Coronavirus: desescalada con niños

16 junio 2020

AUTORES

  1. María Vázquez Sánchez. Residente de Pediatría, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza.
  2. Cristina Genzor Ríos. Residente de Enfermería Pediátrica, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza.
  3. Mónica López Campos. FEA de Pediatría, Centro de Salud Amparo Poch, Zaragoza.
  4. Ana Valer Martínez. Residente de Medicina Familiar y Comunitaria, Hospital Clínico Universitario, Zaragoza.
  5. Carlos Fernández Lozano. Enfermero, Hospital General de la Defensa, Zaragoza.
  6. María Esteban Aldana. Graduada en Fisioterapia.

 

RESUMEN

Nuestras vidas han cambiado considerablemente en los últimos meses a causa del Coronavirus. Las medidas de confinamiento han producido efectos no solamente en el ámbito sanitario, sino también a nivel laboral, económico y social. Los niños también han experimentado estos cambios y, en este momento, hemos de plantearnos la vuelta progresiva a la normalidad, pero también las consecuencias positivas que podemos enseñarles.

En Atención Primaria se van a intentar reanudar progresivamente los calendarios vacunales infantiles que se hayan visto retrasados por la situación epidemiológica, así como las revisiones de salud. La priorización del seguimiento telefónico de los pacientes será uno de los mayores cambios que habrá con respecto a la situación previa a la pandemia.

Es importante mantener como nuevo hábito las medidas higiénicas que se han establecido en este tiempo. En los niños hay que fomentar también unos hábitos dietéticos adecuados y la actividad física diaria para prevenir enfermedades frecuentemente evitables.

Como padres, es necesario explicarles a nuestros hijos la situación en la que nos encontramos adaptándonos a su edad y comprensión. Para ello, hemos de basarnos en medios de información actualizada y con rigor científico.

A nivel emocional, los adultos jugamos un papel crucial porque los recuerdos de los niños dependen parcialmente de lo que nosotros les transmitamos. En este momento, podemos proporcionales mucho apoyo y enseñarles aspectos importantes como autonomía, valores éticos o herramientas para gestionar sus emociones.

 

PALABRAS CLAVE

Coronavirus, niño, vacunación, estilo de vida saludable, regulación emocional.

 

INTRODUCCIÓN

Durante las últimas semanas, el confinamiento a causa del Coronavirus ha producido múltiples cambios en nuestras vidas. Progresivamente, se han ido permitiendo ciertas libertades y vamos retomando actividades que previamente formaban parte de nuestra rutina.

 

En la edad infantil, los cambios también han sido importantes, por lo que queremos comentar algunas medidas de transición que se están implementando en esta desescalada. En el caso de la Atención Primaria, el objetivo es reanudar los calendarios vacunales y las revisiones de salud que hayan sido aplazadas, así como continuar el seguimiento de patologías crónicas e identificar a los niños con posibles patologías graves para poder instaurar el tratamiento correspondiente. Por otro lado, es conveniente hacer hincapié en los aspectos positivos de esta situación que podemos enseñarles a nuestros hijos. Entre ellos, haremos referencia a las medidas higiénicas, los hábitos de vida saludables y la búsqueda del bienestar emocional.

 

VACUNACIÓN EN TIEMPOS DE COVID-19

La vacunación se ha convertido en una de las mayores medidas de prevención contra enfermedades infecciosas conocidas hasta la fecha, junto a la potabilización del agua. Gracias a esta medida preventiva, ha sido posible la erradicación a nivel mundial de ciertas enfermedades como la viruela y la disminución y el control de algunas otras, como la poliomielitis.1,2

 

Esta medida preventiva consiste en la inyección de un preparado biológico constituido por uno o varios antígenos de bacterias o virus, capaces de generar en nuestro organismo una respuesta inmunológica contra ese agente infeccioso. De este modo, si entramos en contacto con ese mismo agente en futuras ocasiones, producimos una mejor respuesta inmune y, por consiguiente, una mayor protección.1,2

 

La eficacia de la vacunación queda de manifiesto especialmente cuando la cobertura vacunal disminuye por diversos motivos, ya que se observa un rebrote de algunas enfermedades no erradicadas. Esto se ha objetivado los últimos años en países europeos en los que el movimiento antivacunas ha como propiciado el resurgimiento del sarampión.1 Por este motivo, es importante reanudar las pautas vacunales que se hayan visto retrasadas durante estas fechas en nuestro país.

