Cuidados intensivos neonatales: cuidados centrados en la familia.

17 diciembre 2020

AUTOR

  1. José Gaudioso Redrado Giner (Enfermero EUE Teruel – Universidad de Zaragoza).
  2. Francisca García Malla (Enfermera EUE Teruel – Universidad de Zaragoza).

 

RESUMEN

El cuidado centrado en la familia (CCF) es un enfoque que reconoce la importancia de la familia como cliente del cuidado, asegurando su participación en la planificación de acciones. Esto revela una nueva forma de cuidar, que le brinda la oportunidad de definir los problemas y las soluciones resultantes. En enfermería neonatal, de acuerdo con esta filosofía, los profesionales deben, además de cuidar al recién nacido, reconocer a su familia como unidad de cuidado. En esta perspectiva, la familia se considera inseparable de la vida del niño. El presente trabajo ha abordado la atención enfermera basadas en este modelo de cuidado en el ámbito de la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN). En él, se presentan reflexiones aplicables a la enseñanza y práctica de la enfermería, con el objetivo de cambiar paradigmas relacionados con la forma de cuidar al recién nacido hospitalizado y sus familias, además de contribuir a la consolidación de la CCF en las unidades neonatales.

 

PALABRAS CLAVES

Enfermería neonatal, cuidados intensivos neonatales, cuidados familiares, cuidado centrado en la familia.

 

INTRODUCCIÓN

Para todos los profesionales de la salud dedicados a la atención de los niños, es muy importante el trabajo con los padres. La familia es uno de los factores que más influye en la vida futura de los recién nacidos (RN), aún más si tienen alguna alteración en su desarrollo, porque será en la familia donde el niño crezca y se desarrolle, y serán sus padres, siempre orientados por los profesionales de la salud, los que deberán trabajar por su futuro y su salud1. El nacimiento de un hijo supone para los padres una fuente de incertidumbre sobre: ​​su propia capacidad para ser padres, las reacciones normales o anormales del niño, el ritmo a seguir de crecimiento, de aprendizaje y de desarrollo, etc. En definitiva, los padres de un bebé, aunque no es el primer hijo, tienen dudas sobre el referente al normal desarrollo del mismo1. Si le añadimos a estas necesidades previas que el RN, desde el primer día de vida, tenga la necesidad de ser hospitalizado en una Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN), hará incrementar las dudas y los miedos de los padres, lo que provocará la aparición de la ansiedad y la preocupación que pueden producir una interferencia en la relación padres-hijos y una alteración del desarrollo del bebé 1-3.

En estas unidades neonatales, el número de procedimientos asistenciales y de diagnóstico son muy elevados, y en la mayoría de casos altamente invasivos. Se observan situaciones que producen dolor y sufrimiento a los padres y que generan pensamientos negativos, ya que hacen ver al niño como un ser indefenso y débil, rodeado de tubos, aparatos y alarmas, que actúan como una barrera entre los padres y el niño afectando a su relación1,2. Por otra parte, hay que tener en cuenta, que los padres deben asumir y aceptar que su hijo, en caso de supervivencia, es muy susceptible de presentar a medio y largo plazo algún déficit en su desarrollo neurosensorial. Esto supone un proceso de aceptación y adaptación muy complicado1. Los padres de estos niños experimentan altos niveles de estrés y emociones negativas, tales como ansiedad, depresión, culpa y desesperanza, y, dado que las circunstancias a que están sometidos los padres son intensas y se prolongan en el tiempo, esta ansiedad y preocupación pueden llegar a derivar en verdaderas patologías1,4.

El personal enfermero asume un papel importante, ya que desarrolla trabajos donde colabora con los facultativos en las estrategias y decisiones, presta cuidados directos al recién nacido y apoya a la familia2,5,6. Son muchas las dificultades que la enfermera afronta en cuanto a la interacción con los padres del bebé, especialmente en relación a las necesidades que estos presentan. Por esta dificultad que se presenta y para evitar una barrera mayor entre los padres y la enfermera, es necesario un cambio de actitud para implementar dinámicas nuevas, a través de nuevos procedimientos y protocolos, que garanticen una interacción más humanizada con la familia del recién nacido ingresado en la UCIN2,5,6. Se sabe que los padres desempeñan un papel importante durante la hospitalización de sus hijos y experimentan una falta de recursos básicos que los ayudarían a afrontar más eficazmente la enfermedad y la hospitalización. El cuidado centrado en la familia (CCF) considera que ésta tiene un papel crucial en la vida del niño y, por tanto, es imprescindible una adaptación de los sistemas de salud para lograr una atención integral y de calidad a la familia que propicia una mejor atención infantil7.

