Cáncer de vulva. Explorar para diagnosticar.

18 enero 2022

AUTORES

  1. Lucia Cerrada Enciso; MIR MFYC, CS Arrabal, Zaragoza.
  2. Diego Santamaría Briz; Enfermero, Zaragoza.
  3. Ana Cerrada Enciso; Enfermera, Zaragoza.
  4. Blanca Cerrada Enciso; Enfermera Especialista en EFyC, Zaragoza.

 

RESUMEN

El cáncer de vulva es la cuarta causa de neoplasia del tracto eenital femenino, suponiendo el 5% de los cánceres ginecológicos. El 90% de los tumores vulvares son escamosos, manteniendo relación con el antecedente de infección por parte del Virus del Papiloma Humano. Es un cáncer típico de mujeres postmenopáusicas. Su localización más frecuente es en los labios mayores. El diagnóstico se realiza mediante biopsia. Es fundamental una correcta historia clínica para poder sospechar, y así hacer una exploración física ginecológica detallada. El tratamiento de elección es la cirugía radical junto con la linfadenectomía bilateral. El pronóstico varía en función de si existe afectación ganglionar o no.

 

PALABRAS CLAVE

Neoplasias de la vulva, carcinoma de células escamosas, ginecología.

 

ABSTRACT

Vulvar cancer is the fourth most common cause of the female genital tract neoplasm, and contains 5% of all gynecologic cancers. 90% of vulvar tumors are squamous, being associated with previous infection with Human Papillomavirus. It is a typical cancer in postmenopausal women. Its location is more frequent in labia majora. The diagnosis is made by biopsy. It is essential to take an adequate clinical history to suspect, and then to do a full gynecological physical exploration. The treatment of choice is radical surgery as well as bilateral lymphadenectomy. The prognosis depends on whether there is lymph node involvement or there is not.

 

KEY WORDS

Vulvar neoplasms, carcinoma, squasmous cell, ginecology.

 

INTRODUCCIÓN

Mujer de 74 años, jubilada, independiente para las actividades básicas de la vida diaria. Antecedentes personales de hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2, hipercolesterolemia, obesidad grado II, ansiedad, hemorroides externas.

En tratamiento con antihipertensivo, hipolipemiante y antidiabético oral de forma crónica. En los últimos meses le han prescrito diversos antifúngicos (tanto en forma tópica como en comprimidos vaginales).

Acude a servicio de urgencias por posible rectorragia de 7 días de evolución. La paciente refiere haber tenido hemorroides sangrantes en otras ocasiones, pero niega dolor anal, niega estreñimeinto. Comenta que el sangrado en esta ocasión es algo diferente y en los últimos días ha sido más abundante que en otras ocasiones. Además cuenta que desde hace unos 3 meses nota una superficie algo indurada en región genital, sin saber especificar exactamente la localización. Ella dice que debido a su obesidad no ha podido explorarse. En las últimas semanas había consultado en distintas ocasiones por este motivo, así como por prurito vaginal y secreción vagnal anómala, habiendo recibido tratamiento con clotrimazol en forma tópica y de óvulo vaginal, así como tratamiento con fosfomicina oral por posible infección de tracto urinario sin notar ninguna mejoría. Niega dolor abdominal, no síndrome constitucional, ni cambios en el hábito deposicional. Se le realiza una exploración física, evidenciando hemorroides externas sin signos de complicación aguda. Se realiza una exploración ginecológica donde se observa una lesión indurada, violácea, que presenta una ulceración central. La lesión presenta restos de sangre, y pequeño sangrado activo, se localiza en labio mayor derecho, zona que está más matizada que el labio contralateral. No se palpan adenopatías ni inguinales, y axilares, ni claviculares.

Dado los hallazgos es derivada con carácter preferente a la consulta de tumores ginecológicos, siendo diagnosticada de neoplasia vulvar. Se le realizó cirugía mediante extirpación con márgenes de seguridad de la lesión vulvar, y se extirpó parte de la cadena inguinal izquierda. El informe de la biopsia de la lesión tumoral informaba de carcinoma escamoso mal diferenciado que afectaba a labios mayores, neoplasia intraepitelial vulvar de alto grado.

 

DISCUSIÓN

La patología vulvar es infradiagnosticada por ser asintomática u oligosintomática, de mucho menor frecuencia con relación al cáncer en otras partes del aparato genital femenino, por ser asiento de enfermedades dermatológicas diversas no malignas. Es por ello que se debe seguir una metodología diagnóstica que incluya una adecuada historia clínica (interrogando sobre los antecedentes de transmisión sexual, inmunosupresión), así como una adecuada exploración física (observando cambios en coloración y trofismo, lesiones de piel y mucosas, lesiones en vagina y región inguinal)1.

Pese a que los tumores de vulva se presentan en una localización visible, su diagnóstico suele ser tardío. Varios estudios señalan que se suelen hacer 1 año después de aparecer, y esto se debe a que posiblemente las pacientes ocultan síntomas, y en segundo lugar, a que los médicos indican tratamientos locales empíricos2.

