Detección precoz de la violencia de género en los centros de atención primaria de salud Barcelona Esquerra (CAPSBE).

16 enero 2022

AUTORES

  1. María Gómez Martín. Enfermera Especialista EFYC, CS Mora, Toledo.
  2. Blanca Cerrada Enciso. Enfermera Especialista EFYC, Zaragoza.
  3. Leticia Barreiro García. Enfermera, Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza.
  4. Lucía Cerrada Enciso. MIR MFYC, CS Arrabal, Zaragoza.
  5. Diego Santamaría Briz. Enfermero, Zaragoza.
  6. Ana Cerrada Enciso. Enfermera, Zaragoza.

 

RESUMEN

Los equipos de Atención Primaria deben actuar en la detección precoz de las mujeres en situación de violencia de género. Se ha mostrado infradetección desde los servicios sanitarios. Hoy en día, aún existen barreras de diversos tipos que dificultan una atención adecuada a estas mujeres por parte de los profesionales de la salud.

Objetivos: identificar si los profesionales sanitarios de CAPSBE realizan preguntas de detección precoz de Violencia de Género, las barreras que dificultan dicha detección en nuestros centros y qué medidas se podrían tomar al respecto.

Metodología: Estudio observacional transversal llevado a cabo en tres Centros de Atención Primaria de CAPSBE. La muestra se obtuvo a través de muestreo por conveniencia en cada uno de los tres CAP. Se envió un cuestionario autoadministrado vía mail utilizando la versión validada y traducida al español del PREMIS. Dicho cuestionario incluye variables sobre realización de preguntas para detección de VG, sociodemográficas, conocimientos, percepciones y acciones. Se realizó un análisis descriptivo y analítico de los datos.

Resultados: Un 48,4% de los 62 encuestados afirma que realiza preguntas de detección precoz de violencia de género en la consulta.

Se obtuvo una media de 13 horas de formación y sólo un 6,6% afirma la existencia de un protocolo en su servicio que sea ampliamente usado. Un 67,7% no siente que tenga recursos apropiados de referencia en su centro.

Existe correlación entre un mayor número de horas de formación y un mayor número de respuestas afirmativas en la realización de detección precoz. Así mismo, la probabilidad de realizar preguntas es mayor entre los profesionales que sienten tener un conocimiento adecuado sobre los recursos de derivación.

Conclusiones: es necesario fortalecer los protocolos existentes para así poder optimizar la respuesta a la VG desde Atención Primaria, tomando la formación profesional como prioridad.

 

PALABRAS CLAVE

Violencia de género, atención primaria de salud, personal sanitario, conocimientos, actitudes.

 

ABSTRACT

Primary Health Care teams must take action in the early detection of women in situations of gender violence. Health services have presented underdetection regarding this matter. Nowadays, there are still barriers of various kinds that make it difficult for health professionals to provide adequate care for these women.

Objectives: to identify if CAPSBE health professionals ask questions for the early detection of Gender Violence, the barriers that make such detection difficult in our centers and what measures could be taken in this regard.

Methodology: Cross-sectional observational study carried out in three CAPSBE Primary Health Care Centers. The sample was obtained through convenience sampling in each of the three CAPs. A self-administered survey was sent via email using the validated version of PREMIS translated into Spanish. Said survey includes variables about asking questions to detect GBV, sociodemographic, knowledge, perceptions and actions. A descriptive and analytical analysis of the data was carried out.

Results: 48.4% of the 62 of the professionals surveyed affirm that they ask questions for the early detection of gender violence in the medical office.

An average of 13 hours of training was obtained and only 6.6% affirm the existence of a protocol in their service that is widely used. 67.7% do not feel that they have appropriate referral resources at their center.

There is a correlation between a greater number of hours of training and a greater number of affirmative responses in carrying out early detection. Likewise, the probability of asking questions is higher among professionals who feel that they have adequate knowledge of referral resources.

Conclusions: it is necessary to strengthen the existing protocols in order to optimize the response to GBV from Primary Health Care, taking professional training as a priority.

 

KEY WORDS

Gender violence, primary health care, healthcare personnel, knowledge, attitudes.

 

INTRODUCCIÓN

Según la Organización de las Naciones Unidas, la violencia de género (VG) puede definirse como <<todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se produce en la vida pública como en la privada>> (ONU, 1993)1.

La Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, en su artículo 15, establece que las Administraciones Sanitarias, en el seno del Consejo Interterritorial del SNS (Sistema Nacional de Salud), promoverán las actuaciones de los profesionales sanitarios que permitan la detección precoz de la violencia de género. Propondrán para ello las medidas necesarias para mejorar la eficacia en la lucha contra este tipo de violencia mediante el desarrollo de programas de sensibilización y formación continuada del personal sanitario que permitan impulsar el diagnóstico precoz, la asistencia y la rehabilitación de la mujer maltratada. Además, el Artículo 32.3 promueve la aplicación, la puesta al día, y la difusión de protocolos que contengan pautas homogéneas de actuación ante este problema 2.

En Cataluña existen protocolos que ayudan al personal sanitario a valorar situaciones de riesgo. Entre estos, cabe destacar el Protocolo para el abordaje de la violencia en el ámbito de salud en Cataluña; la Guía para el abordaje del maltrato de género en la atención primaria; el Plan de salud; el Cuaderno núm. 14. Recomendaciones para la atención sanitaria a las mujeres maltratadas; el Protocolo de detección del maltrato intrafamiliar en la mujer (MID)1.

La detección de la violencia sexual machista puede tener lugar en cualquier consulta sanitaria, ya que estos espacios representan una oportunidad de contacto con la mujer para plantear cuestiones relacionadas 3.

Los equipos de Atención Primaria deben actuar en la detección precoz y atención integral a las mujeres en situación de violencia de género. Las características de accesibilidad, contacto directo y continuado con las pacientes y el hecho de contar con equipos interdisciplinares, pueden facilitarlo.

Respecto a la detección precoz, el personal sanitario debe tener una actitud de alerta ante la presencia de conductas, síntomas o signos de sospecha. Además, se recomienda que, en la primera visita de cada mujer, al iniciar la historia clínica, se realicen preguntas exploratorias de abordaje psicosocial2.

Los/las profesionales de atención primaria tienen, en definitiva, un papel clave tanto en la detección como en el abordaje y la atención de este tipo de situaciones de abuso.

El maltrato se presenta de diversas formas en la consulta, ya sea de manera no explícita (malestar físico, hiperfrecuentación, somatización); en forma aguda (lesiones físicas, abuso sexual), con alteraciones conductuales, o bien a través de malestar en la salud sexual y reproductiva. Las mujeres que han sido expuestas al maltrato valoran la escucha atenta, la confidencialidad, el cuidado y el no ser juzgadas por parte de los/as profesionales de salud. Sin embargo, aún existen barreras de tipo organizacional, social e individual que dificultan la atención adecuada a las mujeres víctimas de la violencia por parte de los profesionales de la salud 4.

Existe consenso general sobre algunas acciones que pueden llevarse a cabo desde los servicios de salud en relación con la violencia de género, recogidas en las guías de la OMS: estar alerta para detectar posibles signos y síntomas, prestar atención sanitaria, documentar las evidencias, informar sobre los recursos existentes, coordinarse con otros profesionales e instituciones para su derivación, y apoyo y seguimiento de los casos 5.

Según la OMS, una respuesta apropiada hacia la VG (Violencia de Género) debe incluir la búsqueda activa y el reporte de nuevos casos, la capacitación permanente de los/las profesionales, la coordinación integral con todos los servicios disponibles y la orientación a las mujeres expuestas, salvaguardando su privacidad y la confidencialidad, y respetando sus decisiones 6.

Según Cirici et al 7, aproximadamente el 90% de mujeres maltratadas acude al centro de AP durante el año siguiente de haber sido agredida.

Las mujeres consultan más sobre secuelas o síntomas inespecíficos que sobre el maltrato en sí mismo; por ello, es importante realizar preguntas exploratorias sobre VG, como actividad preventiva, en toda mujer que acuda a consulta y no figure en su historia clínica8.

La detección precoz de la VG en las primeras fases es, por tanto, muy importante, ya que tanto las consecuencias físicas como psicológicas serán menores. El Programa de Actividades Preventivas de Salud (PAPPS) no recomienda el cribado poblacional pero sí tomar postura activa y mantener pautas de actuación. Sin embargo, según una revisión bibliográfica realizada por Noriega RB 9, diferentes protocolos españoles señalan que en toda mujer mayor de 14 años debe valorarse la posibilidad de VG y recoger en su historia clínica la posibilidad de maltrato.