 

OBJETIVOS

  • Describir el concepto de recién nacido de alto riesgo.
  • Establecer el papel de los profesionales de enfermería en el cuidado de los recién nacidos de alto riesgo.
  • Determinar en qué consisten los cuidados centrados en la familia para los recién nacidos de alto riesgo.

 

METODOLOGÍA

Se ha realizado una selección de documentos relevantes al tema, a través de una búsqueda bibliográfica de documentos en español e inglés. Las bases de datos de Dialnet, Pubmed, Cuiden y Cinahl fueron las seleccionadas.

 

RESULTADOS-DISCUSIÓN

El recién nacido de alto riesgo:

El recién nacido de alto riesgo es aquel que, como consecuencia de sus antecedentes durante la gestación, el parto y / o el periodo perinatal, por ejemplo, bebé con muy bajo peso al nacer o con patologías complejas, tiene más posibilidades de presentar problemas fundamentalmente sensoriales y de neurodesarrollo. Estos recién nacidos son niños con necesidades asistenciales diferentes a las previstas en los programas diseñados para los niños sanos. Cuando este riesgo se materializa y presenta evidencia de disfunción hablamos de un niño patológico 8,9-11. El bebé de riesgo presenta una inestabilidad fisiológica y / o hemolítica como consecuencia de afecciones congénitas, alteraciones metabólicas, prematuridad, asfixia perinatal o problemas durante el embarazo, que requerirán cuidados intensivos y especializadas después del nacimiento8,9-11.

El seguimiento estrecho de estos niños tiene como objetivo la detección temprana de estos trastornos con el fin de iniciar una atención precoz y evitar la progresión hacia la enfermedad11. La preparación por parte de alto riesgo a menudo es la clave de una buena evolución del recién nacido. Para poder prestar una asistencia adecuada al RN de alto riesgo, se deberán conocer las condiciones de la madre durante el embarazo. De este modo se podrán tomar medidas profilácticas, que evitarán complicaciones y permitirán proveer de tratamientos para disminuir los riesgos implicados en los períodos de parte, intraparto y post parto 8. La valoración durante el periodo de transición de la vida fetal a la neonatal resulta indispensable para la detección precoz de signos de mala adaptación. Los cuidados iniciales y el ambiente adverso en la recepción del recién nacido pueden comprometer la estabilidad en este periodo sobre el RN lo esperado sano12. A partir de la valoración del RN se pueden detectar varias anomalías. Algunos de los trastornos neonatales que podrá revelar esta primera evaluación y que requerirán actuar con urgencia son 12,13:

  • Trastornos potencialmente letales: anencefalia o hidranencefalia, hidropesía grave con pulmones hipoplásicos, peso al nacer extremadamente bajo, trisomías conocidas y falta de respuesta a la reanimación.
  • Trastornos respiratorios: meconio, membranas, quistes, problemas relacionados con la lengua, estenosis, tumores y anillos vasculares.
  • Obstrucción de la vía aérea: Neumotórax, derrames pleurales, pulmones hipoplásicos, fístula traqueoesofágica, hernia diafragmática, malformación adenomatoidea y tumores.
  • Lesiones ocupantes: Inmadurez, asfixia, drogas maternas y daño / infección del SNC.
  • Esfuerzo respiratorio insuficiente o enfermedad parenquimatosa: Síndrome de dificultad respiratoria, neumonía por aspiración de meconio y neumonitis infecciosa.
  • Trastornos cardiovasculares: Hipovolemia o hipotensión, bradicardia y otras arritmias, hidropesía e insuficiencia cardíaca congestiva, disminución del flujo sanguíneo pulmonar y anemia o hiperviscosidad, hemorragias, hipertensión arterial.
  • Trastornos neurológicos: Hipotonía o hipertonía, irritabilidad o hiperexcitabilidad, reflejos de succión y deglución disminuidos, respiraciones superficiales e irregulares, apnea, apatía, sobresalto, convulsiones, reflejos ausentes, disminuidos o exagerados, reflejos asimétricos.