El cáncer de vulva es la cuarta causa de neoplasia del tracto genital femenino, tras la de cérvix, endometrio y ovario. Suponiendo el 5% de todos los cánceres ginecológicos. De los cánceres vulvares, el 90% son escamosos. Otras lesiones que también pueden producirse en la vulva son los melanomas, adenocarcinomas, carcinomas basocelulares, carcinomas verrucosas, sarcomas, adenosarcomas. Su etiología no es clara, pero existe evidencia de que el antecedente de infección del virus del papiloma humano (VPH) puede actuar como agente causal de los carcinomas del tracto genital2. La identificación del VPH constituye el factor de riesgo más importante de cáncer vulvar si coexiste con el tabaquismo y la infección por el virus del herpes simple3.

Su incidencia en mayores de 70 años es de 20 por 100 000 habitantes. Siendo una enfermedad típica de mujeres posmenopáusicas (edad media de 65 años). Siendo otros factores de riesgo el tabaco, ser portadora de lesiones precursoras como el liquen escleroso, la hiperplasia de células escamosas, y las neoplasias intraepiteliales vulvares4.

La localización de los carcinomas escamosas más frecuente son los labios mayores, pero también puede ser diferente como en los labios menores, clítoris y el periné2.

Los tumores vulvares pueden ser asintomáticos en el 50% de las mujeres; las mujeres que presentan clínica suelen presentar síntomas como: prurito crónico, irritación, lesiones vulvares exofíticas, lesiones ulceradas y dolor vulvar5.

El diagnóstico se realiza mediante biopsia. Para poder clasificar el carcinoma de vulva en estadios según la clasificación de la FIGO, se realizan estudios complementarios para estudiar diseminación como la cistoscopia, rectoscopia, radiografía de tórax y urografía intravenosa. El carcinoma escamoso en estadio primario se define como una lesión única menor de 2 cm, con invasión superficial de la estroma. La propagación a vagina, uretra y ano es frecuente, lo mismo que la diseminación a ganglios linfáticos inguinales y femorales, así como pélvicos. La diseminación a otros órganos es rara, y solo se da en estadios muy avanzados, donde puede alcanzar hueso, hígado, pulmón y cerebro6.

El tratamiento de elección es la cirugía que debe realizarse según los protocolos del Comité Oncológico de la Federación Internacional de Ginecólogos y Obstetras (FIGO), que recomiendan cirugía radical (vulvectomía radical y linfanew comía bilateral)7. La radioterapia radical puede ser una opción en pacientes donde los tratamientos quirúrgicos agresivos estén contraindicados, presentando buenas tasas de supervivencia a largo plazo. La quimioterapia y la radioterapia se usan en estadios avanzados como adyuvante al tratamiento quirúrgico6.

La supervivencia depende sobre todo del estado en el que se encuentran los ganglios inguinales. En las pacientes con enfermedad operable sin afectación ganglionar, la tasa de supervivencia es del 90%. Sin embargo, si hay afectación ganglionar la tasa de supervivencia a los 5 años es del 50-60%. Hasta un 30% de las pacientes con enfermedad operable presentan diseminación ganglionar6.

 

CONCLUSIÓN

El diagnóstico precoz de las neoplasias vulvares es muy importante, puesto que como en todas las patologías oncológicas influye en el pronóstico. Un diagnóstico precoz se puede realizar desde la consulta de Atención Primaria a través de un correcto examen físico . Resulta necesario integrar la exploración ginecológica en la consulta de Atención Primaria, así como conocer los síntomas de alarma de cáncer genital. La prescripción de tratamientos tópicos o vaginales sin un diagnóstico claro es un dato a tener en cuenta de evolución tórpida.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Anzola F, Lobo JC, Márquez M, Jurado J. Neoplasias malignas de vulva. Incidencia registrada en el servicio oncológico hospitalario de los seguros sociales. Rev Venez Oncol. 2015; 27(4):232-238.
  2. Velasco Boza AJ, Díaz Curbelo A, Vergel Gotera MN, Idavoy Corona A. Carcinoma escamoso de vulva. Revista Cubana de Obstetricia y Ginecología. marzo de 2018;44(1):1-8.
  3. Williams Ginecología. México 2012;3(31):795.
  4. Enfedaque, M. M., Lara, O. R., Sánchez, G. E., Camejo, J. Á., Nuño, A. S., Rodríguez, M. O., y Sánchez, A. R. Carcinoma epidermoide de vulva. Informe de un caso. Revista Información Científica.2008; 58(2).
  5. Maldonado V. Guía de práctica clínica. Cáncer de vulva. Buenos Aires: OSECAC; 2012 [Citado 15 Mar 2015]. Disponible en: http://www.osecac.org.ar/documentos/guias_medicas/GPC%202008/Ginecologia/Gin-57%20Cancer%20de%20Vulva_v0-12.pdf
  6. Cerdeira M del CR, Guerra EG, Tapia AG. Cáncer de vulva. Más dermatología. 2008;(4):5-13.
  7. Jewell EL, Sonoda Y. Vulvar cancer treatment protocols. MedScape. 2015 [Citado 15 Mar 2015]. Disponible en: http://emedicine.medscape.com/article/2156990-overview

 

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