No obstante, se ha mostrado infradetección desde los servicios sanitarios de la VG, solo se diagnostica un pequeño porcentaje con un retraso de entre 6 y 10 años desde el inicio de las agresiones. Además, algunos trabajos indican que entre un 29% y un 40% de las enfermeras en AP se sienten incómodas preguntando a las pacientes sobre este tema 8,9.

La ausencia de un protocolo actualizado, la falta de formación en VG, el apoyo insuficiente por parte de profesionales especializados en VG y la poca disponibilidad de redes de apoyo en la comunidad son factores organizativos que pueden influir negativamente en la capacidad de respuesta a la VG de los servicios sanitarios. Individualmente se han identificado factores como el miedo a ofender a la persona o encasillar como <<típica>>, ausencia de confianza profesional en la habilidad para manejar la VG, falta de confianza en el equipo de trabajo y poca información sobre los recursos disponibles 6.

Entre todas estas dificultades para detectar la VG, los profesionales sanitarios destacan la falta de formación y de conocimientos como principal motivo de infradetección /actuación.

La formación, por tanto, se considera fundamental, ya que tener 21 horas o más de formación se ha asociado con mayor probabilidad en los profesionales de indagar sobre VG, la probabilidad aumenta progresivamente con la formación avanzada 9.

 

OBJETIVOS

El objetivo general del presente estudio es, por un lado, identificar si los profesionales sanitarios de CAPSBE realizan preguntas de detección precoz de violencia de género. Por el otro, identificar las barreras que dificultan la detección de violencia de género en nuestros centros y qué medidas se podrían tomar al respecto.

Entre los objetivos específicos se encuentran los siguientes:

  • Analizar la capacidad de abordaje de la VG del personal sanitario en nuestros centros.
  • Identificar los posibles determinantes que pueden dificultar la detección de VG en la consulta de AP (Atención Primaria).
  • Describir medidas que pudieran contribuir a una mayor detección de casos de VG.

METODOLOGÍA

DISEÑO Y ÁMBITO DEL ESTUDIO:

Estudio observacional transversal llevado a cabo en 3 Centros de Atención Primaria (CAP Casanova, CAP Comte Borrell y CAP Les Corts) pertenecientes al Consorci d’Atenció Primària de Salut Barcelona Esquerra (CAPSBE), que cuenta con un total de 245 profesionales.

 

POBLACIÓN, MUESTREO Y CRITERIOS DE SELECCIÓN:

De los 245 profesionales que forman los tres CAP, los participantes se seleccionaron a través de muestreo no probabilístico por conveniencia a través de informantes clave.

Se contactó con los responsables de cada centro, se informó del motivo del estudio y se solicitó la colaboración del Equipo de Atención Primaria de cada uno de los centros.

Fueron invitados a participar un total de 173 profesionales pertenecientes a los tres CAP: 58 profesionales del CAP Casanova, 57 del CAP Comte Borrell y 58 del CAP Les Corts.

Los criterios de inclusión en el estudio fueron los siguientes:

  • Pertenecer al Equipo de Atención Primaria de cualquiera de los tres CAP durante el periodo de realización del estudio.
  • Personal incluido en algunas de las siguientes categorías profesionales: médico/a, enfermero/a y/o residentes de enfermería y medicina.
  • Estar informado del motivo de dicho estudio y querer participar voluntariamente en él.

Quedaron excluidos del estudio aquellos profesionales que se encontraban en situación de baja laboral durante el periodo del estudio.

Finalmente, de los 173 profesionales iniciales, 22 quedaron excluidos por baja laboral y 89 no contestaron a la encuesta, por lo que se obtuvo una muestra final de 62 profesionales, entre los cuales: 10 médicos, 29 enfermeras, 9 residentes de enfermería y 13 residentes de medicina.

CRONOGRAMA:

El estudio se llevó a cabo entre septiembre de 2020 y marzo de 2021 una vez se hubo realizado la revisión bibliográfica sobre el tema y presentado el proyecto.

Durante este periodo, tras haber contactado con las coordinadoras de cada centro y haber recogido información sobre los profesionales que estarían interesados en participar voluntariamente, se informó del motivo del estudio vía mail a cada una de estas personas y se solicitó su participación en él.

Posteriormente, se difundió el cuestionario a través de correo electrónico a todos aquéllos que aceptaron y se eliminaron los datos identificativos personales en el tratamiento informático de los datos recogidos para garantizar la confidencialidad de la información.

