Calprotectina fecal como marcador de enfermedad inflamatoria intestinal.

2 mayo 2021

AUTORES

  1. María López Gómez. Técnico Superior en Laboratorio de Diagnóstico Clínico. Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza).
  2. Antonio José Villalba Torres. Técnico Superior en Laboratorio de Diagnóstico Clínico. Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza).
  3. Beatriz Jiménez Moraleda. Técnico Superior en Laboratorio de Diagnóstico Clínico. Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza).
  4. Elena Arrieta Giménez. Técnico Superior en Laboratorio de Diagnóstico Clínico. Hospital Ernest Lluch (Calatayud).
  5. Marta Martínez Martínez. Técnico Superior en Laboratorio de Diagnóstico Clínico. Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza).
  6. Andrea Espartero González. Técnico Superior en Laboratorio de Diagnóstico Clínico. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza).

 

RESUMEN

La discriminación entre enfermedades inflamatorias intestinales (EII) y trastornos funcionales gastrointestinales es compleja debido a que pueden presentar cuadros clínicos similares. La calprotectina fecal (CPF) es un marcador inflamatorio útil para este fin, y permite seleccionar a los pacientes que más se pueden beneficiar de someterse a una colonoscopia.

 

PALABRAS CLAVE

Proteína, heces, neutrófilos, inflamación intestinal.

 

ABSTRACT

The discrimination between inflammatory bowel diseases (IBD) and functional gastrointestinal disorders is complex because they can present similar clinical pictures. Fecal calprotectin (FPC) is a useful inflammatory marker for this purpose and enables the selection of patients who may benefit most from undergoing colonoscopy.

 

KEY WORDS

Protein, feces, neutrophils, intestinal inflammation.

 

INTRODUCCIÓN

Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII): término designado a un grupo de enfermedades inflamatorias crónicas de etiología desconocida del aparato digestivo, con períodos de recaídas y remisiones, sin cura permanente y que pueden conducir a una morbilidad importante a largo plazo. La EII está asociada con un incremento sustancial de riesgo de cáncer colorrectal, especialmente tras 8 – 10 años de enfermedad activa. Se cree que la EII es el resultado de la interacción entre la genética susceptible del huésped y los factores ambientales; que influyen en la flora intestinal normal y desencadenan una respuesta por parte del sistema inmune inapropiada, una reacción antígeno-anticuerpo contra la resistencia normal de la mucosa. La endoscopia continúa siendo el “gold estándar”, para la evaluación de la actividad de la EII y la curación de la mucosa, tiene algunos riesgos y limitaciones, ya que es un procedimiento invasivo.1

 

Los denominados “Marcadores Biológicos de Actividad” o “Reactantes de Fase Aguda” se vienen empleando en el estudio y seguimiento de enfermedades inflamatorias intestinales (EII) con el objetivo de poder seguir la evolución o curso de la enfermedad, así como para monitorizar la eficacia del tratamiento empleado. De todos los reactantes de fase aguda, el más estudiado a lo largo del tiempo ha sido la Proteína C reactiva, cuyos resultados han demostrado buena correlación con el grado de actividad tanto en enfermedad de Crohn como en colitis ulcerosa. Otros marcadores, son la velocidad de sedimentación globular, recuento de leucocitos, plaquetas, niveles séricos de albúmina, ANCA…aunque menos eficaces en el diagnóstico.2

 

Los marcadores fecales, como la calprotectina fecal, parecen prometedores y más específicos para detectar la presencia de inflamación intestinal en pacientes con EII establecida.

 

OBJETIVO

El objetivo de este artículo es poner en conocimiento este biomarcador, calprotectina, clave para poder diagnosticar enfermedades de inflamación intestinal, presentes en un alto porcentaje de población. Y con ello, plasmar con información actualizada, la presente situación y cómo se lleva a cabo su detección en los laboratorios de diagnóstico clínico.

 

METODOLOGÍA

Se lleva a cabo la realización de una revisión bibliográfica buscando información relevante en diversos artículos de revistas científico-sanitarias. Como buscador de bibliografía se utiliza Google Académico, páginas web relacionadas con el tema y documentación de organismos oficiales.

 

RESULTADOS

La Calprotectina es una proteína (familia S100), presente en el organismo asociada al Calcio. Se encuentra principalmente en los leucocitos polimorfonucleares (PMN), aunque también presente en menor proporción, en los monocitos y los macrófagos reactivos.3

 

Presenta claras propiedades bacteriostáticas y fungicidas a niveles plasmáticos, ya que se eleva de 5 a 40 veces. También se puede encontrar presente en las heces, siendo la concentración como calprotectina fecal (CPF) muy superior comparándola a nivel plasmático. Estos valores en heces pueden encontrarse hasta 6 veces elevados en pacientes con diversos procesos de inflamación intestinal a nivel de intestino delgado como cualquier parte del colon.4 Se ha demostrado que la CPF es capaz de identificar si hay presencia de curación de mucosa en el seguimiento de los pacientes tratados.