 

Papel del personal enfermero de la unidad de cuidados intensivos neonatales UCIN:

El personal enfermero de la UCIN asume un rol importante, ya que desarrolla trabajos donde colabora con el médico en las estrategias y decisiones, presta cuidados directos al recién nacido y apoya a la familia. Las primeras acciones que ejerce enfermería cuando un bebé ingresa en esta unidad son 6,8:

  • Recibir al paciente en la UCIN, evaluar las condiciones generales y priorizar la atención del sistema respiratorio y cardíaco para así prevenir la hipoxia y mantener estable el equilibrio hemodinámico.
  • Colocar al paciente en la cuna con calefacción o incubadora ya que es importante mantener estable el ambiente térmico, para prevenir la hipotermia o la hipertermia y evitar así sus consecuencias.
  • Evaluar el patrón respiratorio y administrar oxígeno si es necesario para prevenir la hipoxemia y sus consecuencias.
  • Instalar el monitor cardíaco para evaluar el patrón cardíaco.
  • Pesar al paciente cuando las condiciones lo permitan los cálculos de hidratación venosa, aporte calórico y posología de medicamentos.
  • Mide la longitud, el perímetro cefálico y torácico cuando las condiciones lo permitan para analizar la simetría corporal y el crecimiento ponderal en el transcurso de la internación.
  • Verificar los signos vitales: temperatura Tª, frecuencia respiratoria FR, frecuencia cardíaca FC y tensión arterial TA, cada 30 minutos hasta que se estabilice para una evaluación del sistema cardiorespiratorio. Si existen factores de riesgo para las anomalías cardíacas congénitas, verificar la TA en las cuatro extremidades.
  • Evaluar el dolor ya que sino se trata puede producir alteraciones fisiológicas que agraven la enfermedad y aumentan el estrés y sus consecuencias.
  • Verificar la glucemia periférica cada hora en las tres primeras horas, espaciando el tiempo de los exámenes cuando la glucemia se haya estabilizado. Por el estrés del parto y en ciertas enfermedades maternas o del recién nacido, es importante en un principio la monitorización frecuente de la glucosa en sangre, para prevenir hipoglucemias o hiperglucemias.
  • Pinchar una vena o ayudar a la colocación de un catéter umbilical para tener un acceso venoso para la administración de líquidos y la extracción sanguínea.
  • Recoger o ayudar en la recolección de muestras para el laboratorio de acuerdo con lo solicite el médico para así poder evaluar los niveles de hemoglobina, electrolitos y bioquímica sanguínea.
  • Administrar los medicamentos prescritos, por ejemplo, si estuviera indicada la administración de antibióticos, resulta importante hacerlo cuanto antes para controlar el proceso infeccioso.
  • Evaluar el electrocardiograma para conocer la madurez gestacional por la prestación de cuidados y tratamiento individualizado.
  • Rellenar la ficha de evaluación inicial para la determinación de las necesidades del RN y para utilizarlo como parámetro después de la admisión.

Los profesionales de enfermería juegan un papel vital en ayudar a los padres con recién nacidos ingresados ​​ya que son las encargadas de desarrollar intervenciones y estrategias para minimizar la experiencia difícil proporcionando apoyo emocional y desarrollando relaciones terapéuticas. Apoyar y facilitar el papel de los padres en los cuidados de su bebé ayudará a disminuir el estrés, la tensión, la ansiedad y la depresión. Por este motivo, el cuidado centrado en la familia es esencial 4,6. Son muchas las controversias que aparecen entre los profesionales de la salud, ya que se quiere luchar para cambiar el enfoque de la asistencia dada por los aspectos biológicos, y encararla hacia una realidad enfocada no sólo a la enfermedad del bebé, sino también a las dimensiones sociales, emocionales y psicológicas de la familia1.

