Calidad de vida en el anciano. Artículo monográfico.

18 diciembre 2021

AUTORES

  1. Mª José Tregón Loras. Máster en Gerontología Social por la Universidad de Zaragoza. Enfermera en el Hospital Obispo Polanco de Teruel.
  2. Eva Negredo Rojo. Máster en Análisis Clínicos por la Universidad de Valencia. Enfermera en el Hospital Obispo Polanco de Teruel.
  3. Beatriz Antón Amado. Máster en Prevención de Riesgos Laborales por la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid. Enfermera en el Hospital Obispo Polanco de Teruel.
  4. Susana Rodríguez Uceda. Grado en Enfermería, Universidad de Zaragoza. Enfermera en el Hospital Obispo Polanco de Teruel.
  5. María Cervera Catalán. Máster en Educación en Salud Escolar por la Universidad Católica de Valencia. Enfermera en la Residencia Javalambre de Teruel.
  6. Lorena Chavarrías Izquierdo. Experto en Cuidados Especializados de Enfermería en Urgencias y Cuidados Críticos por la Universidad Europea Miguel de Cervantes. Enfermera en el Hospital Obispo Polanco de Teruel.

 

RESUMEN

El progreso socioeconómico y tecnológico ha influido en las condiciones de vida de la población, así como en su longevidad. Estos factores, junto con la disminución de la fecundidad, han dado lugar a un considerable envejecimiento de la población.

Debido a este envejecimiento, como a la tendencia más actual de “dar vida a los años” el estudio de la Calidad de Vida (CV) en los mayores viene cobrando una mayor importancia.

En este trabajo se van a exponer diferentes definiciones de la CV en función de los autores. Una de las definiciones más aceptadas es la propuesta por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que la definió como la “percepción del individuo, de su posición en la vida, en el contexto de la cultura y de los sistemas de valores en los que vive y con relación a sus objetivos, expectativas, preocupaciones y normas.

Existe un acuerdo mayoritario en cuanto a que el concepto CV es multidimensional y se construye sobre dominios o componentes objetivos y subjetivos.

 

PALABRAS CLAVE

Calidad de vida, anciano.

 

ABSTRACT

Socioeconomic and technological progress has influenced the living conditions of the population, as well as its longevity. These factors, together with the decrease in fertility, have resulted in a considerable aging of the population.

Due to this aging, as well as to the current trend of «giving life to the years», the study of the Quality of Life (QOL) in the elderly is gaining importance.

In this paper, different definitions of QOL will be presented, depending on the authors. One of the most widely accepted definitions is that proposed by the World Health Organization (WHO), which defined it as «the individual’s perception of his or her position in life, in the context of the culture and value systems in which he or she lives and in relation to his or her goals, expectations, concerns and norms.

There is a majority agreement that the concept of QOL is multidimensional and is built on objective and subjective domains or components.

 

KEY WORD

Quality of life, aged.

 

DESARROLLO DEL TEMA

El progreso socioeconómico y tecnológico en los países desarrollados, y también su evolución favorable en los países en desarrollo, ha influido en las condiciones de vida de la población, así como en su longevidad. Estos factores, junto con la disminución de la fecundidad, han dado lugar a un considerable envejecimiento de la población1,2.

Éste se define como el aumento de la población de personas mayores de 65 años con respecto al total de la población. El Instituto Nacional Estadística (INE), clasifica en tres grupos en función de la edad: entre 65-74 años, 75-84 años y por encima de 85 años, siendo éste definido como paciente muy anciano3.

El envejecimiento ha ocasionado un cambio radical en las pirámides demográficas a nivel mundial1.

Según el INE, en España los datos actuales muestran que la población mayor de 65 años se sitúa alrededor del 18,4% de la población total, con más de 8 millones de personas, de las que aproximadamente un 6% son octogenarias.

En este sentido y según las proyecciones realizadas por el INE, en el año 2066 habrá más de 14 millones de personas mayores, 34,6% del total de la población3.