Las distintas fases del estudio se llevaron a cabo a lo largo del tiempo como se observa en la Tabla 1 del Anexo.

 

VARIABLES E INSTRUMENTOS DE MEDIDA:

Las variables analizadas en el estudio fueron las siguientes (ver Tabla 2 del Anexo):

  • V. DEPENDIENTE: realización de preguntas para la detección precoz/escucha activa de casos de VG, dicotómica (sí/no).
  • V.INDEPENDIENTES:
  • Sociodemográficas: sexo, edad, puesto de trabajo (categoría profesional), antigüedad trabajando en atención primaria.
  • Nivel de formación y conocimientos en VG: horas de formación recibidas, nivel de formación (alto/medio/bajo), existencia de un protocolo de manejo de casos de VG (sí/no), conocimiento sobre políticas y programas de detección de casos (sí/no).
  • Nivel de formación alto: máster o estudios de posgrado en VG.
  • Nivel de formación medio: cursos o sesiones clínicas sobre VG.
  • Nivel de formación bajo: no ha recibido formación sobre VG.
  • V. EXTRAÑAS:
  • Percepciones: disponibilidad o no de recursos apropiados de referencia, o conocimientos adecuados sobre los recursos de referencia (se valoran la frecuencia y la eficacia de las derivaciones a diferentes instituciones de la red de intervención).
  • Acciones: dificultades para el abordaje de víctimas de VG.

Para valorar la capacidad de respuesta del personal sanitario a la VG se utilizaron herramientas tales como el cuestionario PREMIS (Physician Readiness to Manage Intimate Partner Violence Survey)10. Se trata de un cuestionario creado en Estados Unidos en 2002 que permite valorar el nivel de formación, conocimientos, opiniones y percepciones sobre la calidad de las actuaciones llevadas a cabo en la consulta por parte de los profesionales de APS (Atención Primaria de Salud) con respecto a los casos de VG.

Se utilizó la versión validada para España y traducida al español del PREMIS. La versión española presenta buena validez interna y alta fiabilidad (coeficiente alfa de Cronbach > 0,6; coeficiente de correlación intraclase 0,87 y coeficiente de Spearman 0,67). Este cuestionario consta de cuatro secciones 10:

  1. Perfil del/ de la participante: recopila información demográfica y laboral de cada participante; incluye edad, sexo, tipo de profesión, años de práctica en atención primaria, formación previa en VG, número de horas de formación en VG y lectura del protocolo de actuación.
  2. Conocimientos: indaga acerca del nivel de preparación y conocimiento para el manejo de VG percibida por cada profesional. Además, evalúa el conocimiento real sobre VG.
  3. Opiniones: aporta información acerca de actitudes, creencias y opiniones sobre VG; incluye preparación del equipo, requerimientos legales, disponibilidad de recursos en el lugar de trabajo, autoeficacia, barreras, entendimiento y autonomía de la víctima, consumo de alcohol y drogas.
  4. Prácticas: valora el manejo clínico que el personal sanitario realiza al detectar un caso de VG.

ANÁLISIS ESTADÍSTICO PROPUESTO:

El análisis de los datos fue llevado a cabo en varias fases.

En primer lugar, se realizó un análisis estadístico descriptivo de las variables sociodemográficas basado en frecuencias y porcentajes para las variables categóricas. Además, quedaron representadas a través de diagramas de sectores.

Para las variables cuantitativas se calcularon la media y desviación típica.

La variable dependiente se transformó en dicotómica mediante recategorización de las respuestas afirmativas y negativas.

En una segunda fase se planteó un modelo de regresión lineal múltiple donde la variable dependiente fue la actitud hacia la VG en relación con factores como la edad, el sexo, la categoría profesional, la experiencia y la formación previa.

Se usó la prueba de chi cuadrado para la comparación de las variables categóricas y la prueba t de student en el caso de las variables cuantitativas.

Se consideraron estadísticamente significativos los valores de p<0,05. El análisis estadístico se realizó mediante el programa R versión 3.2.3 para Windows.

IMPACTO ESPERABLE. APLICABILIDAD DEL ESTUDIO:

La tasa de respuesta esperada, al tratarse de un cuestionario vía mail y de rápido acceso, se estima por encima del 60% de la muestra final.

Basándonos en estudios similares la mayoría de la muestra estará compuesta por mujeres, con una edad media entre 45-50 años 5, 6, 8.

