Registro enfermero.
  • Según protocolo hospitalario se anota en las gráficas con bolígrafo de color que indique su leyenda.

 

INTERVENCIÓN DE ENFERMERÍA1,3,5

La realización técnica del procedimiento es sencilla y no requiere de instrumental o materiales, salvo el contador de 1 minuto. Pero si es necesario por parte del personal de enfermería el conocimiento de los lugares del cuerpo humano correctos para hacer la medición adecuada, así como la técnica.

En primer lugar se comprueba la identidad del paciente, se informa al enfermo y/o familia sobre el proceso que se va a realizar.

Se procede al lavado higiénico de manos.

Se respeta la intimidad del paciente, guardando confidencialidad

La frecuencia cardiaca como constante vital puede determinarse de diferentes maneras:

  1. Pulso braquial:

– Colocar los dedos índice y mediano sobre la arteria braquial, situada anatómicamente en la cara interna del músculo bíceps (sobre todo en los lactantes) o medial al espacio antecubital (hueco del codo).

– Contar las pulsaciones durante, normalmente, un minuto.

  1. Pulso carotídeo:

– Ésta localización se utiliza en situación de paro cardíaco o sospecha del mismo.

– Si está consciente pida que alinee el cuello.

– Colocar los dedos índice y mediano sobre la arteria carótida, situada anatómicamente a ambos lados del cuello, bajo el lóbulo de la oreja, donde la arteria carótida pasa entre la tráquea y el músculo esternocleidomastoideo, o bien, colocar los dedos mencionados sobre el cartílago tiroides, desplazarlos sin ejercer presión lateralmente hasta situarlos en el hueco entre la laringe y el músculo esternocleidomastoideo.

– Emplear hasta 10 segundos en sentir el pulso, de forma suave sin ejercer presión sobre el cuello y siempre unilateralmente. Contraindicado hacerlo bilateral en el mismo momento.

– Contar las pulsaciones durante un tiempo muy inferior a un minuto, para favorecer el inicio del soporte vital básico o avanzado, según proceda.

2. Pulso central o apical:

– Posición del paciente en decúbito supino o sedestación.

– Retirar la ropa.

– Colocar el fonendoscopio en el vértice del corazón. En los adultos se localiza en el lado izquierdo del tórax, no más de 8 cm a la izquierda del esternón y por debajo del 4º, 5º ó 6º espacio intercostal. En los niños de 7 a 9 años de edad, se localiza entre el 4º y el 5º espacio intercostal. De 4 a 6 años se localiza en la línea media clavicular, y en los menores de 4 años se localiza a la izquierda de la línea media clavicular.

– Contar los sonidos uno de cada dos durante un minuto.

– Limpiar los auriculares del fonendoscopio con alcohol de 70º.

3. Pulso femoral:

– Posición del paciente en decúbito supino.

– Colocar los dedos índice y mediano sobre la arteria femoral derecha o izquierda, donde pasa a lo largo del ligamento inguinal.

– Contar las pulsaciones, normalmente, durante un minuto.

4. Pulso pedio, conocido también como dorsalis pedalis:

-Colocar los dedos índice y mediano sobre la arteria pedia, situada anatómicamente en la parte superior por encima de los huesos del pie. Es posible palparla al tocar sobre una línea imaginaria que se dibuja en el dorso (la cara superior) del pie, desde la mitad del tobillo hasta el espacio entre el 1º y el 2ºdedo del pie.

– Contar las pulsaciones durante, normalmente, un minuto.

5. Pulso poplíteo:

– Colocar los dedos índice y mediano sobre la arteria poplítea, situada anatómicamente en la parte posterior de la rodilla. Es un lugar complejo de palpar que se facilita si el cliente flexiona ligeramente la rodilla.

– Contar las pulsaciones durante, normalmente, un minuto.

6. Pulso radial:

– Colocar el brazo del paciente apoyado sobre la cama/camilla, con la palma de la mano hacia arriba o en su defecto el antebrazo puede colocarse sobre el pecho, formando un ángulo de 90º con la palma hacia abajo. Si se sienta, el antebrazo puede apoyarse sobre el muslo, con la palma hacia abajo o hacia dentro. Si es un niño, colocarlo cómodamente en brazos de sus padres para disminuir la ansiedad y obtener resultados más exactos.

– Colocar los dedos índice y mediano de la mano sobre la arteria radial que pasa a lo largo del hueso radial, a la altura de la cara interna de la muñeca, en el lado del primer dedo de la mano. Si no se consigue palpar el pulso tras 10 segundos, proceder a la toma del pulso central.

– Ejercer una presión suave sobre la arteria para percibir la intensidad y el ritmo del latido.

– Contar las pulsaciones durante, normalmente, un minuto

7. Pulso temporal:

– Colocar los dedos índice y mediano sobre la arteria temporal, situada anatómicamente en la cara, en el cuadrante superior y lateral del ojo.

– Contar las pulsaciones durante, normalmente, un minuto.

8. Pulso tibial posterior:

– Colocar los dedos índice y mediano sobre la arteria tibial posterior, situada anatómicamente en el lado interno del tobillo, por debajo del maléolo tibial.

– Contar las pulsaciones, durante, normalmente, un minuto.

 

CONTROL DE ENFERMERÍA AL PACIENTE5

  • El paciente durante la toma de la frecuencia cardíaca debe mantenerse en reposo, siendo recomendable una temperatura ambiental esté dentro de un rango adecuado.
  • Si ha realizado ejercicio físico, se debe esperar 10-15 minutos a realizar la medición.
  • Se debe tener en cuenta la información basal sobre el ritmo cardíaco habitual, y conocer si es atleta por ejemplo.

 

REGISTROS3,4,5

  • Firma del personal enfermero que realice la toma de la frecuencia cardíaca.
  • Registrar en la historia de enfermería su realización, el día, la hora y la determinación obtenida. Si es posible indicar la frecuencia, el ritmo el volumen y el estado de la pared arterial. Así como otros datos pertinentes como el color pálido, la temperatura cálida de la piel, el pulso más rápido o más lento de lo normal en ese paciente, un pulso saltón o débil, de ritmo irregular o pared arterial con deformidades.
  • Anotar si surgen incidencias en la técnica o asociadas al paciente durante la realización del procedimiento.
  • Es importante informar con rapidez de las variaciones relevantes en el pulso al médico correspondiente.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Manual de procedimientos. SAMUR-Protección Civil. Madrid. 2015;6.4.
  2. Villegas J, Villegas OA, Villegas V. Semiología de los signos vitales: Una mirada novedosa a un problema vigente. Arch Med(Col). 2012;12(2):221-40.
  3. Servicio Andaluz de Salud. Consejería de Salud y Bienestar Social. Manual de Procedimientos Generales de Enfermería. En: Hospital Universitario Virgen del Rocío, editor. Sevilla; Junio 2012. p.143-47.
  4. Fetzer SJ. Constantes vitales. En: Perry Ag, Potter Pa, editores. Enfermería clínica: técnicas y procedimientos. 4ª ed. Madrid: Elsevier España S.A.; 2003. p.243-86.
  5. Kozier B, Erb G, Blais K, Johnson JY, Temple JS. Técnicas de enfermería clínica. Vol.1. 4ª ed. Madrid: McGraw-Hill, Interamericana; 1999. p.178-84.

 

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