Fractura de cadera en anciano.

28 noviembre 2021

AUTORES

  1. Aránzazu Salas García. Enfermera Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
  2. Gema Gasca Tizné. Enfermera Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
  3. Belén Pes Rey, Enfermera Hospital de Jaca, Huesca,
  4. Ángeles Reyes López. Enfermera Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
  5. Pilar Martínez Sampedro. Enfermera Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
  6. Nora Miranda Cebrián. Enfermera Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.

 

RESUMEN

El progresivo envejecimiento de la población española lleva consigo una mayor incidencia en las llamadas fracturas por fragilidad ósea, siendo las más significativas las fracturas de la extremidad proximal del fémur.

Su importancia queda determinada tanto por la incidencia en la tercera edad como en su morbimortalidad, evolución y carga económica- social que conllevan.

Desde un punto de vista multidisciplinar, la fractura de cadera no sólo es un tratamiento local y quirúrgico de la misma. Sino que se deben valorar las actuaciones desde el momento de la caída, el tratamiento médico de la fase aguda, la recuperación funcional y los cuidados continuados y de rehabilitación.

 

PALABRAS CLAVE

Fracturas de fémur, anciano, atención integral de salud.

 

ABSTRACT

The progressive aging of the Spanish population brings with it a higher incidence of so-called bone fragility fractures, the most significant being fractures of the proximal extremity of the femur.

Its importance is determined both by the incidence in the elderly and in their morbidity and mortality, evolution and economic-social burden that they entail.

From a multidisciplinary point of view, hip fracture is not only a local and surgical treatment for it. Rather, the actions from the moment of the fall, the medical treatment of the acute phase, the functional recovery and the continuous and rehabilitation care should be evaluated.

 

KEY WORDS

Femoral fractures, aged, comprehensive health.

 

DESARROLLO DEL TEMA

El anciano con fractura de cadera posee unas características propias. Además de la osteoporosis y de los problemas inherentes a esta fractura. El paciente tiene una menor capacidad de reserva funcional y menor tolerancia al estrés. Presenta además patologías crónicas y múltiples que dan lugar a una recuperación clínica y funcional más lenta. Requiriendo una rehabilitación más prolongada.

Es altamente conocido el hecho de que estas fracturas aumentan la mortalidad, alteran la calidad de vida y hacen perder la independencia a las personas que las sufren.

El paciente que sufre una fractura de cadera se considera un “anciano frágil “que se convierte en un “paciente geriátrico “que va a precisar una importante ayuda y apoyo tras el alta hospitalaria1.

Las fracturas de la extremidad proximal del fémur son aquellas que se producen en los 5 cm proximales del mismo. Se distinguen dos grupos: intracapsulares y extracapsulares, según su localización proximal o distal a la inserción femoral de la cápsula articular2.

 

Entre los factores de riesgo nos encontramos3:

  • Factor predisponente: osteoporosis.
  • Factor precipitante: caídas.
  • Antecedente de fractura por traumatismo leve después de los 50 años.
  • Antecedente familiar de fractura de cadera.
  • Tabaquismo activo.
  • Índice de masa corporal bajo.
  • Inactividad física.
  • Exceso de consumo de alcohol, cafeína y tabaco.
  • Discapacidad visual.
  • Uso de gran cantidad de fármacos, especialmente psicotrópicos.
  • Enfermedades neurológicas: Alzheimer, Parkinson y ACV.
  • Enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes y cardiopatía.
  • Demencia.
  • Institucionalización y entorno urbano.

La enfermería desempeña una función importante en la rehabilitación y recuperación del estado de salud previo al ingreso del paciente en el hospital. Destaca su función educadora para prevenir la aparición de accidentes que desembocan en una fractura de cadera, así como las actividades o ejercicios que puede realizar el paciente para recuperar la movilidad y normalidad en su vida.

Es indiscutible, que se necesita a profesionales de enfermería altamente cualificados y preparados para educar al paciente y a su familia.

 

En este tipo de fracturas es necesario una prevención para reducir la incidencia de los casos. Dentro de las medidas preventivas destacan: ejercicio, dieta e información.

  • Ejercicio: se recomienda realizar cada día 30 minutos de actividad física moderada (caminar, subir y bajar escaleras, ejercicio aeróbico, nadar…) Si no pudiese llevar a cabo tal actividad se le sugerirá comenzar caminando 10 minutos e ir aumentando de manera progresiva.
  • Dieta: una dieta pobre en energía, proteínas, calcio y vitamina D conlleva a una desnutrición, que es uno de los principales factores de fractura de cadera. Se recomienda indicar una dieta rica en estos elementos. Se restringirá el consumo de cafeína y se evitará el de alcohol.
  • Información (prevención):
    • Evitar hábitos tabáquicos.
    • Enseñar técnicas para reducir o evitar las caídas.
    • Suelo libre de obstáculos.
    • Iluminación correcta en domicilio.
    • Alfombrillas antideslizantes.
    • Altura de la cama adecuada.
    • Uso de calzado adecuado: cómodo, cerrado y con suela antideslizante.

