Epilepsia. Artículo monográfico.

25 diciembre 2021

AUTORES

  1. Laura Jiménez Utrilla. Experto Universitario en Actualización de Cuidados Enfermeros y su Integración en la Práctica Clínica por la Universidad Europea Miguel de Cervantes. Enfermera de Urgencias en Hospital Universitario San Jorge (Huesca).
  2. Marta Domingo Novella. Experto Universitario en Actualización de Cuidados Enfermeros y su Integración en la Práctica Clínica por la Universidad Europea Miguel de Cervantes. Coordinadora de Enfermería Centro de Salud Santa Eulalia del Campo (Teruel).
  3. Mª José Tregón Loras. Máster en Gerontología Social por la Universidad de Zaragoza. Enfermera en el Hospital Obispo Polanco de Teruel.
  4. María Cervera Catalán. Máster en Educación en salud Escolar por la Universidad Católica de Valencia. Enfermera en la Residencia Javalambre de Teruel.
  5. Andrés Barrera Puerta. Máster en Especialización en Urgencias, Emergencias y Catástrofes por la Universidad Cardenal Herrera. Enfermero de quirófano en Hospital Obispo Polanco (Teruel).
  6. Paula Salvador Pastor. Máster en Especialización en Urgencias, Emergencias y Catástrofes por la Universidad Cardenal Herrera. Enfermera en el Centro de Salud de Albarracín. (Teruel).

 

RESUMEN

La epilepsia es una enfermedad cerebral crónica que muchas veces genera crisis epilépticas recurrentes, afectando a la calidad de vida de la persona. Las personas que lo padecen tienen mayor riesgo de mortalidad debido a los daños que se pueden sufrir durante la crisis epiléptica.

Hay diferentes tipos de crisis siendo las más peligrosas las crisis con pérdida de consciencia, ya que durante la caída puede golpearse la cabeza.

La prueba más usada para el diagnóstico es el encefalograma.

Cuando presenciamos la crisis de una persona hay que ponerlo en posición de seguridad y no abandonarlo, así como retirar los objetos cercanos a él que pudieran ocasionar daño.

 

PALABRAS CLAVE

Epilepsia, convulsiones, terapéutica.

 

ABSTRACT

Epilepsy is a chronic brain disease that often generates recurrent epileptic seizures, affecting the person’s life quality. People who suffer from it, have a higher risk of mortality due to the damage that can be suffered during epileptic seizures.

There are different types of seizures, the most dangerous being seizures with loss of consciousness, since during the fall the head may be hit.

The most commonly used test for diagnosis is the encephalogram.

When we witness a person’s crisis, we must put him in a safe position and not abandon him, as well as remove objects close to him that could cause him harm.

 

KEY WORDS

Epilepsy, seizures, therapeutic.

 

DESARROLLO DEL TEMA

La epilepsia es una enfermedad muy prevalente en España. Existe un gran vacío de información sobre los datos epidemiológicos reales de esta enfermedad, así como su repercusión sobre el paciente. Según un estudio publicado por la Fundación Española de Enfermedades Neurológicas (FEEN), en España hay alrededor de 400.000 pacientes con epilepsia. Aproximadamente el 5-10% de la población experimentará una crisis a lo largo de su vida y hasta un 20% de estos tendrán crisis recurrentes1.

Los pacientes con epilepsia tienen un riesgo de mortalidad tres veces mayor que la población en general, un elemento clave que explica este riesgo es la falta de control en las crisis epilépticas, pues los pacientes que presentan crisis están en riesgo de sufrir traumatismos, fracturas, quemaduras y morbilidades psicosociales, como depresión o ansiedad2.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la epilepsia como “un trastorno crónico del cerebro de variada etiología caracterizado por crisis recurrentes debido a excesivas descargas de las neuronas cerebrales (crisis epilépticas), asociada eventualmente con diversas manifestaciones clínicas”1.

Se habla de crisis epiléptica cuando se produce una descarga desordenada de las células del cerebro. Si estas tienen un origen definido se denominan “crisis focales” Cuando su origen es muy extenso se trata de “crisis generalizadas”. Si las crisis se repiten varias veces y se hacen crónicas, se concluye el diagnóstico de epilepsia.

No se debe confundir convulsión con epilepsia.

