Ansiedad relacionada con COVID-19.

25 agosto 2021

AUTORES

  1. Sarah Leal Úcar. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza, España.
  2. María José Maicas Maicas, Hospital Obispo Polanco, Teruel, España.

 

RESUMEN

La enfermedad surgida a finales de 2019 en Wuhan (China) causada por el virus SARS-CoV-19, la COVID-19, ha supuesto un cambio drástico en la vida de la sociedad actual.

Las principales medidas de confinamiento domiciliario han implicado el incremento de patología psicosocial a lo largo del mundo. No solo la causada por el encierro en sí, sino que el miedo a lo desconocido y a las posibles consecuencias de la propia enfermedad ha favorecido el aumento de patología psiquiátrica e incluso de gestos autolíticos como el suicidio.

A esto se debe añadir, que tanto trabajar en primera línea como estar aislado durante un ingreso hospitalario, sin saber ciertamente si la evolución va a ser favorable, ha hecho que la carga emocional vivida en esos momentos pueda conducir a situaciones de estrés postraumático que pueda cronificarse e incluso tener repercusiones más graves, como el suicidio.

 

PALABRAS CLAVE

COVID-19, confinamiento, ansiedad, psicosocial, pandemia.

 

ABSTRACT

The disease that emerged in late 2019 in Wuhan (China) is caused by the SARS-CoV-19 virus, COVID-19. It has caused a drastic change in the lives in our society.

The main measures of home confinement have led to an increase in psychosocial pathology throughout the world. Not only that caused by the home confinement itself, but also the fear of the unknown and of the possible consequences of the disease itself. They have developed the increase in psychiatric pathology and even in self-harmful behaviour, such as suicide.

To this, it must be added that both working on the front line and being isolated during an hospital admission, without knowing with certainty if the evolution is going to be favourable. It has meant that the emotional burden experienced in those moments can lead to post-traumatic stress situations that can become chronic and even have more serious repercussions, such as suicide.

 

KEY WORDS

COVID-19, confinement, anxiety, psychosocial, pandemic.

 

INTRODUCCIÓN

La enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2, la COVID-19, surgió en China en diciembre de 2019, pero no fue hasta el 30 de enero de 2020 que fue declarada como emergencia pública internacional por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Debido a su elevada infectividad y letalidad, la COVID-19 ha producido un impacto psicosocial universal negativo en la sociedad actual cuya principal consecuencia es la aparición de sintomatología psiquiátrica que, a largo plazo, puede llegar a ser potencialmente más perjudicial que el propio virus en sí. 2

En los próximos meses y años, las consecuencias psiquiátricas de la COVID-19 se irán haciendo más evidentes. Por ello, resulta imprescindible tener una actitud proactiva que reduzca el nocivo impacto de la pandemia de coronavirus sobre la salud mental. 3

 

OBJETIVOS

El objetivo de este estudio es:

-Identificar individuos y factores de riesgo.

-Promover una mejor calidad de vida al paciente y a los profesionales afectados.

-Proporcionar los conocimientos necesarios para mejorar las aptitudes profesionales.

 

METODOLOGÍA

Este metaanálisis se basa en una revisión bibliográfica de artículos analizados en Pubmed y ScienceDirect publicados en castellano e inglés entre 2020 y 2021.

 

RESULTADOS

La actual pandemia por COVID-19 ha supuesto un importante incremento de problemas psicosociales sin precedentes. Como ejemplo, cabe citar:

-Incertidumbre.

-Miedo a la infección y al dolor.

-Angustia moral, a menudo experimentado solo.

-Hacer frente a la resultante ansiedad, así como con sus impactos individuales y colectivos a largo plazo.

En este contexto, los expertos recomiendan el establecimiento de rutinas diarias que permitan al individuo ser activo, conectar con otros sujetos y hallar fuentes de alegría e inspiración. Además, proponen que las personas sean capaces de esperar lo mejor mientras se preparan para lo peor, haciendo que sus esperanzas sean lo más realistas posibles. Todo esto, organizando sus metas junto a sus valores fundamentales.

 

Ciertos estudios han demostrado que la situación actual de pandemia despierta un sentimiento de ansiedad existencial que es vivida como una amenaza a la identidad propia, ya familiarizada a su lugar en el mundo. Gracias a la rapidez de transmisión del virus a lo largo del mundo, se forja una disparidad en nosotros mismos debido a:

– ¿Quién es el individuo como sociedad?

-Presunciones sobre dónde situar la confianza en último momento.

A pesar de que no hay estudios disponibles sobre el impacto total de COVID-19, en estudios realizados en enfermos de cáncer, independientemente de su identificación como religiosos o no, demuestran que la gran mayoría presenta preocupaciones espirituales y que hallar la paz con Dios es una de las principales prioridades de los pacientes que desafían a la muerte. Por esto, la atención espiritual y unos cuidados menos agresivos proporcionados por los equipos sanitarios se relaciona con una mejor calidad de vida. 1

Para disminuir su transmisión, como estrategia principal, la mayoría de gobiernos ha tomado medidas de confinamiento domiciliario.