Tradicionalmente el estudio del envejecimiento se había centrado en un modelo de déficit y en características exclusivamente patológicas, pero a la vista de las proyecciones de futuro y dado que éste seguirá aumentando en las próximas décadas, se deben tener en cuenta nuevas formas de valorar a la persona anciana desde una postura más positiva, que supere las teorías centradas sólo en el déficit. Esta reflexión lleva a considerar el envejecimiento como un proceso natural, una etapa más del desarrollo evolutivo humano, en la que existen ganancias y pérdidas, planteamiento ampliamente recogido en las teorías del Ciclo Vital2.

 

Debido fundamentalmente al fenómeno de este envejecimiento poblacional, así como a la tendencia más actual de “dar vida a los años” el estudio de la Calidad de Vida (CV) en los mayores viene cobrando una mayor preeminencia2,4,5,6,7.

El origen del este concepto se remonta a la época de Aristóteles, ligado a connotaciones filosóficas sobre el bienestar y la satisfacción con la vida8,9.

Es un concepto abstracto y complejo de definir, su utilización es relativamente reciente y su análisis surge en los últimos años del siglo XX8,9,10.

Ha sido confundida frecuentemente con otros términos como bienestar, satisfacción o felicidad5,8.

Hörnquist (1989), la define como la percepción global de satisfacción en un determinado número de dimensiones clave, con especial énfasis en el bienestar del individuo. Esta definición incluye las causas externas al individuo que pueden modificar su salud o su estado de salud7.

La CV es un concepto amplio que incluye no solamente el estado de salud, aspectos económicos, medio ambientales y educativos, sino también aspectos legislativos y aquellos relativos a los sistemas de salud.

 

En este sentido, los autores Birren y Diekmann (1991), la definen como la evaluación de las circunstancias de la vida de un individuo, grupo o población, en la cual se evalúan las características del ambiente físico y social, los estados internos del sujeto y su salud.

Presentándose dos posibles modos de medición:

  • Uno basado en la percepción subjetiva o interna de la CV.
  • Otro a través de juicios externos y valoraciones objetivas de la misma4.

Una teoría desarrollada específicamente para analizar la complejidad de la CV, es la teoría de las cuatro CV de Ruut Veenhoven (2000). Hace una distinción en dos planos:

  • El primero refleja las oportunidades para una buena vida y resultados de la vida.
  • El segundo habla sobre las calidades externas e internas; las primeras se refieren al ambiente y las segundas al individuo8,11.

Shwartzmann y col, consideran la CV como un proceso dinámico y cambiante que incluye interacciones continuas entre la persona y su medio ambiente9.

Para Lawton (2001), es la evaluación multidimensional, tanto en criterios de norma o de consenso social, como la experiencia individual, del sistema persona-ambiente, tanto en un tiempo presente, como en el pasado y en su perspectiva futura4,11.

Su modelo ecológico de CV, hace necesario evaluar la existencia de cuatro categorías que determinan el nivel de calidad.

La primera hace referencia a la calidad de vida física, un dominio centrado en lo biológico donde es importante analizar los estados de salud así como las limitaciones funcionales y cognitivas.

En segundo lugar, nos habla de la CV social, que incluye indicadores relativamente objetivos de relación con el mundo externo.

En tercer lugar se plantea la CV percibida, que se centraría en los aspectos más funcionales del apoyo social, representados en la valoración subjetiva de la calidad de vida social, de las relaciones familiares y de los amigos.

 

Por último habla de CV psicológica: bienestar subjetivo, componiéndose por tanto de los posibles efectos positivos y negativos y de la percepción de satisfacción8,12.

Una de las definiciones más aceptadas es la propuesta por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que definió la CV como la “percepción del individuo, de su posición en la vida, en el contexto de la cultura y de los sistemas de valores en los que vive y con relación a sus objetivos, expectativas, preocupaciones y normas”8,13,14,15.

Para Yanguas (2006), la CV es un concepto multidimensional que comprende componentes tanto objetivos como subjetivos, incluye un número diverso de ámbitos de la vida, refleja las normas culturales de bienestar objetivo y otorga un peso específico diferente a los distintos ámbitos de la vida considerados más importantes para algunas personas que para otras12.

Existe un acuerdo mayoritario en cuanto a que el concepto CV es multidimensional y se construye sobre dominios o componentes objetivos y subjetivos.