 

Cuidados centrados en la familia:

La participación de los padres en el cuidado de sus hijos es uno de los ejes básicos de atención en neonatología. Pocos aspectos de la medicina neonatal son tan importantes, y a menudo tan ignorados, como la atención a la familia de un niño críticamente enfermo14. Los lazos afectivos entre el bebé y sus padres comienzan a desarrollarse durante el embarazo, aunque es después del nacimiento cuando se establece una relación recíproca entre ellos que se irá fortaleciendo día a día. Cuando en este periodo inicial, se produce una separación debido a la hospitalización, aparece una interferencia en el proceso de afección que podrá afectar la futura relación entre padres e hijos1-3. Esta alteración de la interacción entre padres e hijos, tiene un impacto negativo, el cual se relaciona con diferentes secuelas adversas sobre el desarrollo del recién nacido a largo plazo3. Por esta causa, el cuidado centrado en la familia es esencial y se puede conseguir viendo a los padres como socios en el cuidado del recién nacido, así como ayudando a establecer una relación de apoyo y amor con su frágil bebé. Para lograr esto será necesaria una visión holística, identificando a la familia como la primera responsable por los cuidados de salud del recién nacido. Por lo tanto, se debe considerar los problemas, necesidades, intereses, recursos, potencialidades y expectativas de toda la familia del niño hospitalizado4,6. Los profesionales de enfermería, por su relación cercana con los padres, pueden proporcionar cuidados centrados en la familia estableciendo una relación de ayuda terapéutica efectiva, reforzando actitudes y comportamientos positivos que ayuden a los padres a adaptarse a la hospitalización, a aprender a cuidar de sus hijos y en algunos casos, a afrontar la pérdida y el duelo3. Los cuidados centrados en la familia, favorecen la reducción del estrés de los padres y una relación más positiva entre estos y el bebé3,7.

Es necesario un contexto de cuidado con tres protagonistas el recién nacido, sus padres y la enfermera que debe ser considerado en la planificación y en la ejecución de la asistencia al bebé. De este contexto emana una relación afectiva que vincula los tres sujetos, los cuales ejercen acciones y reacciones mutuas que reconfiguran permanentemente el escenario de la asistencia6. Los cuidados centrados en la familia permiten a los padres participar activamente en la asistencia de los recién nacidos hasta que estos son dados de alta y en otros casos a afrontar las secuelas de la enfermedad o la pérdida de sus hijos3,7. Un estudio realizado a las enfermeras de UCIN, permite elucidar que la enfermera percibe la presencia de los padres dentro de la unidad de manera altamente positiva6.

Los profesionales de enfermería deben conocer los mecanismos involucrados en el establecimiento del vínculo materno y la inclinación de los padres con el bebé para promocionar y apoyar la integración de los padres en el cuidado y recuperación de sus hijos3. Dentro de estos cuidados también podemos incluir aquellas que ayuden en el desarrollo del niño/a, ya que el incremento de la participación de la familia ayudará en su mejor desarrollo. Los cuidados centrados en el desarrollo constituyen un sistema de cuidados para el bebé prematuro y/o enfermo que pretende mejorar el desarrollo del niño a través de intervenciones que favorezcan el bebé y su familia, entendiendo a ambos como una unidad14.

 

CONCLUSIÓN

El personal enfermero de la UCIN juega un papel vital en ayudar a los padres durante la hospitalización de su bebé en la UCIN desarrollando relaciones terapéuticas, proporcionando apoyo emocional, facilitando información clara y precisa, fomentando la participación activa de los padres en el cuidado de su bebé, así como, consiguiendo el acceso a intérpretes debido a la multiculturalidad para que puedan hacer preguntas y obtener la información que necesiten.

Estos métodos permiten que los padres sintiendo más apoyo y más seguridad frente a su recién nacido vulnerable. Por tanto, habrá intervenciones como éstas de enfermería que promuevan la disminución de los sentimientos negativos de los padres. La asistencia sanitaria y los cuidados de enfermería han tenido un mayor enfoque hacia la supervivencia de los niños prestando menos atención a las experiencias de los padres; por este motivo, se considera esencial incluir en la práctica diaria cuidados encaradas a los padres, proporcionando la información y la ayuda necesaria, e intentando involucrarse en la evolución de su hijo, es decir, incorporando en los cuidados del recién nacido actividades dirigidas a los padres para disminuir las consecuencias derivadas del ingreso de su hijo en la UCIN.

 

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