 

Las circunstancias epidemiológicas de estos meses, han permitido solamente la vacunación de los más pequeños, ya que lo más importante es asegurar una correcta primovacunación. Una vez consolidada la primovacunación, el niño es capaz de generar una respuesta inmune específica contra esos antígenos, de modo que el resto de dosis vacunales actúan como «recuerdos». En niños más mayores en los que la mayor parte de su primovacunación ya se había completado, se ha preferido demorar esas dosis «de recuerdo» durante el estado de confinamiento, por lo que ahora será necesaria la reanudación de esas pautas vacunales.

 

Para llevar a cabo la vuelta a la normalidad en este sentido, se han propuesto instrucciones concretas a nivel nacional con la finalidad de que la reanudación de las vacunaciones sea progresiva, en función de las fases de desescalada. De esta forma, se irán ampliando los rangos de edad de los niños que pueden retomar sus pautas vacunales, siendo los adolescentes los últimos en incorporarse a las nuevas directrices.

 

En algunas familias, el miedo al contagio está produciendo ansiedad a la hora de regresar a nuestras rutinas previas. Sin embargo, la vacunación en los niños es clave en sus cuidados y, si valoramos el riesgo-beneficio actual, se prefiere reanudar esta intervención.

 

REVISIONES DE SALUD

En el programa de salud infantil, se intenta garantizar una óptima atención médica en todas las edades. Además de las vacunaciones, son también fundamentales las revisiones de salud por parte del pediatra y de enfermería. Estas visitas quedan estipuladas por grupos de edad y en cada una de ellas se orienta la entrevista hacia la detección de problemas propios de cada edad.

 

Por ejemplo, en la visita de la primera semana de vida, se recoge información acerca de los antecedentes de salud familiares o el contexto social familiar; se intentan detectar problemas en la exploración física completa del neonato; se valora su crecimiento; se realizan recomendaciones acerca de la lactancia, la higiene del bebé o los patrones de sueño… Por el contrario, los objetivos de la revisión de un adolescente son otros: conocer su situación familiar, amistades, colegio, tóxicos, autoestima, sexualidad, hábitos nutricionales, ejercicio físico, además de realizar una exploración física completa.

 

Durante el confinamiento, estas visitas al pediatra también han cambiado considerablemente. Se han mantenido las revisiones de los más pequeños con el objetivo de detectar anomalías congénitas de forma precoz, alteraciones en los cuidados y en la nutrición del lactante, problemas de crecimiento, etc. Al igual que en el caso de las vacunaciones, las revisiones en los niños mayores se irán reanudando por rangos de edad progresivamente, a medida que avancemos en el proceso de desescalada.

 

RESTO DE CONSULTAS PEDIÁTRICAS

Los niños parecen ser el colectivo de menor riesgo sanitario en esta pandemia, ya que los síntomas se presentan de forma más leve en la mayoría de los casos. Como consecuencia, muchos de ellos han padecido cuadros banales en su domicilio, administrándose tratamiento sintomático.

 

El seguimiento del paciente de forma telefónica por parte de su pediatra de Atención Primaria se ha convertido en un nuevo recurso del que hemos aprendido que, en determinadas circunstancias, es suficiente una consulta telefónica para resolver cuestiones de salud, alimentación, cuidados habituales, renovación de recetas… Por tanto, este recurso podría ser muy útil también en el futuro, dado que no toda consulta precisa ser presencial. Por el momento, se pretende mantener este procedimiento siempre que sea posible.