En cuanto a la categoría profesional se estima un porcentaje similar de respuesta entre medicina y enfermería, probablemente algo superior en el caso de medicina si participaran todos los MIR, al ser mayoritario el número de MIR que de EIR en los tres CAPs.

Según resultados de otros estudios se estima una respuesta mayoritariamente negativa en cuanto a la pregunta de si se realiza detección precoz de VG en la consulta de Atención Primaria.

El promedio estimado de horas de formación recibidas para el manejo de VG es de 21 horas. En torno a un 50% de los participantes podrían estar familiarizados con las políticas y programas de detección y manejo de casos conociendo el protocolo disponible en el CAP.

A mayor número de horas de formación recibidas y nivel formativo en VG, habrá una mayor probabilidad de realizar preguntas o de indagar sobre este tema. Además, leer el protocolo de actuación se asociará a mejores puntuaciones en cuanto al nivel de preparación y conocimientos percibidos, disponibilidad de recursos en el lugar de trabajo y requerimientos legales5, 6.

Por tanto, se espera que la falta de formación en VG sea el principal problema para la detección precoz, así como una menor aplicación del protocolo 8.

 

RESULTADOS

En total se recibieron 62 cuestionarios, lo que supone una tasa de respuesta del 41%. De los 62 profesionales que respondieron a la encuesta, un 48,4% (n=30) afirma que realiza preguntas para la detección precoz/escucha activa de casos de VG en la consulta de Atención Primaria.

Con respecto a las “variables sociodemográficas”, un 82,3% (n=51) de las personas encuestadas eran mujeres, con una media de edad de 35,9 años±10,50 (mínimo=23; máximo=65).

En cuanto a la categoría profesional, el colectivo más numeroso de respuestas fue el de las enfermeras con una tasa de respuestas del 47,5% (n=29), seguidas de los residentes de medicina (21,3%), los médicos de familia (16,4%) y, por último, las residentes de enfermería (14,8%).

La media de antigüedad trabajando en Atención Primaria fue de 8,72 años ±9,09.

En la sección de “formación y conocimientos” se obtuvo una media estimada de 13 horas de formación en VG con una desviación típica de 26,82. Un 22,85% (n=14) tenía un nivel de formación alto a través de máster, postgrado o formación específica mientras que un 56,45% (n=35) había asistido a cursos o sesiones clínicas con un nivel de formación medio y el 20,97% restante (n=13) no había recibido ningún tipo de formación en el tema.

En la sección de “prácticas”, un 82% de los encuestados refiere que no ha realizado ningún diagnóstico nuevo de VG en los últimos 6 meses.

En cuanto a las situaciones en las que los profesionales refieren indagar o hacer screening sobre VG, el 37,7% pregunta a todas las mujeres con indicadores de abuso en la historia o el examen físico, mientras que sólo un 4,9% pregunta a todas las pacientes mujeres periódicamente.

Los problemas de salud por los que más se indaga sobre la posibilidad de VG son los siguientes: depresión/ansiedad (4,4% lo hace siempre), trastornos alimentarios (3,3%) y lesiones (heridas, hematomas, quemaduras…) (3,23%).

Las acciones realizadas con más frecuencia fueron: aconsejar sobre las opciones que podía tener (14,5%), entregar información (12,9%) y referir a la trabajadora social (6,5%).

En cuanto a la existencia de un protocolo de manejo de casos de VG en su servicio, sólo un 6,6% afirma que lo haya y que sea ampliamente usado, mientras que un 45,9% no está seguro de ello.

Únicamente el 27,4% de los encuestados afirma estar familiarizado/a con las políticas y programas con respecto a la detección y manejo de víctimas de VG de su institución y un 48,4% tienen conocimiento de la obligatoriedad legal de notificación ante casos de VG.

En lo que se refiere a los recursos, un 8,1% afirma la disponibilidad de materiales educativos (posters, folletos) bien visibles y a los que las personas usuarias del centro puedan acceder. Sin embargo, sólo un 5,3% brinda estos materiales a sus pacientes víctimas de violencia casi siempre, sin que la paciente lo pida.

Un 67,7% no está seguro o no siente que tenga recursos apropiados de referencia dentro de su centro de Atención Primaria, y un 61,3% no percibe ese conocimiento sobre recursos en su comunidad (casas de acogida, grupos de apoyo…), tal y como puede verse en la Tabla 3 del Anexo.