El miedo masivo a la COVID-19 ha suscitado múltiples manifestaciones psiquiátricas en la población a lo largo del mundo como la aparición de pánico agudo, ansiedad, histeria masiva, angustia, comportamientos obsesivos, paranoia, depresión y, a largo plazo, trastorno de estrés postraumático (TEPT). No obstante, se ha observado que los trabajadores de primera línea, por ejemplo, los sanitarios, presentan mayor riesgo de contraer la enfermedad y experimentar efectos psicológicos adversos manifestados como agotamiento, ansiedad, miedo a transmitir infecciones, sensación de incompatibilidad, depresión, mayor dependencia a sustancias y TEPT. 2

El impacto psicológico de la COVID-19 en la sociedad es enorme y tan crítico de abordar como puede ser su efecto en la salud física. El miedo a lo desconocido, a la incertidumbre, al aislamiento social, las declaraciones ambivalentes tanto de instituciones de salud pública como gubernamentales y los informes dudosos de los medios de comunicación, han conducido a altas tasas de ansiedad y depresión entre la población, especialmente, entre los grupos de población susceptibles (incluidas las personas con afecciones psiquiátricas preexistentes), personas de baja resiliencia e individuos que viven en regiones con elevada prevalencia de COVID-19. Por desgracia, la probabilidad de que los suicidios aumenten durante y después de la crisis de COVID-19 es elevada. De hecho, ya existen diversos informes de suicidios vinculados con la COVID-19, sobre todo en individuos con enfermedades psiquiátricas previas y profesionales sanitarios. Según un estudio reciente, la pérdida de puestos de trabajo resultante de la crisis de COVID-19 ocasionará 2135-9570 suicidios por año en todo el mundo. Por ello, resulta evidente que la población mundial no estaba preparada para la pandemia por COVID-19. Sin embargo, otro estudio acentúa la importancia de implementar una comunicación eficaz y suministrar servicios psicológicos para paliar el impacto psicosocial de COVID-19. 3 Los enfermos de COVID-19 que han precisado ingreso hospitalario, han visto cómo sus visitas han sido restringidas en pro de una menor transmisión de la enfermedad; sin embargo, esto ha rebajado su apoyo psicosocial y ha causado más cuadros de ansiedad. Esta situación también ha generado estrés en los familiares/amigos porque, en determinadas circunstancias han sufrido la muerte de un familiar y no han podido despedirse ni realizar un duelo adecuado, lo cual puede desembocar en sintomatología psicológica y/o cronificarse en un duelo no resuelto. Por lo dicho anteriormente, se han realizado diversas intervenciones en familiares e incluso, en situaciones especiales, se han grabado audios o se han organizado despedidas restringidas en pacientes terminales. No hay que olvidar el estrés que ha sufrido el personal que ha trabajado en primera línea, por ejemplo, los sanitarios. Han vivido momentos con una carga emocional alta que les puede conducir a estrés postraumático y crónico. Por ello, en la mayoría de hospitales, se han realizado programas de apoyo psicológico a profesionales. Ciertos estudios subrayan la magnitud de la detección precoz de secuelas negativas y la evaluación de la efectividad de las medidas preventivas efectuadas durante la pandemia, una vez ésta haya acabado. Asimismo, con estas prácticas ven la oportunidad de consolidar el sistema sanitario y los estudios en salud mental. 4

 

CONCLUSIONES

A tenor de lo dicho anteriormente, la ansiedad causada por la COVID-19 precisa un cuidado personal óptimo y un estado mental accesible a los servicios de salud que preste especial atención a cómo conseguir esa paz tan deseada. 1

Diversos estudios destacan la importancia de que los gobiernos desarrollen e implementen de manera urgente modelos de prevención e intervención de crisis, así como definir las distintas posibles formas en las que la pandemia de COVID-19 afectará la salud mental mundial. Por ello, resulta necesario fundar organizaciones mentales específicas para futuras pandemias. 2

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Peteet JR. COVID-19 Anxiety. J Relig Health. 2020;59:2203-2204. Disponible en: https://doi.org/10.1007/s10943-020-01041-4.
  2. Dubey S, et al. Psychosocial impact of COVID-19. Diabetes Metab Syndr. 2020;14(5):779-788. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.dsx.2020.05.035.
  3. Sher L. Psychiatric disorders and suicide in the COVID-19 era. QJM. 2020;113(8):527-528. Disponible en: https://doi.org/10.1093/qjmed/hcaa204.
  4. González-Rodríguez A, Labad J. Salud mental en tiempos de la COVID: reflexiones tras el estado de alarma. Med Clin (Barc). 2020;155(9):392-394. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.medcli.2020.07.009.

 

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