 

A pesar de que el Coronavirus puede debutar con manifestaciones clínicas muy diversas, existen otras patologías infantiles que no han desaparecido durante este tiempo. Muchos agentes infecciosos pueden cursar con formas de presentación parecidas y no todo lo debemos atribuir al Coronavirus. Algunos de los síntomas más frecuentemente encontrados son la fiebre, cefalea, cuadro catarral, odinofagia, dolor abdominal, etc.3 Sin embargo, el estado general del niño continúa siendo el elemento más importante para estimar la gravedad del cuadro. Por este motivo, se realizará la consulta de forma presencial en los casos en los que el pediatra estime oportuno, con la finalidad de evitar el retraso diagnóstico de algunas patologías que puedan requerir tratamiento específico.

 

MEDIDAS HIGIÉNICAS

Desde el comienzo del estado de alarma se han intentado divulgar numerosas medidas higiénicas para la prevención del contagio del virus. Algunas de ellas son las siguientes:

 

– Lavado de manos frecuente con agua y jabón, principalmente antes y después de comer o de ir al baño.

– Toser y/o estornudar en el codo.

– Evitar tocarnos la cara: ojos, nariz y boca.

– Distancia social.

 

La consecución de estas medidas no solamente es importante durante esta pandemia. Sería muy útil que nos acostumbremos a algunas de ellas en nuestro día a día habitual (como el lavado de manos o la forma de toser), puesto que otros virus respiratorios con los que ya convivíamos como el de la Gripe o el VRS, se transmiten de forma similar. Estas medidas deberían mantenerse ahora y siempre para intentar prevenir ciertas infecciones respiratorias. A su vez, el lavado de manos y evitar tocarnos la cara, puede disminuir el contagio de otras enfermedades de transmisión feco-oral.

 

En lo que respecta a la desescalada, el uso de mascarilla en los niños es recomendable para disminuir el contagio, a excepción de los más pequeños, en los que la mascarilla podría conllevar una mayor dificultad para respirar. Por tanto, se recomienda el uso de mascarilla a partir de los 3 años de edad y adaptando el tamaño de la misma al niño. Existen tres tamaños de mascarilla; el pequeño de 3 a 5 años, el mediano de 6 a 9 años y el grande a partir de los 10 años. Es fundamental cubrir la boca, nariz y barbilla con la mascarilla y no tocarla mientras se lleva puesta.4

 

HÁBITOS SALUDABLES:

Nuestro estilo de vida juega un gran papel en nuestra salud física y mental. Multitud de enfermedades se encuentran relacionadas de forma directa o indirecta con nuestros hábitos de vida y determinadas conductas pueden resultar perjudiciales. En nuestro medio, se ha objetivado un incremento de enfermedades cardiovasculares a edades tempranas ligado a un estilo de vida con incremento del sedentarismo, de la obesidad y de conductas alimentarias desequilibradas.

 

La etapa infantil es un momento importante en la adquisición de hábitos de vida y es necesario favorecer el desarrollo de conductas saludables ya que, una vez implantadas, es complicado cambiarlas en edad adulta. El estilo de vida que se debe intentar fomentar en la edad infantil se fundamenta principalmente en una alimentación equilibrada y acorde a sus necesidades energéticas acompañada de actividad física diaria.

 

-Actividad física: promueve un mejor funcionamiento del sistema cardiovascular y estimula el desarrollo y la coordinación del aparato locomotor en la infancia.

 

En los últimos meses, nos hemos visto recluidos en nuestros domicilios y los niños han sufrido parte de las consecuencias. La actividad física al aire libre se ha visto considerablemente reducida así como las opciones de actividad deportiva dispuestas a su alcance. En numerosas familias se ha intentado realizar ejercicio físico mediante rutinas recomendadas en distintas redes sociales o actividades propuestas por los colegios, lo cual es beneficioso.