Si tras una caída se sospecha de fractura, se procederá al traslado del paciente al hospital para su confirmación y tratamiento. Allí se realizará una anamnesis y valoración. Junto con una analítica y ECG. Se iniciará sueroterapia para evitar deshidratación o hipovolemia y se administrará tratamiento pautado para aliviar el dolor.

El mismo día de la intervención, se ha de realizar una profilaxis antibiótica antes, durante y después de la misma para evitar la aparición de posibles infecciones.

 

Dentro de las complicaciones que podemos encontrarnos en la intervención quirúrgica4:

  • Infección de la herida quirúrgica.
  • Lesiones vasculares.
  • Afectación de algún tronco nervioso que pudiera causar temporal o definitivamente trastornos sensitivos o motores.
  • Rotura del hueso que se manipula durante la intervención.
  • Aflojamiento o rotura del material implantado.
  • Flebitis o tromboflebitis que pudiera ocasionar un embolismo pulmonar y muerte.
  • Embolia grasa.
  • Rigidez o limitación funcional articular.
  • Retraso o fracaso en la consolidación ósea.
  • Dolor residual.
  • Necrosis cutáneas.
  • Acortamiento, alargamiento o defectos de rotación del miembro intervenido.
  • Complicaciones del estado general como consecuencia de la edad y que pudiera originar la muerte.

Tras la operación el paciente será trasladado a unidad de despertar o reanimación y a la unidad de hospitalización. Allí se llevarán a cabo tareas cómo:

  • Monitorizar constantes vitales como la saturación de oxígeno, FC, TA.
  • Administrar tratamiento pautado y analgesia para el dolor.
  • Informar en todo momento de los cuidados que se van a llevar a cabo para resolver dudas y disminuir la ansiedad que pueda generar el ingreso.
  • Control de conciencia, ya que en ocasiones desarrollan un síndrome confusional agudo.
  • Tratamiento antitrombótico hasta que recupere su deambulación.
  • Durante las primeras 24-48 horas después de la cirugía no se levantará el apósito a no ser que esté sucio. Al realizar la cura se comprobará si existen signos de infección o sangrado.
  • Evitar la aparición de úlceras por presión, tromboembolismo o infecciones urinarias.
  • La deambulación precoz y progresiva con asistencia durante las primeras 24-48 horas favorece la recuperación de la movilidad, además de disminuir la aparición de trombosis y de estreñimiento y aumentar la confianza del paciente.

Tras el alta domiciliaria, se hará un seguimiento por parte de la enfermera del centro de salud. En la visita domiciliaria se valorará el síndrome post-caída, la existencia de riesgo social, barreras arquitectónicas…

Se planificará el tratamiento a seguir y adhesión del mismo. En esta visita también se tendrá en cuenta al cuidador principal si existiese ya que constituye un apoyo esencial.

 

CONCLUSIÓN

La fractura de cadera tiene una gran repercusión a nivel asistencial. Enfermería debe ayudar y proporcionar los conocimientos necesarios para que el paciente pueda incorporarse a su vida habitual.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Ripalda Marín J. Estudio epidemiológico comparativo de las fracturas de extremo proximal de fémur en el paciente anciano en el Hospital Universitario Miguel Servet entre 1998 y 2006 [Tesis Doctoral]. Zaragoza, España: Universidad de Zaragoza;2011.
  2. Baumgaertner MR, Higgins TF. Fracturas del Cuello Femoral en: Bucholz RW, Heckman JD, editores. Rockwood & Green´s. Fracturas en el adulto 5º ed. Marban Libros, S.L. Madrid. 2003.
  3. Taylor BC, Schreiner PJ, Stone KL, Fink HA, Cummings SR, Nevitt MC, et al. Long-term prediction of incident hip fracture risk in elderly white women: osteoporotic fractures. J Am Geriatr Soc. 2004.
  4. Documento de consentimiento informado hm hospitales. Cirugía fracturas del extremo proximal del fémur. Disponible en: https://www.hmhospitales.com/usuariohm-hm/documentosinteres-hm/consentimientos-hm/documents/i-ghm-dg-10.329%20c.i.%20cirug%C3%ADa%20fractura%20fémur%20proximal%20rev.2.pdf.

 

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