En el análisis multivariado de la variable dependiente en relación con las variables del estudio se objetivaron los siguientes resultados:

Con respecto a la variable “sexo” se obtuvo un p-valor=0,014 (<0,05), es decir, existe una diferencia estadísticamente significativa, siendo los hombres los que realizan mayor detección precoz con respecto a las mujeres (ilustración 1 del Anexo).

En cuanto a la experiencia en número de años trabajados, no se obtuvo una diferencia estadísticamente significativa (p-valor=0,088), aunque sí que se objetivó que a más tiempo trabajado (media de 10,75 años) se realiza mayor detección.

Existe correlación entre un mayor número de horas de formación realizadas (media de 18,29h) y un mayor número de respuestas afirmativas en la realización de detección precoz.

Por otro lado, se observó que la probabilidad de realizar preguntas de detección era mayor entre los profesionales que sentían tener un conocimiento adecuado sobre los recursos de derivación en su centro de salud (p-valor=0,05). Sin embargo, no se obtuvo un resultado estadísticamente significativo en cuanto a estar familiarizado con las políticas y programas de su institución (p-valor=0,31).

 

DISCUSIÓN

La tasa de respuesta ha sido menor a la esperada cuando se planteó el estudio, obteniendo una tasa del 41% cuando se esperaba que fuese superior al 60%.

Según los resultados obtenidos, podemos decir que el porcentaje de profesionales sanitarios que realiza detección precoz en VG en CAPSBE es inferior al 50% (48,4%), porcentaje inferior al observado en un estudio transversal en 15 centros de salud de cuatro comunidades autónomas5, aunque comparar este resultado con otros estudios realizados en el ámbito de la atención primaria sobre este tema resulta controvertido, ya que la mayoría de las investigaciones encontradas son a nivel nacional e internacional con una muestra superior.

La mayoría de las personas que han contestado al cuestionario han sido mujeres (n=51), lo que podría indicar que el sexo femenino está más sensibilizado con el tema. Sin embargo, sorprende el resultado en el análisis bivariado entre el sexo y la detección precoz, siendo los hombres los que realizan mayor detección en nuestro estudio. Estos resultados difieren de otros estudios en los que se han señalado tasas de detección más bajas asociadas al sexo masculino 11.

La media de horas de formación en VG (13 horas) es inferior a otros estudios en los que se estima una media de 21 horas 5,6 y la mayoría tiene un nivel de formación medio a través de cursos o sesiones clínicas. Según la bibliografía encontrada más de 20 horas de formación en VG se asocia con mejor preparación y percepción de conocimientos acerca de requerimientos legales, disponibilidad de recursos en el lugar de trabajo, autoeficacia, entendimiento de la víctima y prácticas. De acuerdo con la OMS, la capacitación del personal sanitario constituye la primera línea de apoyo para las mujeres que experimentan VG, de la cual se obtienen las herramientas necesarias para brindar una atención integral y de calidad 6, 12.

Un porcentaje bastante elevado de los encuestados refiere que no ha realizado ningún diagnóstico nuevo de VG en los últimos 6 meses, y muy pocos lo hacen de forma periódica. Este hallazgo de infradetección en el último semestre podría estar relacionado con la situación de pandemia, al haberse reducido de manera importante las visitas presenciales. Las acciones emprendidas en los casos detectados son similares a las que se han observado en otros estudios (derivar a otros profesionales o servicios asistenciales, aconsejar sobre las opciones o entregar información) 5.

Sólo un 6,6% afirma la existencia de un protocolo de manejo de casos de VG en su institución y aproximadamente una cuarta parte de los encuestados refiere estar familiarizado con las políticas y programas con respecto a la detección y manejo de las víctimas. Así mismo, un pequeño porcentaje percibe disponer de recursos educativos bien visibles y brinda estos materiales a sus pacientes víctimas de VG. Esto podría provocar a su vez, una capacitación poco adecuada entre los profesionales y el aumento de incertidumbre o inseguridad en el manejo de casos de VG 13.

De igual forma, se contempla la realización de programas de sensibilización y formación continuada del personal para mejorar e impulsar el diagnóstico precoz y el tratamiento de los casos. La importancia de la formación específica, así como disponer de protocolos de actuación y conocer los recursos de referencia asistenciales y más ampliamente en la comunidad, han sido señalados por diferentes autores 14.