 

Una convulsión es un fenómeno paroxístico producido por descargas anormales, excesivas e hipersincrónicas de un grupo de neuronas del sistema nervioso central (SNC). Esto se acompaña de contracción y distensión repetida, temblorosa de uno o varios músculos de forma brusca y generalmente violenta, así como de alteraciones del estado mental del sujeto y trastornos psíquicos. Una convulsión que persiste durante varios minutos se conoce como status epiléptico. Sin embargo, la epilepsia describe un trastorno en el que una persona tiene convulsiones recurrentes (al menos dos ataques epilépticos que se producen con más de 24 h de diferencia) debido a un proceso crónico subyacente, esto implica que alguien que ha tenido una sola convulsión o convulsiones debidas a factores evitables o subsanables puede no padecer epilepsia1,3,4.

Por grupos de edad la etiología más frecuente es la siguiente:

  • Neonatos: hipoxia e isquemia perinatal, hemorragias intracraneales y traumatismos, infección SNC, trastornos genéticos y metabólicos, abstinencia a drogas (cocaína, heroína, etanol).
  • Lactantes y niños (1-12 años): crisis febriles, infecciones del SNC y traumatismos.
  • Adolescentes (12-18 años): traumatismos, trastornos genéticos, infecciones SNC, drogas y abstinencia alcohólica, tumores cerebrales.
  • Adultos 18-35 años: traumatismos, abstinencia a alcohol, consumo de drogas, tumores cerebrales, autoanticuerpos.
  • 35-50 años: tumores, abstinencia de alcohol, trastornos metabólicos, enfermedades degenerativas SNC.
  • >50 años: ACV3,4.

Los factores que pueden precipitar una crisis son:

Incumplimiento terapéutico, emociones fuertes, ejercicio físico intenso, cansancio, estímulos luminosos o acústicos intensos, fiebre, menstruación, traumatismo craneoencefálico(TCE), alteraciones del ritmo sueño-vigilia, especialmente la privación de sueño, estrés físico o psíquico, ayuno, consumo de alcohol y otras drogas, fármacos, comorbilidades (neoplasias, ACVs, etc.)4.

 

TIPOS DE CRISIS:

  • Focal o parcial: son crisis que se originan como consecuencia de la activación de un grupo neuronal limitado a redes neuronales de un hemisferio cerebral. Pueden presentarse sin alteración de la conciencia (crisis parciales simples) o con alteración del nivel de conciencia (crisis parcial compleja) y, en algunos casos, puede evolucionar a crisis generalizada. Los signos y síntomas de este tipo de crisis pueden ser:
    • Signos motores; pueden ser crisis tónicas(aumento brusco de la contracción muscular) o clónicas(contracción repentina e involuntaria y muy breve de un músculo), atónica (disminución brusca del tono muscular de 1-2 segundos de duración que afecta a la musculatura flexora y extensora de cuello, tronco y extremidades, provocando caída de la cabeza y caída al suelo),espasmos epilépticos(contracciones tónicas, bruscas, breves y bilaterales en flexión, extensión o mixtas que afectan a la musculatura axial y proximal en miembros).
    • Signos sensoriales: visual (luces, colores, alucinaciones visuales, escotomas, etc.) auditiva, gustativa (sabor desagradable, metálico) somatosensorial (hormigueos, adormecimiento, dolor).
    • Signos cognitivos: disfasia, afasia, acalculia, alucinaciones, ilusiones, alteración de la atención, de la memoria y de la capacidad de respuesta.
    • Signos emocionales (afectiva): miedo, temor, enfado, agitación, ansiedad, placer, paranoia, risa, llanto.
    • Signos y síntomas autónomos: bradicardia, arritmias, palpitaciones, midriasis, cambios en la tensión arterial, hiperventilación, rubefacción facial, piloerección, sensación de escalofríos, náuseas y vómitos, émesis, incontinencia urinaria.
  • Compleja: las crisis pueden evolucionar de parcial simple a compleja. Las convulsiones comienzan con aura. El inicio de la convulsión consiste en una interrupción brusca de la actividad del paciente, que se queda inmóvil y con la mirada perdida, este inicio el paciente no lo suele recordar. La inmovilidad del paciente se acompaña de automatismos como por ejemplo movimientos de masticación, chupeteo con los labios, deglución, coger cosas con las manos, entre otras. A veces manifiesta emociones excesivas como miedo, agresividad, irritabilidad. En el período postictal el paciente presenta un estado de confusión característico que puede durar hasta que recupere por completo la consciencia (desde segundos a horas).
  • Crisis generalizadas: se originan de forma simultánea en ambos hemisferios cerebrales. En estas crisis se produce una alteración de la consciencia. Dentro de estas crisis nos podemos encontrar:
  • Crisis de ausencia: sobretodo en infancia y adolescencia. Son crisis de corta duración, con compromiso de la consciencia, el paciente interrumpe bruscamente su actividad y permanece inmóvil, leves sacudidas mioclónicas. Recuperación instantánea de la consciencia lúcida al término de la crisis.
  • Crisis mioclónicas: contracción repentina, involuntaria y muy breve de un músculo o varios grupos musculares. Habitualmente son contracciones bilaterales y simétricas.
  • Crisis clónicas: crisis mioclónicas prolongadas, con repetición regular, que afectan a un mismo grupo muscular. En ocasiones se relacionan con la fiebre.
  • Crisis tónicas: aumento brusco de la contracción muscular, generalmente simétrica y de segundos de duración (2-10), aunque puede llegar a prolongarse unos minutos.
  • Crisis tónico-clónicas (gran mal): el paciente experimenta un aura antes de la crisis, que suele ser destellos, olores, moscas volantes, vértigos, etc. Se presenta con compromiso de la consciencia de instauración brusca, acompañado de contractura generalizada de la musculatura (fase tónica) con caída al suelo. También pueden experimentar aumento de la frecuencia cardiaca, presión arterial y tamaño pupilar. La fase postictal se caracteriza por la ausencia de respuestas, la flacidez muscular y la salivación excesiva. Puede aparecer incontinencia vesical o intestinal. Tras la crisis el paciente puede tener confusión o sueño y a veces dolor de cabeza, amnesia y dolores musculares. Al cabo de una hora suelen estar recuperados.
  • Crisis atónicas: disminución o pérdida del tono postural que puede ser masiva, con caída brusca al suelo o limitada a la cabeza, la mandíbula o una extremidad. Se caracteriza por una pérdida repentina, durante uno o dos segundos, del tono muscular postural. Es extremadamente peligroso ya que existe riesgo de golpearse la cabeza con la caída.
  • Crisis epilépticas inclasificables: no todos los tipos de convulsiones se pueden clasificar como parciales o generalizadas; sobretodo en el caso de los neonatos o lactantes. En esta etapa son fundamentalmente debido a las diferencias en cuanto a funciones y conexiones neuronales del SNC inmaduro en comparación con el SNC maduro1,3,4.

 

PRUEBAS DIAGNÓSTICAS:

La historia clínica debe incluir antecedentes personales y familiares, tratamiento crónico, una buena anamnesis recogiendo factores de riesgo y los desencadenantes junto con la exploración física.

Las pruebas de laboratorio; incluyendo análisis toxicológicos si fuese necesario.

Estudios electrofisiológicos; el electroencefalograma se realiza para observar la actividad eléctrica del cerebro; es la prueba diagnóstica por excelencia.

Los métodos de diagnóstico por imagen más utilizados son: la magnetoencefalografía (MEG), la resonancia nuclear magnética (RNM) y la tomografía axial computarizada (TAC)3,4.

 

TRATAMIENTO:

Debido a que cada persona es diferente; los distintos factores y causas que pueden desencadenar las convulsiones y los diferentes tipos de epilepsia es necesario establecer un tratamiento individualizado. Lo más importante es que; si hay una causa, habrá que tratarla y eliminarla si es posible3.

El tratamiento antiepiléptico intenta prevenir la aparición de nuevas crisis y mejorar la calidad de vida del paciente.

  • El tratamiento farmacológico se inicia con un solo medicamento. La dosis y frecuencia de administración se van aumentando progresivamente para evitar efectos adversos, hasta alcanzar la dosis adecuada. Habrá que hacer controles séricos para controlar los niveles sanguíneos del fármaco. Nunca hay que cesar el consumo del fármaco súbitamente, ya que pueden aparecer nuevas crisis, hay que vigilar los efectos adversos de los fármacos. No hay que consumir alcohol ni drogas si se toman antiepilépticos.
  • Tratamiento quirúrgico; esta opción es útil para la epilepsia que no se consigue controlar farmacológicamente; aunque muy pocos pacientes son aptos para la cirugía.
  • Estimulación del nervio vago (VNS). Se realiza con generador y electrodo; se implanta bajo la piel en el espacio intraclavicular .El electrodo está en contacto con el nervio vago izquierdo y es el propio paciente el que; en caso de necesidad puede activar o desactivar el generador con un imán que le proporciona el equipo médico.
  • Dieta cetogénica. Consiste en una alimentación rica en grasas y pobre en hidratos de carbono y proteínas; esto hace que se liberen cuerpos cetónicos que aumentan la acidez de la sangre y contribuya a mejorar el control de la crisis1,3.