 

Tras las primeras semanas de confinamiento, ya es posible salir con los niños y es momento de aprovechar esa oportunidad para realizar otro tipo de actividad física. Se recomienda una actividad física moderada de al menos una hora diaria, adecuándonos siempre a la edad del niño y sus necesidades. Actividades como subir y bajar escaleras, caminar, ayudar con las tareas domésticas o pasear al perro, formarían parte de las posibilidades de menor gasto calórico. Otras actividades de mayor intensidad son los juegos de balón, montar en bicicleta o en patines. Se recomienda que la mayor parte de la actividad sea aeróbica aunque, en adolescentes, ésta se puede intercalar con actividades anaeróbicas 3 veces a la semana para ganar masa muscular y fortalecimiento óseo.5

 

– Alimentación: los hábitos dietéticos poco saludables propician el aumento de patologías como dislipemia, diabetes mellitus, hipertensión, hipertrigliceridemia, obesidad, enfermedades cardiovasculares o cáncer. En los países industrializados, se han incrementado el sobrepeso y la obesidad en edades tempranas durante las últimas décadas, siendo el tipo de alimentación una de las principales causas.6,7

 

Para mantener una dieta adecuada en el niño, es imprescindible conocer sus necesidades nutricionales en función de la edad y de sus características metabólicas. Desde la edad preescolar, el niño comienza a ser autónomo progresivamente y no toda la ingesta alimenticia está dirigida por sus padres. La dieta se ve modificada según diferentes factores: familia, grupo de amigos, comedor escolar…6

 

Durante el confinamiento, en muchos hogares se ha optado por la cocina tradicional ya que desaparecieron las opciones gastronómicas fuera de casa. Gracias al tiempo libre de muchos, la Dieta Mediterránea ha resurgido en muchas familias, apostando por mayor cantidad de frutas y verduras, el consumo variado de carne y pescado, legumbres, huevos, lácteos, frutos secos… La reducción de ultraprocesados y ciertos aditivos como azúcares añadidos es importante para mejorar nuestros hábitos dietéticos.7 Por este motivo, es conveniente intentar mantener las costumbres saludables que se hayan podido adquirir durante este tiempo, a pesar de que la reincorporación al trabajo disminuya el tiempo disponible para la cocina.

 

INFORMACIÓN ACTUALIZADA Y CON RIGOR CIENTÍFICO

La información sobre el Coronavirus invade nuestro día a día desde hace unos meses. En todos los medios de comunicación y redes sociales encontramos noticias y artículos al respecto. Se trata de información muy variada: artículos científicos, noticias divulgativas, artículos de opinión, foros, tablas y fotografías… Asimismo, son documentos de autores muy diferentes, escritos con finalidades diferentes y dirigidos a colectivos diferentes. Como resultado, nos encontramos ante una gran cantidad de información, a menudo contradictoria.

 

Por eso es imprescindible ser conscientes de que no toda esa información está contrastada y es verídica. No es conveniente creer todo lo que oímos o leemos en los medios, sino que lo mejor es acudir a fuentes de información oficiales.

 

BIENESTAR EMOCIONAL

En el ámbito psicológico, muchas familias se han visto también afectadas por diversos motivos: problemas de salud de algún ser querido, miedo al contagio, dificultades económicas y laborales, ansiedad ante el confinamiento, etc. Los niños perciben esas inquietudes de los adultos y, en cierto modo, somos una gran influencia para ellos.

 

En esta situación, es conveniente explicarles los motivos del confinamiento y las medidas higiénicas que es necesario adoptar. En cambio, no se recomienda aportar imágenes o información innecesaria, ya que puede perjudicarles; hay que adaptar la información en función de la edad de cada niño y de su grado de comprensión.

 

Las vivencias infantiles marcan en muchas ocasiones recuerdos para toda la vida y éstos se basan en interpretaciones subjetivas de la realidad; cada individuo conforma sus propios recuerdos en la etapa final de un suceso, por lo que nos encontramos en un momento clave en el que nuestros hijos generarán una visión u otra de esta experiencia.8 Los adultos debemos actuar como ejemplo y, en gran medida, ejercemos una influencia sobre ellos y podríamos ser responsables de que esta vivencia sea guardada en su memoria como un suceso traumático.