Los componentes objetivos, miden la calidad de vida por normas externas y son independientes de la percepción humana, e incluyen aspectos demográficos, del entorno residencial y social, económicos, sociales, etc.

Los componentes subjetivos están integrados por las expectativas, las experiencias, los valores individuales y las percepciones.

Por tanto, la CV se puede contemplar como una compilación compleja de dimensiones interactivas objetivas y subjetivas1,7,8,10,11,16.

El significado de la misma no es igual para todas las personas. El concepto cambia para los distintos grupos de población según los diferentes factores como el espacio, el tiempo o el ciclo vital1,7,8,10,12,16.

 

Cuando se estudia la CV de las personas desde la perspectiva de su estado de salud se trata de relacionar la repercusión que los diferentes aspectos de salud tienen sobre la CV, y es lo que se conoce con el término calidad de vida relacionada con la salud (CVRS)8.

CVRS es un término más específico que el de CV global, y se restringe a experiencias y expectativas asociadas con el estado de salud y la asistencia sociosanitaria8,14.

Representa el impacto que una enfermedad y su consecuente tratamiento tienen sobre la percepción del paciente de su bienestar 8,9,17.

Para Lawton, 2001, la CVRS se refiere al hecho por el cual la disfunción física, el dolor y el malestar provocan limitaciones de las conductas cotidianas, actividades sociales, bienestar psicológico y otros aspectos del día a día de los sujetos y su CV global, juzgada por el propio sujeto.

La CVRS también es una medida de resultado de evaluación multidimensional, lo que implica que está conformada por múltiples dominios, que varían en función de los individuos y sus circunstancias personales y del entorno físico y social 7,8,9.

 

En las personas mayores, la CV también es compleja de definir.

El modelo tradicional ya no es viable, ya que está basado en un concepto deficitario de vejez, que solo contabiliza pérdidas y declinación; instalado aún en el imaginario social, en forma de prejuicios e ideas erróneas, que es necesario desprenderse, para posicionarse en ese proceso y desarrollar al máximo las potencialidades que todo ser humano tiene y que no se pierden porque se envejece18.

Según Iglesias-Souto y Dosil (2005), la concepción de CV en la vejez debe incluir tanto componentes de competencia conductual como de salud, así como el funcionamiento y la implicación social y también el bienestar subjetivo, las impresiones subjetivas de CV, como la satisfacción vital, y los factores ambientales12.

Fernández-Ballesteros presentó un concepto de CV para la vejez que no solo se basaba en planteamientos teóricos sino también hallazgos empíricos. Según esta propuesta, la CV integra tener una buena salud, valerse por sí mismo, tener una buena pensión, mantener relaciones con la familia y los amigos, mantenerse activo, tener buenos servicios sociales y sanitarios, tener una buena vivienda y calidad de medio ambiente, sentirse satisfecho con la vida y tener la oportunidad de aprender cosas nuevas8.

En los últimos años, los medios de comunicación se suelen centrar en los déficits y escándalos relacionados con el cuidado de ancianos. Conllevando con ello, un considerable aumento del interés público sobre las condiciones de calidad de vida de las personas mayores. Como consecuencia de esto, se ha suscitado la demanda de instrumentos capaces de medir la CV16.

Los instrumentos existentes para medir la CVRS se clasifican en genéricos y específicos. Los primeros incluyen los puntajes globales, los perfiles de salud y las medidas de utilidad; se emplean en diferentes tipos de enfermedades, pacientes o poblaciones y permiten comparar el impacto de las enfermedades, hacer análisis de costo-utilidad, obtener valores poblacionales de referencia y evaluar programas para asignar recursos. Los específicos se usan en pacientes o poblaciones para evaluar síntomas, funciones o enfermedades19.

 

CONCLUSIONES

El envejecimiento se debe considerar como un proceso natural, una etapa más del desarrollo evolutivo.

Debido a este envejecimiento, así como a la tendencia de “dar vida a los años” el estudio de la CV en los mayores es muy importante.

Debemos de tener en cuenta que el significado de la misma, no es igual para todas las personas, por ello es muy importante tener unos instrumentos para medir la CV.

 

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