 

ACTUACIÓN ANTE UNA CRISIS EPILÉPTICA:

  • Durante la crisis:
  • No abandonar nunca al paciente.
  • Ponerlo en el suelo en posición de seguridad (decúbito lateral) y retirar elementos contra los que pueda golpearse. Durante la crisis proteger la cabeza para evitar lesiones.
  • Aflojar ropa que le oprima para favorecer la respiración. Usar tubo de guedel para proteger la vía aérea.
  • Si ha cerrado los maxilares por un espasmo no forzar, ya que podría provocar una fractura de mandíbula, lesionar los dientes o los labios.
  • No moverlo ni sujetarlo durante la crisis.
  • Administrar la medicación pautada por el médico en caso de crisis.
  • Observar la crisis; la aparición, duración, los hechos que precedieron a la crisis, por qué parte del cuerpo empezó, las actividades motoras involuntarias, etc.
  • Después de la crisis:
  • Valorar el estado del paciente, tranquilizar y reorientarle cuando recupere la consciencia.
  • Si la crisis se repite sin recuperar la consciencia, será necesario trasladarlo al hospital5,6.

Es muy importante educar al paciente y la familia; habrá que informarles en qué consiste la enfermedad y la importancia del cumplimiento terapéutico, hay que prevenir acerca del consumo de tóxicos, la privación del sueño y del estrés, animar al paciente a comentar el diagnóstico con familiares, amigos, compañeros de trabajo, ya que en caso de una nueva crisis podrían proporcionarle asistencia.

Las complicaciones de la epilepsia incluyen daños físicos por la pérdida brusca de la consciencia, lesiones directas por la propia crisis, en casos graves puede producir muerte o daño cerebral irreversible, también debido a los efectos secundarios de los fármacos antiepilépticos5,6.

 

CONCLUSIÓN

La epilepsia es una enfermedad que puede producir graves problemas en la salud de la persona que la padece, por eso es importante enseñarle los factores que pueden desencadenar una nueva crisis, así como educar a la familia y amigos a actuar en caso de que fuera necesario.

También es muy importante ayudarles en la adherencia al tratamiento y que no dejen de tomarlo, aunque lleven tiempo sin sufrir una crisis e insistirles en no consumir alcohol ni ningún tipo de droga mientras se esté tomando antiepilépticos.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. González Sánchez JA, Ayuso Peralta L, Rubio Pérez L, Ballesteros Barranco A, García Ferrer I. Epilepsia. En: De la Fuente Ramos M (coord.). Enfermería médico-quirúrgica. Vol. III. 3ª ed. Colección Enfermería S21. Madrid: Difusión Avances de Enfermería (DAE); 2016. p. 1669-90.
  2. Valdés-Galván RE, González Calderón G, Castro Martínez E. Epidemiología del descontrol de la epilepsia en un servicio de urgencias neurológicas. Revista de Neurología. 16 abril 2019; 68(8):321-325.
  3. Cáceres Plata FJ, Uceda Ruiz B. Epilepsia. En: Párraga Bermejo JL. Cuidados al paciente con alteraciones neurológicas. Serie Cuidados Especializados. Madrid: Difusión Avances de Enfermería (DAE); 2021. p. 239-261.
  4. Guía clínica de Epilepsia. [página Web]. Fisterra 17 de agosto de 2017 [Citado 16 de noviembre de 2021] Disponible en: https://www.fisterra.com/guias-clinicas/epilepsia/
  5. Lobato Casado P.Epilepsia. En: Cruz Acquaroni M, González Gómez I, De Castro Martínez A. Compendio DAE patologías. Madrid: Difusión Avances de Enfermería (DAE); 2021. p. 368-371.
  6. Fernández T. Actuación enfermera ante una crisis epiléptica en el hospital. Metas de Enfermería oct 2002; 5(8): 14-17.

 

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