 

Los niveles de CPF varían con la edad. Los neonatos tienen niveles muy elevados, y descienden durante las primeras semanas. No hay diferencias entre sexos.5

 

La presencia de Calprotectina fecal en las heces es directamente proporcional a la actividad de los neutrófilos en la luz intestinal, marcador de actividad en la EII. Además, tiene buena correlación fecal de leucocitos marcados con indio 111. Es resistente a la degradación bacteriana y muy estable en heces a temperatura ambiente durante una semana, lo que facilita mucho su uso en la práctica clínica.

 

Toma de muestra: Para proceder a su petición es importante saber si el paciente manifiesta diarrea sanguinolenta, dolor abdominal, pérdida de peso, debilidad…así como complementar el análisis con otros marcadores de fase aguda. La toma debe ser representativa de 3-5 gramos de heces depositadas (a cualquier hora del día) en un contenedor estéril o el vial dónde está incluido el buffer6.

 

La CPF se cuantifica mediante un enzimoinmunoanálisis (ELISA) y, recientemente, por técnicas de inmunocromatografía (también llamados «tests rápidos»). Requiere una única muestra de menos de 5 g para su determinación. Las técnicas ELISA han sido las más empleadas hasta el momento. Se han utilizado anticuerpos monoclonales y policlonales, siendo las primeras las que tienen una mayor sensibilidad y especificidad. Recientemente, se han desarrollado técnicas inmunocromatográficas. Las ventajas respecto a las técnicas ELISA son su mayor rapidez en la determinación, la posibilidad de realizar el análisis individual y una mayor facilidad de manejo e interpretación de sus resultados para el clínico.7

 

Los valores de corte son orientativos, siendo establecido el límite de normalidad por debajo de 50 μg/g, y considerándose de dudoso significado clínico los resultados entre 50-100 μg/g8. Con esos valores se puede detectar colitis infecciosas, isquémicas e incluso cáncer de colon. Para poder corroborar dicho valor, es necesario repetirla en 4-6 semanas. También se ha podido estudiar la posibilidad de realizar estudios de seguimiento en recidivas, y poder adelantar el tratamiento o intervención hasta 12 semanas.9

 

Su determinación puede causar interferencias en tratamiento con AINEs, valores altos de normalidad en niños, o en enfermedad ileal. Por lo que no es un diagnóstico certero por exclusión, sino que se tiene que tener en cuenta más parámetros y clínica.

 

Actualmente se está investigando en el ensayo de “Biomarcadores basados en el Metaboloma” que consiste en el análisis comparativo del perfil metabólico de pacientes con EII y modelos animales. Uso de arrays de proteínas o perfiles de expresión génica1.

 

CONCLUSIÓN

La CF es un marcador fiable de inflamación mucosa y permite discriminar aquellos pacientes en riesgo de presentar una EII y que deberían ser valorados por un especialista. Por otro lado, es capaz de discriminar la actividad inflamatoria endoscópica y resulta de utilidad para monitorizar la respuesta al tratamiento y predecir el riesgo de recidiva.

 

A su vez, evita el uso de colonoscopias como cribado invasivo, y su determinación es simple.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Ocaña S, Casas M.L, Biomarcadores de interés en la enfermedad inflamatoria intestinal en Educación Continuada en el Laboratorio Clínico. 2016; Ed Cont Lab Clín; 22: 72 – 84.
  2. Vermeire S, Van Assche G, Rutgeerts P. Laboratory markers in IBD: Useful, magic, or unnecessary toys ? Gut 2006; 55: 42.
  3. Bjerke K, Halstensen TS, Jahnsen F, Pulford K, Brandtzaeg P. Distribution of macrophages and granulocytes expressing L1 protein (calprotectin) in human Peyer’s patches compared with normal ileal lamina propria and mesenteric lymph nodes. Gut 1993; 34: 1357 – 63.
  4. Fagerberg UL, Lööf L, Merzoug RD, HanssonLO, Finkel Y. Fecal calprotectin levels in healthy children studied with an improved assay. J Pediatric Gastroenterol Nutr 2003; 37: 468 -72.
  5. Olafsdottir E, Aksnes L, Fluge G, Berstad A. Faecal calprotectin levels in infants with infantile colic, healthy infants, children with inflammatory bowel disease, children with recurrent abdominal pain and healthy children. Acta Paediatr, 91 (2002), pp. 45-50.
  6. Lasson A, Stotzer O, Ohman L, Isaksson S, Sapnara M, Strid H, et al. The intra-individual variability of faecal calprotectin: A prospective study in patients with active ulcerative colitis. J Crohns Colitis., 9 (2014), pp. 26-32.
  7. Lobaton T, Rodriguez-Moranta F, Lopez-Garcia A, Sanchez E, Rodríguez-Alonso L, Guardiola J. A new rapid quantitative test for fecal calprotectin predicts endoscopic activity in ulcerative colitis. Inflamm Bowel Dis. 2013. En prensa.
  8. Egea J, Alberca de las Parras F, Carballo F. Calprotectina fecal como predictor de lesiones inflamatorias en intestino delgado diagnosticadas con cápsula endoscópica. Rev Esp EnfeRm Dig (Madrid) Vol. 107, N.º 4, pp. 211-215, 2015.
  9. Costa F, Mumolo M, Ceccarelli L, Bellini M, Romano M.R, Sterpi C, et al. Calprotectin is a stronger predictive marker of relapse in ulcerative colitis than in Crohn’s disease. Gut, 54 (2005), pp. 364-368.

 

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