 

Contradictoriamente, podemos aprovechar esta situación para fomentar el crecimiento personal de los niños y enseñarles determinados valores que les acompañarán el resto de su vida. Es un buen momento para que aprendan la importancia de las personas y que lo más importante es cuidarlas, mientras que lo material es prescindible. Principios éticos como la justicia social, la igualdad entre seres humanos, el compañerismo o la solidaridad son temas muy tratados estos días. Al mismo tiempo, podemos promover su autonomía mediante la realización de actividades domésticas y de tareas escolares; es bueno felicitarles por sus logros y animarles a intentarlo de nuevo cuando se equivocan. También es el momento ideal para enseñarles que el ser humano no puede tener todo bajo control y que la adaptación al cambio es la mejor forma de sobrellevar la situación.

 

CONCLUSIONES

El aislamiento producido como consecuencia del Coronavirus ha dejado en nuestro país una gran repercusión sanitaria, económica y social. Los niños son un colectivo especialmente vulnerable a este tipo de eventos, por lo que nuestra labor es estimular su aprendizaje en diferentes áreas y acompañarlos a medida que se van regulando las nuevas directrices.

 

En Atención Primaria se van a ir retomando las revisiones de salud y los calendarios vacunales de todos aquellos niños cuyas pautas vacunales se hayan aplazado por el confinamiento. En el resto de consultas pediátricas prevalecerá el seguimiento telefónico.

 

Es un buen momento de mantener todos aquellos hábitos de vida saludable que se hayan trabajado en estos meses como el lavado de manos, una correcta alimentación o la actividad física diaria.

 

Muchas familias se han visto afectadas psicológicamente por las adversidades acontecidas y los adultos ejercen una gran influencia emocional en los más pequeños, ya que éstos los toman como referencia. Por tanto, es importante explicarles la situación que estamos viviendo de acuerdo a su edad y nivel de comprensión, evitando la sobreexposición innecesaria. Al mismo tiempo, es oportuno fomentar su aprendizaje en valores éticos, ya que en la infancia se crean las principales bases de la personalidad de los niños.

 

BIBLIOGRAFÍA

1. Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría. Manual de Vacunas en línea de la AEP. Disponible en https://vacunasaep.org/documentos/manual/manual-de-vacunas

2. Álvarez García F. Características generales de las vacunas. Pediatr Integral 2015; XIX (10): 666-674.

3. Zimmermann P, Curtis N. Coronavirus Infections in Children Including COVID-19. An Overview of the Epidemiology, Clinical Features, Diagnosis, Treatment and Prevention Options in Children. Pediatr Infect Dis J. 2020;39(5):355–368.

4. Fernández Segura ME, Serrano Poveda ME, Grupo de Educación para la Salud AEPap. ¿Cómo se usan las mascarillas en los niños?. En familia AEP. 2020. Disponible en: https://www.aepap.org/aggregator/sources/3

5. Cortés Martín EM, Sánchez Ruiz-Cabello FJ, PrevInfad. Deporte y actividad física en los niños. En familia AEP. 2015. Disponible en: https://enfamilia.aeped.es/vida-sana/deporte-actividad-fisica-en-ninos

6. Moreno Villares JM, Galiano Segovia MJ. Alimentación del niño preescolar, escolar y del adolescente. Pediatr Integral 2015; XIX (4):268-276.

7. Jardí c, Aranda N, Bedmar C, Ribot B, Elias I, Aparicio E, Arija V. Ingesta de azúcares libres y exceso de peso en edades tempranas. Estudio longitudinal. AnEspPediatr. 2019; 90(3):165-172.

8. García Campayo, J. Recomendaciones para salir del aislamiento. Mayo 2020. Disponible en https://www.javiergarciacampayo.com/2020/05/04/recomendaciones-para-salir-del-aislamiento/

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