Según nuestros resultados, la probabilidad de realizar preguntas de detección es mayor entre los profesionales que sienten tener un conocimiento adecuado sobre los recursos de derivación en su centro de salud. Sin embargo, no se obtuvo esta relación en cuanto a estar familiarizado con las políticas y programas de detección, a diferencia de otros estudios 5.

El análisis multivariado indica por tanto que la utilización y conocimiento de los recursos sociosanitarios mejora la actitud hacia el abordaje de la VG en AP. Este hallazgo refuerza la necesidad de un modelo integral e interdisciplinar para abordar la VG desde el sistema sanitario, dada la interacción de factores socioculturales, individuales, comunitarios y familiares que pueden favorecer o proteger a las mujeres. El uso de los recursos sociosanitarios de la red permite que los profesionales de salud cuenten con un soporte adecuado para brindar el servicio a las mujeres, repercutiendo en una actitud adecuada para abordar la VG en AP. En otros estudios se ha detectado que la conciencia y el acceso a los apoyos y recursos son un factor protector y de inflexión para que las mujeres cambien su situación de violencia 4.

Se objetiva también en este estudio que a mayor experiencia y a más horas de formación en VG aumentan las respuestas afirmativas en cuanto a la realización de preguntas de detección precoz. Debido a la importancia de la formación en la realización de preguntas sobre VG, entre otras buenas prácticas, resulta imprescindible continuar invirtiendo en la formación de VG del personal sanitario, tal como está previsto en el Plan Nacional de Sensibilización y Prevención frente a la Violencia de Género, a raíz de la aprobación de la Ley de Protección Integral 15,16.

En España, la disponibilidad de protocolos regionales y la formación en VG de los/las profesionales sanitarios/as son dos de las intervenciones planteadas para fortalecer la respuesta del sistema de salud. Optimizar estas acciones ha demostrado ser fundamental para brindar una atención integral 13.

 

CONCLUSIONES

En este estudio se manifiesta una infradetección y una limitada capacidad de los/las profesionales sanitarios/as para abordar casos de VG, determinados por lo general por una falta de formación y poco conocimiento de los protocolos y recursos disponibles en el CAP y en su comunidad. Estos hallazgos coinciden con la mayoría de los estudios encontrados acerca del tema.

Entre las medidas que podrían contribuir a una mayor detección de víctimas de VG destacaríamos leer el protocolo de actuación regional/nacional, aumentar el conocimiento sobre los recursos disponibles trabajando de manera integral e interdisciplinar y recibir mayor número de horas de formación en VG.

La capacitación del personal sanitario a través de los conocimientos y de la formación específica es importante para que desarrollen buenas respuestas frente a los casos de VG. Debería estar orientada al desarrollo de aptitudes que permitan prestar apoyo inmediato, escucha activa, saber cómo y cuándo preguntar sobre VG, realizar seguimientos y emplear adecuadamente los recursos de referencia disponibles.

Por tanto, es necesario fortalecer los protocolos existentes para así poder optimizar la respuesta a la VG desde Atención Primaria, tomando la formación profesional como prioridad.

Así mismo, cabe destacar la necesidad de más investigaciones en el tema a tratar para seguir describiendo las barreras que impiden a los profesionales la realización de detección precoz en la consulta de Atención Primaria y tomar más medidas al respecto.

 

LIMITACIONES DEL ESTUDIO

En primer lugar, nos encontramos con un estudio transversal con una muestra escogida por conveniencia, por lo que al no tratarse de un tipo de muestreo probabilístico la generalización de los resultados es limitada.

Además, dicho estudio se centra en AP, por lo que los datos pueden no ser generalizables a otro tipo de servicios.

Por otra parte, el tiempo de cumplimentación de la encuesta requerido pudo afectar a la tasa de respuesta. Así mismo, podemos encontrarnos con un sesgo de selección ya que al ser voluntaria la participación puede atraer más fácilmente a profesionales sensibles a la VG.

Los entrevistados podrían escoger respuestas “socialmente deseables” dada la alta sensibilidad social del tema a pesar de tratarse de una encuesta anónima y confidencial.

Por último, la situación de pandemia en el último año ha podido influir de manera notable en una menor detección de casos de VG al disminuir el número de visitas presenciales en los centros de Atención Primaria de salud.

 

CONSIDERACIONES ÉTICAS

Previamente a la ejecución del estudio, se solicitó permiso al Comité Ético de Investigación con medicamentos (CEIm) del Hospital Clínico de Barcelona, obteniendo el dictamen favorable a fecha de 6 de noviembre de 2020.

Se preservó en todo momento la confidencialidad de los datos, respetando así el Reglamento General de Protección de Datos (Reglamento (UE) 2016/679 del Parlamento Europeo y del Consejo de 27 de abril de 2016). Se eliminaron los datos identificativos personales en el tratamiento informático de los datos recogidos para garantizar la confidencialidad de la información.

 

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  14. Ramsay J, Rutterford C, Gregory A, Dunne D, Eldridge S, Sharp D, et al. Domestic violence: Knowledge, attitudes, and clinical practice of selected UK primary healthcare clinicians. Br J Gen Pract. 2012;62(602):647–55.
  15. Ley Orgánica de medidas de protección integral contra la violencia de género. L. N◦ 1/2004 (28 de diciembre 2004).
  16. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Plan nacional de sensibilización y prevención de la violencia de género. Marco conceptual y ejes de intervención. 2007-2008. (Consultado el 20/5/16.) Disponible en: http://www.violenciagenero.msssi.gob.es/planActuacion/otrasMedidas/home.htm

 

ANEXOS

TABLA 1. CRONOGRAMA DEL PROYECTO. (Elaboración propia):

ACTIVIDAD/MESES 11/2019 12/2019 01/2020 03/2020 05/2020
Elaboración de la propuesta y diseño del estudio. X
Revisión bibliográfica. X
Redacción marco teórico y justificación. X
Redacción metodología. X
Presentación proyecto. X
06/2020 10/2020 11/2020 01-03/21 04/2021
Petición permiso y aprobación CEIM. X
Solicitación participación profesionales. X
Difusión del cuestionario vía mail. X
Análisis de datos y resultados. X
Discusión y conclusiones. X

 

TABLA 2. VARIABLES:

VARIABLE DEPENDIENTE ¿Realiza preguntas de detección precoz de violencia de género en mujeres >14 años? (SÍ/NO).
VARIABLES INDEPENDIENTES
VARIABLES SOCIODEMOGRÁFICAS -Edad

-Sexo

-Categoría profesional

-Tiempo trabajado en AP

NIVEL DE FORMACIÓN Y CONOCIMIENTOS EN VG -¿Cuánta formación en temas de VG ha recibido? (HORAS)

-¿Existe un protocolo de manejo de casos de VG en su centro? (SÍ/NO)

-¿Está familiarizado con las políticas y programas con respecto a la detección de las víctimas de VG en su institución?(SÍ/NO)

VARIABLES EXTRAÑAS
PERCEPCIONES -¿Siente que tiene recursos apropiados de referencia de casos de VG dentro de su CAP?

-¿Siente que tiene conocimiento adecuado sobre los recursos de referencia para víctimas de VG en su comunidad?

ACCIONES -¿Qué dificultades encuentra a la hora de detectar casos de VG en su consulta?

Tabla 1:Variables del cuestionario PREMIS analizadas en el estudio. Tabla de elaboración propia basada en el artículo por Rodríguez-Blanes GM et al.5

TABLA 3. ANÁLISIS DESCRIPTIVO SOBRE LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS PARTICIPANTES DEL ESTUDIO. (Elaboración propia).

DETERMINANTES/VARIABLES TOTAL (N) PORCENTAJE (%)
Preguntas sobre VCI:

NO

32

30

51,6

48,4

SEXO

Hombre

Mujer

11

51

17,7

82,3

CAT. PROFESIONAL

Médico/a

Enfermero/a

Residente de Medicina

Residente de Enfermería

10

29

13

9

16,4

47,5

21,3

14,8

NIVEL DE FORMACIÓN

Alto

Medio

Bajo

14

35

13

22,58

56,45

20,97

EXISTENCIA DE PROTOCOLO

No estoy seguro/a

Sí, pero no se usa

Sí, y es ampliamente usado

Sí, y se usa hasta cierto punto

28

9

4

20

45,9

14,8

6,6

32,8

FAMILIARIZADO CON POLÍTICAS Y PROGRAMAS

NO

45

17

72,6

27,4

SIENTE QUE DISPONE DE RECURSOS:

No

No estoy seguro/a

17

25

20

27,4

40,3

32,3

CONOCIMIENTOS SOBRE RECURSOS

No

No estoy seguro/a

38

15

9

61,3

24,2

9

 

ILUSTRACIÓN 1:

Ilustración 1: análisis bivariado v.dependiente/v.sexo. Elaboración propia.

 

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